20/12/13

5 maneras de empezar el día



Para Jeniffer Cohen, Coach y culumnista de Forbes hay un común denominador en las personas de éxito, y es a manera de empezar el día, levantándose temprano. Uno de ellos, por ejemplo, es el Papa Francisco de quien se dice que a las 5.00 de la mañana está en pie. ¿Será cierto que a quien madruga Dios le ayuda? ¿o tal vez todo lo contrario de que por mucho madrugar no amanece más temprano?

Lo que si es cierto es que mientras muchos duermen parece ser que hay un momento para conectarnos con nosotros mismos y centrarnos en aquello que queremos conseguir en el día que comienza:
  • Ejercicio físico. No es algo fácil salir del calor de la cama y hacer algo de ejercicio, pero parece ser que el entrenamiento a primera hora del día te da la fortaleza suficiente para no perder las fuerzas durante el día y no acabar exhausto al final del día.
  • Planificar el día. Es tal vez el mejor momento para enfocarse en los objetivos del día. Son muchos los días en los que podemos caer en la inercia del día a día y vivirlos sin ningún propósito concreto. Quizás el comenzar el día de esta manera nos ayudaría a entrar en el selecto grupo del 15 o 20 % que sí cumple sus objetivos a lo largo del año, o incluso de aquellos que viven con un objetivo en la vida por el que luchar.

  • Desayunar bien. Ya lo dice el refrán: Desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo. Empezar el día lleno de la vitalidad del ejercicio físico, con la mente clara de ideas y con la sangre bien alimentada es una forma saludable y energética de buscar los objetivos que nos proponemos.



  • Mejorar el estado de ánimo. Visualizar, meditar, contemplar aquello que buscamos. Unos minutos para cargarse de energía psíquica, mental, espiritual y emocional para enfrentar el día con un buen estímulo y una buena actitud, actitud positiva y triunfante.





  • Organizarse y priorizar tareas. Empezar por la más difícil. Tal vez porque nos da más pereza, quizás porque nos lleva más energía. Es una manera de dejar lo arduo y dificultoso a un lado cuanto antes para vivir más tranquilamente el resto del día a medida que nuestras fuerzas se van menguando y poder así vivirlo con una mayor tranquilidad y ligeros de carga.








Pues a ver si este consejo lo conseguimos poner en práctica y nos ayuda a rendir mucho más, mejor y más claro en nuestra vida diaria.