A raíz de algo que publiqué ayer en uno de mis blogs sobre la cercana inmortalidad del ser humano, mi gran amigo y admirado Marcos Méndez me escribió sobre lo impresionante del video y de la reflexión que puse en el blogg. Al mismo tiempo me hacia hincapié en algo que está leyendo y que muestra el futuro del cristianismo al igual que la imagen del cristianismo del hoy es una imagen de muerte.
Pero creo que a pesar de todo lo que vemos hay algo que nunca muere y es la esencia de las cosas.La esencia de la religión cristiana, en la cual creo profundamente, es el amor. Podrán cambiar las formas pero no el amor en sí. El amor es la entrega al otro. El amor es la extensión de uno mismo hacia la vida. El amor es lo que uno aporta a los demás y a la vida. Y en cualquier momento de la vida y de la historia el amor se tendrá que manifestar de una u otra manera. El amor no muere, porque desde mi creencia el Amor es Dios, es la misma Vida y la misma Energía que nos rodea y que en su momento se ha hecho visible en la persona de Jesucristo.
Hace unos días la prensa hacia público la decisión del Papa Francisco de llevarse para el Vaticano a unos dos, catorce o dieciséis refugiados sirios. Acogerlos allí con todos los gastos pagos. Esa es la esencia de la religión, de la vida y de uno mismo. Eso no cambia a través del tiempo ni de los siglos: Tuve hambre y me disteis de comer, sed y me disteis de beber, forastero y me acogisteis....
Podrán cambiar las formas de expresar lo que creemos, la manera de celebrarlo, los dogmas en los que creemos, pero el Espíritu y la Verdad prevalecerán porque no forman parte de filosofías, ni de dogmas, ni de creencias. Porque el amor será siempre el amor, manifestado en la cercanía al ser humano que necesita de nosotros, y de la necesidad que nosotros tenemos de manifestarnos en nuestra esencia, que no es otra cosa sino el amor.