5/1/12

¿Elegir o renunciar?



En nuestro camino hacia las metas es importante tener en cuenta la orientación positiva con toda una serie de afirmaciones que nos ayuden a reforzar nuestro camino en medio de todos los obstáculos.

En un programa de televisión veía hace unos días a una educadora que ayudaba a unos padres en la educación de sus hijos. El padre, que tenía claro lo que quería, no hacía otra cosa que recordar constantemente a sus hijos lo que tenían que hacer. No cesaba nunca de llamarles la atención. Había momentos en los que se desesperaba y daba alguna voz algo más fuerte del tono con el que debía de hacerlo normalmente. Pero había algo que brillaba por su ausencia, el refuerzo positivo ante lo que hacían bien sus hijos. La obsesión y la mirada estaba centrada en lo que no gustaba o en lo que no se hacía bien, mientras que la ceguera era total ante lo que sí salía bien.

Si nuestra mirada se queda anclada en lo que queremos dejar o en aquello que no nos gusta estaremos reforzando los fallos, lo que nos hace sentir mal y difícilmente creceremos o permitiremos crecer a los demás. Si agradecemos, apreciamos y alentamos los pequeños logros lo que haremos es fortalecer lo que se hace bien y estimularemos a seguir creciendo. Nada mejor que se nos reconozcan las virtudes para trabajarlas más y poder sentirnos orgullosos de nosotros mismos.

La mirada hay que ponerla en lo que elegimos y no en lo que queremos abandonar. Dejemos que los muertos entierren a los muertos, dice Jesús en el Evangelio. No carguemos con fardos pesados. Simplemente caminemos por la vida ligeros de equipaje para afrontar con toda naturalidad lo que elegimos que, sin duda alguna, tiene mucha más importancia que lo que dejamos, que por eso lo hemos elegido.