El futuro nos atormenta
Y el pasado nos encadena.
He aquí porque se nos escapa el presente.
Gustave Flaubert.
Acostumbramos a caminar con demasiadas cargas en la vida. Por una parte el pasado se convierte en una gran losa, bien sea por los aspectos positivos, bien sea por los negativos.
Los aspectos positivos nos cargan de experiencia y confortados por la seguridad que nos dan nos aferran a patrones que pueden funcionar o que pueden impedirnos ver la realidad tal y como es en otros momentos. Los aspectos negativos pueden pegarse como losas a nuestras vidas de tal manera que nos hacen sentir mal, nos impiden pensar libremente y no estar abiertos a nuevos caminos.
Por otra parte el futuro puede llegar a ser obsesionante y puede ser una carga para poder caminar. El futuro puede algo que destella enormemente pos su importancia. ¿Te imaginas conduciendo un coche y encontrarte uno de frente con las luces largas encendidas y en plena noche? Te impide ver. Y lo peor de todo es que nuestras preocupaciones muchas veces ni tienen fundamento ni llegan a ocurrir. Y si ocurren las vivimos por anticipado y cuando ocurren de verda, es decir, dos veces.
Pero, ¿qué importancia le damos al presente? Hipotecamos el presente por lo que nos ha pasado anteriormente y por lo que nos puede pasar en el futuro. Vivir el presente y saborear cada momento aporta una gran riqueza, equilibrio y tranquilidad a nuestras vidas, que buena falta nos hace.
Una presentación sobre el presente:
Una canción: Beyoncé. Halo