"No puedo enseñaros nada,
solamente puedo ayudaros
a buscar el conocimiento
dentro de vosotros mismos,
lo cual es mucho mejor que traspasaros
mi poca sabiduría"
(Sócrates)
Tenemos una tendencia a que nos soluciones los problemas, o a que alguien se mueva por nosotros. Exigimos y pedimos responsabilidades a los demás, mientras que somos muy laxos con nosotros mismos. Cuando alguien nos deja solos, o cuando nos vemos abandonados de la mano de Dios surgen nosotros un sentimiento de victimas que hace que nuestra vida se torne en algo gris y desgraciado.
Pero la realidad es que del encuentro con uno mismo nace algo asombroso: creatividad, ingenio, talentos escondidos y capacidades no explotadas hasta el momento concreto. La soledad y el encuentro con nosotros mismos esconde esa doble vertiente de miedo e inseguridad y de victoria y riqueza.
Hemos llegado hasta el día después de largos recorridos en los que hemos tenido que ir madurando, enfrentándonos a la vida y a sus dificultades. Hemos madurado gracias a los golpes de la vida. Lo más curioso de todo es que en nuestra mente yace un pensamiento, una actitud y una creencia sobre la que queremos "evitar" a nuestros hijos que pasen por donde hemos pasado nosotros. Queremos que nos den la vida en bandeja, y dar la vida en bandeja, olvidando que la vida que somo y tenemos es fruto de todo un proceso de madurez y de encuentro con nosotros mismos.
La mayor riqueza que podemos dejar a todos los que nos rodean no es todo un conjunto de riquezas materiales que, el fin y al cabo, se irán con nosotros. Dejarles la capacidad de saber afrontar la vida y sus retos, hacer todo lo posible para que se valgan por si mismos sabiendo caer y levantarse, decidir bien o mal y saber corregir, es el proceso natural de la vida.
Pero lo importante es saber dejar los espacios para que cada uno decida, se encuentre consigo mismo, no dependa de los demás y experimente la vida por si mismo. Buscamos el que sean paternalistas con nosotros o nosotros serlo con otros. Nos hallamos cómodos siendo victimas y recibiendo el cariño y la comprensión de la gente. Pero lo que nos da pánico es dar ese paso hacia lo desconocido, hacia lo que somos nosotros y podemos llegar a ser. Preferimos el mundo de seguridad al mundo de lo incierto, pero que esconde todo un mundo de potencias que hay dentro de nosotros.
Lo mejor, como decía Sócrates, es buscan dentro de nosotros toda la vida, todas las respuestas y todos los recursos que tenemos. Siempre habrá tiempo de contrastar, de aprender de ese contraste y de corregir. Somos seres llenos de vida.