Abel y Caín llegaron a un gran lago y se acercaron a la orilla para contemplar sus aguas.
–Aquí dentro hay alguien –comentó Abel a su hermano, sin darse cuenta de que estaba viendo su propio reflejo.
Puesto en alerta por si se trataba de alguna criatura amenazadora, Caín levantó su bastón y se asomó a las aguas. Al ver que la imagen hacía lo mismo, permaneció muy quieto esperando el golpe.
A su lado, Abel miraba su propia imagen en el lago, que le regaló una sonrisa. Eso le provocó una carcajada, y el ser del lago hizo lo mismo.
Al alejarse de allí, cada uno de los hermanos se fue con una experiencia opuesta. Caín se decía: “¡Qué violentos son los seres que viven en el lago!”
Por su parte, Abel pensaba: “¡Qué lugar tan agradable! En el lago viven seres amables y risueños”.Paulo Coelho
La verdad es que nada es verdad no nada es mentira. Todo depende del cristal desde el que se mira. La realidad es única para todos y cada uno de nosotros. Lo diferente es la manera de mirarla, el modo de afrontarla y las decisiones que tomamos ante ella. La fábula de Caín y Abel bien podría decirse de situaciones que nos afectan positiva o negativamente. ¿Por qué reaccionamos de esa manera? ¿Qué hace que nos inclinemos más hacia el lado optimista o pesimista, positivo o negativo de la realidad?
Yo creo que es la imagen que tenemos de nosotros mismos. La proyectamos hacia afuera haciendo creer que las circunstancias nos atacan de forma constante.
Hay algo tan sencillo que podríamos hacer cuando la realidad parece superarnos, tocar nuestras fibras y hacer que respondamos de una manera un tanto desequilibrada: ¿Por qué no mirar a como reaccionan los que están a nuestro lado o frente a nosotros? ¿Por qué valores nos regimos nosotros y por cuáles se rigen ellos? ¿Qué tiene de positivo nuestra forma de mirar la realidad y en que nos impide estar confortables y a gusto?
Todo depende de nuestra forma de mirar las cosas. Y si cambiamos la forma de mirar las cosas, curiosamente, las cosas parecen cambiar; el mundo parece cambiar. Y la realidad sigue siendo la misma, pero lo que ha cambiado es la forma de verla.
Nunca está demás en profundizar en la manera en la que otras personas miran la realidad. Siempre tendremos algo que aprender.