Permitir que el pasado dicte nuestro presente… y nuestro futuro. Cada día tenemos oportunidad de tomar nuevas y mejores decisiones. No tenemos que vivir condicionados por el pasado.
Esperar que pase lo peor. Hay que mantener el optimismo. Es vital para saborear el presente y caminar alegres hacia el futuro.
Hablar mal de los demás cuando no están. Es una manera de escondernos de los demás y, sobre todo, de nosotros mismos.
No cumplir con lo que dices. La incoherencia nos mantiene insatisfechos con nosotros mismos y perdemos credibilidad ante los demás.
Practicar el autosabotaje. Las excusas y postergar todo todo es uno de los peores enemigos.
Compararte con otros la toxicidad. La toxicidad puede convertirse en una bola de nieve contagiosa que acaba arrastrando a todos y creando un mal ambiente.
Querer cambiar a los demás. Los demás son como son y no dependemos de ellos. Querer cambiar a los demás implica una baja autoestima de uno mismo y una dependencia de los demás.
Esperar ser más feliz cuando ocurra algo en el futuro. La felicidad está en saber vivir cada momento de la vida y cada una de sus circunstancias.
Mantener pautas de pensamiento negativo. Somos lo que pensamos. Son los pensamientos los que crean nuestros sentimientos y emociones y de ahí nacen nuestros hábitos y actitudes.
Ser un hipócrita. No hay nada como ser coherente con uno mismo. Y lo que damos a los demás no es por aparentar sino porque lo que damos nos convence a nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario