27/2/15

Querer es poder, lo contario... ¿excusas?



Hay una bonita canción de Juan Pardo que, sin mal no recuerdo, está dedicada a personas con limitaciones físico y sensoriales: Amigo mío. Es una bella canción donde hay unas premisas que son imprescindibles a la hora de ver lo que queremos conseguir en la vida.


  • Si tu quieres, puedes. Querer es poder. El principio de los éxitos está en el querer y en el desear las cosas. Lo  hablaba esta mañana con una persona que tiene a su padre bastante impedido por culpa de un ictus cerebral que dejó media parte de su cuerpo un tanto paralizado. Pero concordábamos algo muy importante, la peor parálisis no es la de las manos o la de los pies, sino la de la mente que se niega a si misma a creer que es posible recuperar la vida cuando no das ya nada por ella. Es curioso porque esta mañana recibía una foto de alguien, entre una gran cantidad de muchos, que impedido se enfrentaba a hacer tiro al arco con los pies al no tener manos. El verdadero poder está en la mente, al igual que la excusa cuando realmente no lo queremos hacer.

  • Si puedes, debes hacer. Si podemos entonces debemos intentarlo. Como dice Luís Galindo, "de pequeños pasos están los triunfos llenos". No es cuestión de ser el mejor sino de disfrutar de lo que haces y sobre todo de lo que supone cada paso que das en la vida. Supone creer y valorarte a ti mismo, supone afrontar las dificultades como retos, supone no pensar tanto en la llegada o en el triunfo sino en el camino que realizas. Quien tiene la mirada puesta única y exclusivamente en la meta puede acabar frustrado o lo que es peor llegar sin hacer disfrutado del proceso del camino.

  • Siempre hay un motivo. Pero la clave está siempre en el motivo, el motivo que nos lanza, que nos mueve, que nos empuja. Porque el motivo siempre nos acompañará a lo largo del proceso y es el que nos proveerá de la energía suficiente para conseguir lo que buscamos y deseamos. La motivación se erige, pues, en algo fundamental. Tener claro el porqué de lo que hacemos y hacia donde vamos se convierte en la clave de nuestras energías.





Cuando tenemos claro los porqués también sabremos decidir con claridad ante las excusas que a diario nos ponemos.




26/2/15

El secreto del éxito.


Un hombre joven pidió a Sócrates el secreto del éxito. Sócrates dijo a hombre joven encontrarlo cerca del río la mañana siguiente. Se encontraron. Sócrates pidió que el hombre joven caminara con él en el río. Cuando el agua se levantó a su cuello, Sócrates tomó a hombre joven por sorpresa y hunió rápidamente lo en el agua. 
El muchacho luchó para salir pero Sócrates era fuerte y mantenidole allí hasta que el muchacho comenzara a ponerse azul. 
Sócrates sacó la cabeza del muchacho del agua y la primera cosa que hizo el hombre joven era jadear y tomar una respiración profunda del aire. 
Sócrates le preguntó, “Qué deseaba mayormente cuando estaba bajo el agua?” 
El muchacho contestó, “aire”. 
¡Sócrates dijo, “que es el secreto del éxito! Cuando usted quiere éxito tan gravemente como usted quiso el aire, después usted lo conseguirá!” No hay otro secreto.

El secreto del éxito en algo que buscas es, ante todo, "quererlo", "desearlo", "buscarlo con pasión". De la misma manera que buscamos el aire con pasión para seguir viviendo, también es necesario apostar por el sueño con ganas, ilusión y pasión.

Hace unos días escuchaba en boca de Juanita, venida desde Miami para un seminario de Amway, una frase de Helder Cámara: "Si le das a un pobre un pescado habrás solucionado su hambre para hoy; si le das una caña de pescar y le enseñas a pescar le habrás solucionado el hambre de por vida".

Hay momentos en los que miro hacia mi propia vida y hacia la vida de otras personas que me rodean y descubro que la verdadera necesidad no la hemos encontrado puesto que lo que hacemos, vivimos o dejamos de hacer o vivir ocurre sin pasión, motivación o ganas. Vemos que al poco tiempo las cosas se desvanecen por falta de ello.

Cuando te encuentras a personas que han tenido un infarto, un accidente o han estado en situaciones críticas de la vida te dicen que viven de forma diferente, tan diferente como valorando el tiempo y las cosas que antes no valoraban.

Hay una experiencia a nivel religioso, la Parábola del Hijo Pródigo, que deja bien claro que la necesidad, la pérdida de algo que tenías o las necesidades de reflotar en la vida te hacen reconocer errores, apostar por el sueño, desaprender en la vida y luchar contra el orgullo o el sin sentido de la propia vida. 

Es la necesidad la que mueve el mundo y las vidas, la necesidad de ser útil ante los problemas, la necesidad de sentir que aportas algo a la vida, la necesidad de ser "alguien" en la vida.

La necesidad y los sueños personales van juntos. Nacen desde dentro y se nutren desde dentro de nosotros y desde las necesidades de los demás. Pero hay que "sentir la necesidad" como la sentimos a la hora de quedarnos sin aire y tener que respirar. Cuando nos estamos ahogando, y ante la necesidad de respirar, desplegamos más fuerza que nunca aún con la posibilidad de poder ahogar a aquellos que intentan rescatarnos. 

Emprendemos el camino hacia nuestros sueños pero, ¿somos conscientes del por qué los buscamos? ¿Qué nos mueve? ¿Qué suponen para nosotros? 

En la medida que sueños y necesidades van unidos de la mano mayor es la posibilidad de poder alcanzarlos.



25/2/15

El camino de la sabiduría.



Un abad del monasterio de Esceta recibió a un joven que quería seguir el camino espiritual.  
- Durante un año, paga una moneda a quien te agreda – le dijo el abad. 
Durante doce meses el joven pagó una moneda siempre que era agredido. Al finalizar el año, volvió a presentarse ante el abad, para saber cual era el próximo paso. 

- Ve hasta la ciudad a comprar comida para mí.

En cuanto el joven salió, el abad se disfrazó de mendigo y, tomando un atajo que conocía, se fue hasta la puerta de la ciudad. Cuando el joven se aproximo, comenzó a insultarlo. 
¡Qué bien! dijo al falso mendigo ¡Durante un año entero tuve que pagar a todos los que me agredían y ahora puedo ser agredido gratis, sin gastar nada! 
Al oír esto, el abad se dio a conocer. 
- Quien es capaz de no darle importancia a lo que los otros dicen es un hombre que está en el camino de la sabiduría. Tú ya no te tomas los insultos en serio, y por lo tanto estás listo para el próximo paso.


La libertad interior es lo más grande que hay. Y necesitamos de ella en cada momento de la vida. Nuestras emociones, respuestas a la vida, relaciones con los demás están supeditadas muchas veces, por no decir en todas, a libertad de ser nosotros mismos a pesar de las circuntancias.

Cuando estamos a merced de lo que otros puedan decir o pensar de nosotros, cuando nuestra motivación depende de la aprobación de los demás, cuando los resortes que tenemos para vivir, trabajar y perseguir nuestros sueños dependen del apoyo de los demás, hemos perdido nuestra libertad y con ella la verdadera ilusión y motivación que hacen posible que superemos las las adversidades y dificultades.

La decisión siempre está en nosotros mismos.

24/2/15

El saco de plumas.


Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado. 
Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo: 
"Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?",
a lo que el hombre respondió: "Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una donde vayas". 

El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas.  

Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he terminado", a lo que el sabio contestó: "Esa es la parte más fácil. 

Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. Sal a la calle y búscalas".  

El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna. 

Al volver, el hombre sabio le dijo: 

"Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste". 

"Cometer errores es de humanos y de sabios pedir perdón y perdonar". 
El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas. Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he terminado", a lo que el sabio contestó: 
"Esa es la parte más fácil. 
Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. Sal a la calle y búscalas".  
El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna. 
Al volver, el hombre sabio le dijo: 
"Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste". 
"Cometer errores es de humanos y de sabios pedir perdón y perdonar".
La vida es así de simple y sencilla. Lanzamos palabras al aire, emitimos juicios contundentes, interpretamos la vida o los hechos de las personas, hacemos cosas o decidimos no hacer otras. Todo lo que hacemos tiene una repercusión tanto para nosotros como para la sociedad en la que vivimos. Unas veces ejercemos una influencia positiva, otras veces no tanta. 

Son pequeñas o grandes decisiones que tomamos cada día, muchas veces sin ser conscientes de la trascendencia de ellas. 

Hay una línea importante que unen las decisiones correctas de las menos correctas, y es la de los valores en lo que creemos y por los que nos decantamos en la vida. Si las decisiones que tomamos van unidas a los valores que profesamos tal vez no tengamos que dedicar mucho tiempo a tener que reunificar lo que el viento de la vida ha dispersado.



23/2/15

El riesgo de arriesgar y de confiar.




Cuentan que un cierto hombre estaba perdido en el desierto, a punto de morir de sed. 
Cuando él llegó a una casita vieja -una cabaña que se desmoronaba- sin ventanas, sin techo, golpeada por el tiempo. 
El hombre deambuló por allí y encontró una pequeña sombra donde se acomodó, huyendo del calor del sol desértico. 
Mirando alrededor, vio una bomba a algunos metros de distancia, muy vieja y oxidada. 
El se arrastró hasta allí, agarró la manija, y empezó a bombear sin parar. 
Nada ocurrió. Desanimado, cayó postrado hacia atrás y notó que al lado de la bomba había una botella. La miró, la limpió, removiendo la suciedad y el polvo, y leyó el siguiente mensaje: 
"Primero necesitas preparar la bomba con toda el agua de esta botella, mi amigo" 
PD.: "Haz el favor de llenar la botella otra vez antes de partir." 
El hombre arrancó la rosca de la botella y, de hecho, tenía agua. 
¡La botella estaba casi llena de agua! De repente, él se vio en un dilema: 
Si bebía el agua podría sobrevivir, pero si volcase el agua en la vieja bomba oxidada, quizá obtuviera agua fresca, bien fría, allí en el fondo del pozo, todo el agua que quisiera y podría llenar la botella para la próxima persona... pero quizá eso no salga bien. 
¿Qué debería hacer? ¿Volcar el agua en la vieja bomba y esperar el agua fresca y fría o beber el agua vieja y salvar su vida? 
¿Debería perder todo el agua que tenía en la esperanza de aquellas instrucciones poco confiables, escritas no se sabía cuando? 
Con temor, el hombre volcó todo el agua en la bomba. Enseguida, agarró la manija y empezó a bombear... y la bomba empezó a chillar. ¡Y nada ocurrió! Y la bomba chilló y chilló. 
Entonces surgió un hilito de agua; después un pequeño flujo, ¡y finalmente el agua salió con abundancia! La bomba vieja y oxidada hizo salir mucha, pero mucha agua fresca y cristalina. Él llenó la botella y bebió de ella hasta hartarse. La llenó otra vez para el próximo que por allí podría pasar, la enroscó y agregó una pequeña nota al billete preso en ella: "¡Créeme, funciona! ¡Necesitas dar todo el agua antes de poder obtenerla otra vez!" 
Podemos aprender cosas importantes a partir de esa breve historia: 
1. Ningún esfuerzo que hagas será valido, si lo haces de la manera equivocada. Puedes pasar toda tu vida intentando bombear algo cuando alguien ya reservó la solución para ti. ¡Pon atención a tu alrededor! ¡Dios, Vida en sí,  está siempre listo a suplir tu necesidad!
2. Aprende a arriesgar sobre todo cuando otros lo han hecho y lo han conseguido. Aprender de los que nos han precedido en el éxito y en conseguir lo que nosotros queremos es recorrer más del 50% del camino antes de iniciarlo.
3. ¡Aprende a mirar hacia adelante y comparte! Aquel hombre podría haberse hartado y olvidarse de que otras personas que necesitasen del agua pudiesen pasar por allí. Él no se olvidó de llenar la botella y todavía supo dar una palabra de incentivo. Preocúpate con quien está cercano a ti, recuerda: sólo podrás obtener agua si la das antes. Cultiva tus relaciones, ¡y da siempre lo mejor de ti! Así como nos hemos apoyado en el éxito de otros que otros puedan apoyarse en el nuestro. La vida es compartir.


20/2/15

LA SOPA DE PIEDRA.


Un monje estaba haciendo la colecta por una región en la que las gentes tenían fama de ser muy tacañas. Llegó a casa de unos campesinos, pero allí no le quisieron dar nada. Así que como era la hora de comer y el monje estaba bastante hambriento dijo:
-Pues me voy a hacer una sopa de piedra riquísima.
Ni corto ni perezoso cogió una piedra del suelo, la limpió y la miró muy bien para comprobar que era la adecuada, la piedra idónea para hacer una sopa. Los campesinos comenzaron a reírse del monje. Decían que estaba loco, que vaya chaladura más gorda. Sin embargo, el monje les dijo:
-¡Cómo! ¿No me digan que no han comido nunca una sopa de piedra? ¡Pero si es un plato exquisito!
-¡Eso habría que verlo, viejo loco! –dijeron los campesinos.
Precisamente esto último es lo que esperaba oír el astuto monje. Enseguida lavó la piedra con mucho cuidado en la fuente que había delante de la casa y dijo:
-¿Me pueden prestar un caldero? Así podré demostrarles que la sopa de piedra es una comida exquisita.
Los campesinos se reían del fraile, pero le dieron el puchero para ver hasta dónde llegaba su chaladura. El monje llenó el caldero de agua y les preguntó:
-¿Les importaría dejarme entrar en su casa para poner la olla al fuego?
Los campesinos lo invitaron a entrar y le enseñaron dónde estaba la cocina.
-¡Ay, qué lástima! –dijo el fraile-. Si tuviera un poco de carne de vaca la sopa estaría todavía más rica.
La madre de la familia le dio un trozo de carne ante la rechifla de toda su familia. El viejo la echó en la olla y removió el agua con la carne y la piedra. Al cabo de un ratito probó el caldo:
-Está un poco sosa. Le hace falta sal.
Los campesinos le dieron sal. La añadió al agua, probó otra vez la sopa y comentó:
-Desde luego, si tuviéramos un poco de berza los ángeles se chuparían los dedos con esta sopa.
El padre, burlándose del monje, le dijo que esperase un momento, que enseguidita le traía un repollo de la huerta y que para que los ángeles no protestaran por una sopa de piedra tan sosa le traería también una patata y un poco de apio.
-Desde luego que eso mejoraría mi sopa muchísimo -le contestó el monje.
Después de que el campesino le trajera las verduras, el viejo las lavó, troceó y echó dentro del caldero en el que el agua hervía ya a borbotones.
-Un poquito de chorizo y tendré una sopa de piedra digna de un rey.
-Pues toma ya el chorizo, mendigo loco.
Lo echó dentro de la olla y dejó hervir durante un ratito, al cabo del cual sacó de su zurrón un pedacillo de pan que le quedaba del desayuno, se sentó en la mesa de la cocina y se puso a comer la sopa. La familia de campesinos lo miraba, y el fraile comía la carne y las verduras, rebañaba, mojaba su pan en el caldo y al final se lo bebía. No dejó en la olla ni gota de sopa. Bueno. Dejó la piedra. O eso creían los campesinos, porque cuando terminó de comer cogió el pedrusco, lo limpió con agua, secó con un paño de la cocina y se lo guardó en la bolsa.
-Hermano, -le dijo la campesina- ¿para que te guardas la piedra?
-Pues por si tengo que volver a usarla otro día. ¡Dios los guarde, familia

El arte de vender nuestros sueños, de hacer posible lo que deseamos. ¿No crees? Ingenio, astucia, creatividad, saber comunicar...... Un poquito de todo.

Unas veces somos víctimas de la astucia de los demás, otras veces somos nosotros los astutos.

En el fondo todos somos vendedores. Vendedores de sueños, de valores, de creencias, de gustos, de necesidades, etc.

Lo importante es ser consciente de lo que uno quiere conseguir, de cómo puede conseguirlo y como el mago saber ilusionar en aquello que realmente creemos.

Y todo se va consiguiendo si vamos involucrando a los demás en nuestro sueño, ilusionando y no forzando, dando libertad y no obligando.


19/2/15

Optar por lo mejor.




Dice una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron, y uno le dió una bofeteada al otro.El otro ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:HOY MI MEJOR AMIGO ME PEGÓ UNA BOFETADA EN EL ROSTRO.Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse.El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo.Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:HOY MI MEJOR AMIGO ME SALVÓ LA VIDA.Intrigado el amigo preguntó:¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra ?Sonriendo, el otro amigo respondió:"Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo, por otro lado, cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo ".
Leyenda Árabe 
Hay una gran diferencia entre la mente positiva y la visión negativa de la vida. visión que comenté hace unos días. Cuando hablamos de sentimientos hay sentimientos con los que caminamos a lo largo de la vida y que, por desgracia, no nos permiten caminar. Caemos y nos aferramos a la piedra contra la que tropezamos.

Los sentimientos negativos tales como el rencor, la ira, el odio, el resentimiento, etc. están presentes en nuestra vidas y creyendo que con ello ofendemos y lastimamos al que nos ha ofendido, lastimado, frustrado, etc. nos daña más a nosotros mismos. ¿Donde poner el foco cuando la vida nos golpea? En lo que queremos y no en lo que rechazamos.

Cuando grabamos los sentimientos en piedra permanecen para siempre. Pero somos nosotros los que decidimos lo wu escribir en piedra y lo que escribir en arena. Somos nosotros los que tenemos que elegir y optar por lo que nos ayude a alcanzar metas y conseguir objetivos.

Lo importante es que las decisiones que tomemos están en función de lo que perseguimos y no de lo que nos sucede, de lo que queremos y no de lo que no deseamos. Las tomas de decisiones en la vida tienen que estar en función de lo que deseamos alcanzar en la vida.

¿Qué elegimos cada día? Yo he tenido ocasión de apegarme a situaciones negativas o frustrantes que he tenido en la vida. Unas veces he caído en la tentación y la calidad de de vida se ha venido abajo. Me di cuenta y opté por vivir enfocado en lo que quería y, como en el cuento, los sentimientos negativos fueron barridos por el viento mientras que los positivos quedaban grabados en la mente y en el corazón permitiéndome alcanzar una mejor calidad de vida mental, física y de ilusiones.


18/2/15

El eco de la vida.




Un hijo y su padre estaban caminando en las montañas.
De pronto el hijo se cae, se lastima y grita: "Ahhhh"
Para su sorpresa, oye una voz repitiendo en algún lugar de la montaña: "Ahhhh!"
Con curiosidad, el niño grita: "¿Quién está ahí?"
Y escucha: " ¿Quién está ahí? "Enojado con la respuesta, el niño grita: "Cobarde".Y recibe de respuesta: "Cobarde".El niño mira a su padre y le pregunta: "¿Qué sucede?"El padre le contesta: "Presta atención hijo"., sóloY grita: "¡Te admiro!".Y la voz responde: "¡Te admiro!"¡Eres un campeón!""¡Eres un campeón!"Y el padre le explica: "La gente lo llama ECO", pero,en realidad, es la VIDA...........que te devuelve todo lo que haces.Nuestra vida es simplemente un reflejo de nuestras acciones.Si deseas más amor en el mundo, crea más amor a tu alrededor.Si deseas felicidad, da felicidad a los que te rodean.Si quieres una sonrisa en el alma, dirige una sonrisa al alma de los que conoces.Esta relación se aplica a todos los aspectos de la vida.La vida te dará de regreso... exactamente aquello que tú le has dadoTu vida, no es una coincidencia, es un reflejo de ti.Alguien dijo: "Si no te gusta lo que recibes de vuelta, revisa bien lo que estás dando!!"

Puede resultar curioso pero la realidad es muy parecida a la que nos presenta este pequeño cuento. De hecho no nos percatamos el mensaje que muchas veces emitimos hacia nuestro exterior hasta que nos damos de bruces con la realidad. Nos lo pueden decir por activa o pasiva conocidos o familiares, pero hasta que no nos escuchamos nosotros mismos no caeremos en la cuenta del mensaje que emitimos y como nos viene de vuelta.

Yo, y sin pensar en esto concretamente, me he oído en grabaciones que he hecho para preparar alguna charla que he dado. Cuando me he escuchado me daba cuenta de que fallaban cosas. A veces, y por el tono de voz, ni yo mismo me identificaba con lo escuchaba. Era hora de cuestionarse lo que uno estaba haciendo, no tanto el cómo lo estaba haciendo, sino lo que estaba haciendo. Más que nada es porque si lo que intentamos transmitir no nos convence ni a nosotros mismos, ¿por qué lo transmitimos? Como decía Einstein, sólo y cuando somos capaces de explicarle algo a un niño de cinco años o a una persona mayor, y son capaces de entenderlo, es porque nosotros lo hemos entendido.

Si fuéramos capaces durante una semana, sólo una semana, de llevar un cuaderno a nuestro lado e ir escribiendo pensamientos que vienen a nuestra mente y frases que emitimos a cada instante nos quedaríamos sorprendidos de la cantidad de mensajes negativos que emitimos sobre la vida, sobre los demás o sobre nosotros mismos. Lo más curioso de todo es que el mensaje que emitimos de los demás o de la misma vida no es otra cosa que la afirmación de cómo vemos nosotros a los demás y a la misma vida, no tanto como ellos son, sino como nosotros lo vemos. ¿No suena esto un poco al eco del cuento?

Si a ello añadimos que muchas veces ni queremos escucharnos, ni profundizar en nosotros mismos, ni pararnos a reflexionar sobre lo que bulle dentro de nosotros, ¿qué tipo de eco se estará emitiendo en nuestra vida? Tal vez alguno que ni nosotros mismos somos capaces de soportar. Nos molestará, ¡si!, pero seremos incapaces de saber de donde y del por qué vienen.

17/2/15

Estrategia




EL TONTO DEL PUEBLO

Se cuenta que en un localidad de interior, un grupo de personas se divertían con el tonto del pueblo, un pobre infeliz de poca inteligencia, que vivía haciendo pequeños mandados y limosnas. Diariamente algunos hombres llamaban al tonto al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una de tamaño grande de 400 reales y otra de menor tamaño, pero de 2000 reales. Él siempre cogía la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos. Un día, alguien que observaba al grupo divertirse con el inocente hombre, le llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda de mayor tamaño valía menos y este le respondió: Lo sé, no soy tan tonto, vale cinco veces menos, pero el día que escoja la otra, el jueguecito acaba y no voy a ganar más mi moneda.Esta historia podría concluir aquí, como un simple chiste, pero se pueden sacar varias conclusiones:
  • La primera: Quien parece tonto, no siempre lo es. 
  • La segunda: ¿Cuáles eran los verdaderos tontos de la historia? 
  • La tercera: Una ambición desmedida puede acabar cortando tu fuente de ingresos. 
  • Pero la conclusión más interesante es: Podemos estar bien, aun cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosotros mismos. Por lo tanto, lo que importa no es lo que piensan de nosotros, sino lo que uno piensa de sí mismo. 
"El verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser tonto delante de un tonto que aparenta ser inteligente"


Esta pequeña historia o cuento que corre por internet ya lo había leído hace tiempo. Lo curioso es ver como mucha gente, aparentemente tonta, ha sabido aprovechar estrategias absurdas, escondidas. extrañas e incluso no aceptadas. Después de algún tiempo vemos como avanzan y como nosotros quedamos atrás. 

La vida ofrece oportunidades. Y una de ellas es la del saber ser hormiga que va lentamente almacenando en su granero para todo el invierno. Lo más curioso es que todas trabajan en equipo e incluso podemos ver como se ayudan. No hace mucho leía la siguiente frase que no deja de ser algo parecido al cuento del tonto del pueblo:


Esto es algo que se hace hoy en día en el mercadeo en redes y que parece hacer realidad los sueños de muchos. La avaricia rompe el saco, el trabajar la confianza de la gente genera mucho más, aunque sea poco a poco. El único problema es que hay que ganársela y tener en cuenta la famosa frase de Stephen Covey: "Yo gano, tu ganas", es decir, todos ganamos.

Pero para ello hay que saber tener la astucia, la visión y la estrategia inteligente.

16/2/15

Ser lo que realmente somos.


Me llamó la atención esta frase de Einstein porque refleja una realidad que palpamos en nuestro día a día, sobre todo vemos como las expectativas que tenemos de otras personas se vuelven contra nosotros o las que otro tienen de nosotros nos llegan a satisfacerlos. 

La realidad es que cada es único y cada persona tiene algo en su vida que puede hacer casi casi a la perfección siempre que lo trabaje y le dedique tiempo. El problema radica cuando intentamos satisfacer las expectativas de otros y dejamos de ser fieles a nosotros mismos y a lo que es natural a cada uno. 

Podemos intentar que otros hagan lo que nosotros queremos, pero la experiencia dice que nunca serán los suficientemente bueno en ellos y lo que puede ser peor es que nunca serán plenamente felices con ello o nunca se sentirán plenamente satisfechos con lo que hacen.

Si revisáramos nuestra vida nos daremos cuenta de que deseamos que llegue pronto el fin de semana o postergamos las cosas hasta que no nos queda más remedio que hacerlas. Al final hacemos las cosas por obligación y no por devoción o por amor al arte.

La etapa más feliz de nuestra vida dice que es la niñez. Al menos es en la que más sonreímos y menos nos damos cuenta del tiempo que pasa. ¿Será porque hacemos lo que nos gusta y le dedicamos el tiempo en cuerpo y alma?

Lo que mayor felicidad nos da a cada uno de nosotros es la sensación de sentirnos útiles en la vida. Nos sentimos así cuando realizamos aquello con lo que nos identificamos. Y nos sentimos mal cuando no nos sentimos útiles o cuando la vida parece vacía, no nos dice nada o carece de sentido.

El mejor regalo que nos podemos hacer a nosotros mismos es sentirnos útiles haciendo aquello con lo que nos identificamos. El mejor regalo que podemos hacer a los demás es permitir que se sientan útiles por si mismos u portadores de vida a los demás a través de lo que hace posible ese sentimiento. Cuando nos cortamos las alas de la vida que llevamos dentro, o cortamos las de otros hacemos que los sentimientos de inutilidad crezcan y nos sintamos mal. 

La mejor manera de sentirse bien y útil es siendo nosotros mismos y haciendo crecer en nosotros lo que nos hace sentir bien.



13/2/15

Cuando la vida se vuelve útil.



¿Qué puedo hacer por los demás? ¿Cambia algo mi vida a la hora de hacer algo por los demás? Todo ello conlleva algo muy importante, ofrecer desde lo que uno lleva dentro. 

La experiencia es que cuando llegamos a alguien hasta el fondo de su necesidad o de su corazón la alegría que se produce es más grande en quien da que en quien recibe. Simplemente echamos una ojeada a nuestras experiencias en las que hemos hecho algo por alguien y el sentimiento de satisfacción es tan grande que difícilmente podremos olvidarlo. Y si me apuro un poco diría que nuestra vida cobra más sentido y hace que nos sintamos mucho más a gusto con nosotros mismos que cuando somos incapaces de aportar algo a la vida de otros.

Pero lo más curioso de todo es que cuando me he encontrado en situaciones de tener que aportar algo a la vida de otros me he visto en la postura de tener que buscar soluciones y alternativas que jamás hubiera buscado si no intentara resolver esas situaciones. La mente se ha abierto, la creatividad se ha disparado y las oportunidades crecen por cualquier parte. En definitiva, que nuestra vida no solo se siente más satisfecha sino que ha probado el sabor de la creatividad y de la iniciativa ante situaciones que parecían no tener sentido. De una manera u otra el ayudar a los demás nos ha ayudado a crecer como personas y a madurar saliendo de nuestra zona de confort para salir en búsqueda de nuevas oportunidades.

"Somos" en la medida en que damos a los demás de lo que llevamos dentro. "Somos" en la medida en la que somos capaces de crecer para poder seguir aportando a los demás. "Somos" en la medida en que experimentamos esa alegría sana de saber que nuestra vida es útil a los demás y que vamos dejando huella y bien sabor de boca.

Lo que dejamos a los demás puede que un día llegue a dejar de ser importante, pero lo que sí no dejará de ser importante será el impacto que nuestra vida puede causar en la vida de los demás. Hay algo que nunca muere, y es eso, lo que otros han hecho que sintiéramos en nuestras vidas.




11/2/15

COMO EL LÁPIZ




El niño miraba al abuelo escribir una carta. En un momento dado le preguntó:

- ¿Abuelo, estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos? ¿Es, por casualidad, una historia sobre mí?

El abuelo dejó de escribir, sonrió y le dijo al nieto:

- Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras, es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.

El nieto miró el lápiz intrigado, y no vio nada de especial en él, y preguntó:

- ¿Qué tiene de particular ese lápiz?

El abuelo le respondió: Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán siempre de ti una persona en paz con el mundo.

1. Dios. Puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. Esta mano la llamamos Dios, y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad.

2. Constancia. De vez en cuando necesitas dejar lo que estás escribiendo y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final, estará más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona.

3. Humildad. El lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.

4. La esencia de uno mismo. Lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.

5. Conciencia. Siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida, dejará trazos. Por eso intenta ser consciente de cada acción.


Talento: Capacidad, Compromiso y Contexto.


Me gustó esta frase de Juan Carlos Cubeiro. La verdad es que el éxito de la persona talentosa no viene por casualidad sino que viene por una serie de hábitos y actitudes que día a día tienen que ser entrenadas para ser aprovechadas de forma instintiva en el momento adecuado, en el sitio adecuado y de la forma adecuada.

  • Capacidad. ¿Quién tiene capacidad? Creo que en el fondo todos tenemos cierta capacidad para hacer las cosas. Lo que ocurre es que las circunstancias nos obligan y muchas veces hay quien aprende por voluntad propia mientras que otros lo hacen a palos. Pero todos tenemos la capacidad. Y queda de manifiesto que muchas personas con limitaciones físicas nos lo hacen ver a menudo cuando son capaces de hacer, y con bastante destreza, cosas que nosotros ni por asomo lo hemos intentando. La capacidad no es otra cosas que pasar por los cuatro estadios del aprendizaje.
  • No saber que no lo dominas, o lo que es lo mismo, la incompetencia inconsciente lo que no te abre las puertas a saber que puedes aprender a hacer algo pues no eres consciente de saberlo o de ignorarlo.
  • La incompetencia consciente que al menos te hacer dar cuenta de que no sabes y te abre la posibilidad de querer saber y del querer aprender. Aunque nuestro conocimiento sea parco tenemos a nuestro favor el reconocerlo y el querer aprender. Es el inicio en sí del aprendizaje.
  • La competencia consciente viene a darse en la medida en la que vamos aprendiendo las cosas y nos damos cuenta de ello. Sabemos que sabemos y lo desarrollamos en la medida de lo posible.
  • La competencia inconsciente que es cuando nuestro conocimiento es tal que se va haciendo automático e incluso puede permitirse el lujo de introducir variantes, experimentar y adornar las situaciones. La seguridad que uno posee es tan grande que es capaz de dominar las situaciones y sacar todo el provecho de ellas.

  • Compromiso. La capacidad o competencia inconsciente se da después de muchas y muchas horas de entrenamientos, de intentos fallidos o frustrados. No es fruto de la casualidad sino de la constancia. Imagínate por un momento que uno tenga la facilidad o capacidad de tocar el piano, la guitarra o cualquier otro instrumento. ¿Podría ser un fuera de serie sin no se compromete en la actividad de tocar a diario y durante mucho tiempo? Lo más probablemente es que no. El compromiso no es otra cosa que sentir el gusto por algo y dedicarle mucho tiempo a ese algo simplemente por el placer que se siente a la hora de realizarlo. Compromiso no es obligación sino dedicación, vocación y gusto por hacer algo que forma parte de ti.
  • Contexto adecuado. A veces no es cuestión de saber estar en el momento adecuado, a la hora adecuado y de la forma adecuada. A veces uno tiene que hacer posible que esas circunstancias se den, hay que crear las circunstancias para que las capacidades y las competencias puedan utilizarse en ese momento. Un pequeño ejemplo puede servir. Cuando los delanteros de un equipo arrastran hacia a un lado a toda la defensa para dejar huecos estratégicos que aproveche otro jugador. O el hacerse el encontradizo con la persona que deseas conocer, ver o encontrar. 
El talento, pues, es una conjugación de habilidades que se trabajan de forma constante y comprometida al punto de dominar lo que haces, sentir gusto por lo que haces e inventar situaciones donde hacerlo y donde, posiblemente, nadie lo ha hecho.




10/2/15

¿Qué hace la diferencia?



Ayer cayeron en mis manos dos vídeos bastante estimulantes que te invito a ver. Uno es el de un ciego que ha sabido sobreponerse a su ceguera y tener que afrontar nuevos retos en la vida. Su discurso, ante las muchas quejas que tenemos a diario en nuestra vida, es realmente elocuente. Cambia su problema por el nuestro. ¿No es realmente increíble? Tal vez ninguno de nosotros cambiaría el nuestro por el suyo.

El segundo vídeo no deja de sorprenderme porque vemos como las limitaciones físicas a veces son un estimulante para las propias vidas y como muchas veces los que tienen unas limitaciones bastante grandes como pueden ser la ceguera en el primer caso o la falta de, prácticamente extremidades superiores en el segunda, podrían condicionarnos pero no lo hacen.

Queda una reflexión después de ver a mucha gente salir adelante a pesar de sus limitaciones: 
  • ¿Qué hace posible sus éxitos? 
  • ¿Por qué nos refugiamos en excusas?

El sueño, la ilusión, el sentido de la vida, el sentirse "alguien en la vida", hacen que salgas adelante. El vivir sin sueños, sin metas, sin ilusiones, por el contrario, hace que en la vida abunden las excusas. 

Duda y comodidad, conformismo y falta de identidad, sobrevivir en vez de vivir, ser dueño de la propia vida y destino en vez de que el sueño y el destino lo marquen otros.

Te invito a ver los dos videos. No duran mucho. Luego saca las conclusiones y si quieres compártelas.









9/2/15

Pautas para no caer en nuestros propios errores.




  • Permitir que el pasado dicte nuestro presente… y nuestro futuro. Cada día tenemos oportunidad de tomar nuevas y mejores decisiones. No tenemos que vivir condicionados por el pasado.
  • Esperar que pase lo peor. Hay que mantener el optimismo. Es vital para saborear el presente y caminar alegres hacia el futuro.
  • Hablar mal de los demás cuando no están. Es una manera de escondernos de los demás y, sobre todo, de nosotros mismos.
  • No cumplir con lo que dices. La incoherencia nos mantiene insatisfechos con nosotros mismos y perdemos credibilidad ante los demás.
  • Practicar el autosabotaje. Las excusas y postergar todo todo es uno de los peores enemigos.
  • Compararte con otros la toxicidad. La toxicidad puede convertirse en una bola de nieve contagiosa que acaba arrastrando a todos y creando un mal ambiente.
  • Querer cambiar a los demás. Los demás son como son y no dependemos de ellos. Querer cambiar a los demás implica una baja autoestima de uno mismo y una dependencia de los demás.
  • Esperar ser más feliz cuando ocurra algo en el futuro.  La felicidad está en saber vivir cada momento de la vida y cada una de sus circunstancias.
  • Mantener pautas de pensamiento negativo. Somos lo que pensamos. Son los pensamientos los que crean nuestros sentimientos y emociones y de ahí nacen nuestros hábitos y actitudes.
  • Ser un hipócrita. No hay nada como ser coherente con uno mismo. Y lo que damos a los demás no es por aparentar sino porque lo que damos nos convence a nosotros mismos.

7/2/15

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