24/2/15

El saco de plumas.


Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado. 
Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo: 
"Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?",
a lo que el hombre respondió: "Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una donde vayas". 

El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas.  

Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he terminado", a lo que el sabio contestó: "Esa es la parte más fácil. 

Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. Sal a la calle y búscalas".  

El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna. 

Al volver, el hombre sabio le dijo: 

"Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste". 

"Cometer errores es de humanos y de sabios pedir perdón y perdonar". 
El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas. Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he terminado", a lo que el sabio contestó: 
"Esa es la parte más fácil. 
Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. Sal a la calle y búscalas".  
El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna. 
Al volver, el hombre sabio le dijo: 
"Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste". 
"Cometer errores es de humanos y de sabios pedir perdón y perdonar".
La vida es así de simple y sencilla. Lanzamos palabras al aire, emitimos juicios contundentes, interpretamos la vida o los hechos de las personas, hacemos cosas o decidimos no hacer otras. Todo lo que hacemos tiene una repercusión tanto para nosotros como para la sociedad en la que vivimos. Unas veces ejercemos una influencia positiva, otras veces no tanta. 

Son pequeñas o grandes decisiones que tomamos cada día, muchas veces sin ser conscientes de la trascendencia de ellas. 

Hay una línea importante que unen las decisiones correctas de las menos correctas, y es la de los valores en lo que creemos y por los que nos decantamos en la vida. Si las decisiones que tomamos van unidas a los valores que profesamos tal vez no tengamos que dedicar mucho tiempo a tener que reunificar lo que el viento de la vida ha dispersado.



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