Me gustó esta frase de Juan Carlos Cubeiro. La verdad es que el éxito de la persona talentosa no viene por casualidad sino que viene por una serie de hábitos y actitudes que día a día tienen que ser entrenadas para ser aprovechadas de forma instintiva en el momento adecuado, en el sitio adecuado y de la forma adecuada.
- Capacidad. ¿Quién tiene capacidad? Creo que en el fondo todos tenemos cierta capacidad para hacer las cosas. Lo que ocurre es que las circunstancias nos obligan y muchas veces hay quien aprende por voluntad propia mientras que otros lo hacen a palos. Pero todos tenemos la capacidad. Y queda de manifiesto que muchas personas con limitaciones físicas nos lo hacen ver a menudo cuando son capaces de hacer, y con bastante destreza, cosas que nosotros ni por asomo lo hemos intentando. La capacidad no es otra cosas que pasar por los cuatro estadios del aprendizaje.
- No saber que no lo dominas, o lo que es lo mismo, la incompetencia inconsciente lo que no te abre las puertas a saber que puedes aprender a hacer algo pues no eres consciente de saberlo o de ignorarlo.
- La incompetencia consciente que al menos te hacer dar cuenta de que no sabes y te abre la posibilidad de querer saber y del querer aprender. Aunque nuestro conocimiento sea parco tenemos a nuestro favor el reconocerlo y el querer aprender. Es el inicio en sí del aprendizaje.
- La competencia consciente viene a darse en la medida en la que vamos aprendiendo las cosas y nos damos cuenta de ello. Sabemos que sabemos y lo desarrollamos en la medida de lo posible.
- La competencia inconsciente que es cuando nuestro conocimiento es tal que se va haciendo automático e incluso puede permitirse el lujo de introducir variantes, experimentar y adornar las situaciones. La seguridad que uno posee es tan grande que es capaz de dominar las situaciones y sacar todo el provecho de ellas.
- Compromiso. La capacidad o competencia inconsciente se da después de muchas y muchas horas de entrenamientos, de intentos fallidos o frustrados. No es fruto de la casualidad sino de la constancia. Imagínate por un momento que uno tenga la facilidad o capacidad de tocar el piano, la guitarra o cualquier otro instrumento. ¿Podría ser un fuera de serie sin no se compromete en la actividad de tocar a diario y durante mucho tiempo? Lo más probablemente es que no. El compromiso no es otra cosa que sentir el gusto por algo y dedicarle mucho tiempo a ese algo simplemente por el placer que se siente a la hora de realizarlo. Compromiso no es obligación sino dedicación, vocación y gusto por hacer algo que forma parte de ti.
- Contexto adecuado. A veces no es cuestión de saber estar en el momento adecuado, a la hora adecuado y de la forma adecuada. A veces uno tiene que hacer posible que esas circunstancias se den, hay que crear las circunstancias para que las capacidades y las competencias puedan utilizarse en ese momento. Un pequeño ejemplo puede servir. Cuando los delanteros de un equipo arrastran hacia a un lado a toda la defensa para dejar huecos estratégicos que aproveche otro jugador. O el hacerse el encontradizo con la persona que deseas conocer, ver o encontrar.
El talento, pues, es una conjugación de habilidades que se trabajan de forma constante y comprometida al punto de dominar lo que haces, sentir gusto por lo que haces e inventar situaciones donde hacerlo y donde, posiblemente, nadie lo ha hecho.
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