31/12/12

2012



Se nos va otro año. Pensamos en el próximo que vega. Lo queremos un poco mejor do lo que tal fue éste. A nuestra mente se asoman las nuevas perspectivas y metas que nos gustaría alcanzar pero siempre nos queda algo importante atrás: el balance de lo aprendido durante todo este año que se acaba. "Nada se va, como dice la frase, hasta que nos haya enseñado lo que necesitamos saber". La pena sería que el año se vaya si haber aprendido algo, bien de nuestros aceirtos o errores, bien de los aciertos o errores de otros.

Pasar página de un año, de una situación y de una experiencia sin haber aprendido de ella es negarnos a vivir de forma plena y total. Es más, el futuro que tenemos que construir se basa en las lecciones aprendidas a lo largo de la vida, del tiempo, de nuestras experiencias.

Tomemos unos minutos, una hoja y un lápiz y hagamos el balance de todo un año que dejamos atrás. Al final del día brindaremos no sólo por el año que entra, sino por lo que hemos aprendido del que queda atrás. Las copas, los besos y abrazos si tendrán sentido después.

28/12/12

El silencio, ¿un amigo o un traidor?



Era uno de esos momentos cruciales que todos tenemos en la vida, un momento en el que tenía que tomar una decisión de dejar atrás cierta estabilidad, amigos, familia, el entorno geográfico en el que había nacido y muchas cosas más. Era uno de esos momentos en el que le dabas vueltas a la cabeza entre los pros y los contras de una decisión a tomar.

Siempre hay alguien a tu lado que te aconseja, te dice lo que debes hacer o lo que no. Muchas veces son amigos, otras conocidos y en otras meros guías de la vida que acostumbran a ayudar a los demás. La decisión estaba ahí, dentro de mi cabeza fraguándose, y más que fraguándose buscando una de esas señales, palabras o ademanes que te invitan a dar el paso. Pero en esa ocasión la persona que estaba a mi lado, bien consciente de lo que en mi se fraguaba, simplemente guardaba silencio. Un silencio que a mi me parecía traidor, frío, distante y que más que sentir la cercanía de ese amigo lo que me hacía sentir era distancia y desinterés hacía mi.

Pero mira por donde que a lo largo del tiempo he descubierto que en la soledad, en el silencio se fraguan las grandes decisiones, de las que uno es artífice y responsable, de las que no puedes culpar a nadie y de las que te desnudan ante la propia realidad haciéndote ver tus miedos a la vez que tus cualidades. Un silencio que te aleja de los condicionamientos que muchas veces los más allegados tienen de forma inconsciente hacia uno impidiéndonos tomar decisiones libres, maduras y objetivas.

El silencio es un tanto traidor tanto en cuanto te hace sentir que los demás no te apoyan o están lejos de ti, pero resulta enriquecedor cuando te hace pensar, alinear los valores que quieres conseguir o vivir y en cuanto te pone a ti mismo, desnudo tal y como eres, ante la pura realidad. Unas veces te sientes pobre e indefenso, otras en cambio, te sientes fuerte y capaz de conseguir lo que quieres.

El silencio es ese gran amigo que me ayuda ser yo mismo y a confiar en mi mismo como ser capaz de encontrar las salidas que la vida me pone ante mí. Es el gran desafiante que me hace dudar a la vez que me hace confiar en mi mismo.


27/12/12

Entre el fuego y el agua



Entre el fuego y al agua, entra la vida y la muerte, entre la luz y las tinieblas, entre el bien y el mal,  siempre eran los símbolos  que había que escoger a nivel bíblico. Y todo se reduce a una cosa muy importante, en la vida hay que saber escoger. De nuestras decisiones depende todo aquello que podamos cosechar o alcanzar en la vida.

Hay una decisión que siempre me ha llamado la atención a nivel bíblico, y aunque no deja de ser una alegoría, siempre lleva una gran carga de realidad y siempre ha gozado de la incomprensión de muchas personas. Es la decisión de Abrahám de sacrificar a su hijo, el prometido, a petición del mismo que se lo había prometido y regalado, Dios.

Un hijo representa, generalmente, lo máximo. Cuando tomamos decisiones solemos pensar en ellos y sopesar los pros y los contras. La decisión de Abrahám parece ir por derroteros totalmente contrarios. ¿Podemos llegar a sacrificar a un hijo simplemente porque Dios, la Vida, nos lo pide? Si lo miramos desde un punto de vista meramente físico tendría que decir que no, que es un absurdo, pero muchas veces tenemos valores, sentimientos, creencias que son muy importantes y que frenan nuestra capacidad de decidir, de vivir, de crecer, de generar vida hasta el punto que si no la generamos jamás podremos compartirla con los demás por el simple hecho de no tenerla dentro de nosotros mismos.

La decisión de Abrahám no la veo, pues desde la renuncia, sino desde la elección de ser libre para dar vida hasta el punto que cuando eres libre recuperas los valores, en su caso el hijo, porque como bien dice Jesús, "La verdad. nos hará libres".

La invitación que Jesús nos hace, su modelo de vida, es el de la libertad, el de la no dependencia no de las personas ni de las propias creencias, libertad que nos permita ser y crecer, pero crecer de verdad, generando vida para poder ofrecerla a los demás. Si miramos hacia lo que renunciamos, la cosa se pone dura y difícil. Si miramos hacia lo que elegimos nuestra mirada estará puesta en lo que queremos alcanzar y como dice Gandhi, el mérito y la recompensa está en el proceso que realizamos y no tanto en la meta que alcanzamos. Elegimos, al final, entre lo que nos conviene y lo que no, entre lo que nos hace sentir que somos alguien en la vida y los que nos sentimos muertos en vida.

21/12/12

El fin del mundo



Es curioso como hay mucha gente predispuesta a pensar en la tragedia y a augurar los peores presagios para la vida. Durante estos días se ha estado hablando sobre el fin del mundo que tenía que acontecer en el día de hoy. Hace unos años pasó otro tanto de lo mismo por entrar en el año 2.000 y hace muchos años, cuando era pequeño, recuerdo a una persona calva y con barbas subirse al altar, interrumpir la misa y decir en voz alta a todo el mundo que el fin del mundo estaba próximo.

Hoy, una vez más y como puedes comprobar, la vida sigue adelante y seguirá por mucho tiempo más. Los únicos que nos vamos o nos transformamos somos nosotros cuando dejamos este cuerpo material. Pero lo que me hace reflexionar sobre toda esta historia es la cantidad de veces que vivimos con el miedo en el cuerpo para sufrir por algo que no va a suceder. Hoy, por ejemplo, vemos como mucha gente se ha gastado cantidad de dinero en refugios para evitar lo que en sí sería inevitable. El miedo nos paraliza y aprisiona no permitiéndonos muchas veces gozar de la misma vida.

Me pregunto que sentirán todos aquellos que se han gastado tanto dinero y tantas palabras en advertir a los demás sobre algo que no ha sucedido. Es lo mismo que yo me he preguntado por la cantidad de tiempo perdido y de energías que he malgastado por miedos sin ningún tipo de base con los que yo he vivido. 

La mejor manera de vencer el miedo, además de estar bien informado de aquello que nos atemoriza, es vivir el día a día. Hay cosas que sucederán que yo no podré cambiar. Ahí me adapto o pierdo el tiempo preocupándome.por algo que no puedo cambiar. Vivir el momento ya trae consigo muchos retos y muchas vivencias que nos hacen gozar, aprender de la vida y desarrollarnos como personas.

Tal vez para muchos el fin del mundo llegue inesperadamente tras una enfermedad, un accidente o cualquier otra circunstancia, pero mientras tanto, a vivir......... Y todo esto es aplicable a muchos o a todos los miedos que solemos tener en la vida y que no nos permiten vivir o tomar decisiones. Por eso insisto, ¡a vivir, que son dos días!




20/12/12

Coraje



“Admiro a las personas que 
con el corazón roto y lleno de problemas, 
pueden levantar su mirada, sonreír y decir: 
“estoy bien”.

Emilio Duró

No es fácil en circunstancias duras de la vida el caminar bien erguidos y mantener la sonrisa en los labios y la actitud firme y positiva en lo que se necesita alcanzar. Nos dejamos llevar por sentimiento, emociones y muchas de las frustraciones que nos trae la vida en sí. Lo más normal es encontrar personas que tiran la toalla, se dan por vencido o adoptan una actitud totalmente pesimista que les quita la sonrisa de los labios.

¿Qué hace que ante situaciones difíciles se mantenga el ánimo intacto? El sentido de la vida y la motivación que ésta lleva consigo.

El sentido de la vida es la brújula de todo lo que hagamos y dejemos de hacer. ¿Qué hago yo en esta vida? ¿Tengo alguna misión? ¿Qué es lo que hace que cada mañana me levante y salga de casa? Tener un motivo para vivir es lo fundamental porque ese motivo es el que nos da la gasolina para ponernos en marcha cada día.

La falta de ilusión es el detonante para no seguir luchando. La capacidad de ilusionarse es precisamente lo que hace que nuestra motivación aumente y pongamos metas y sueños por los que luchar y afrontar los problemas.

Cuando los obstáculos se nos interponen la ilusión y la motivación hacen que nosotros, al igual que el agua, busque cualquier camino para conseguir lo que se quiere. La ilusión, al igual que la fe, mueve montañas.



19/12/12

Dejar ir....



Cuando la gente se aleja de ti,
déjalos ir,
no es que sean malas personas,
solo que su parte en tu historia
ya se terminó.

Una de las cosas más difíciles a las que nos enfrentamos muchas veces la soledad, la ausencia o el abandono de aquellos que nos van dejando por el camino de la vida. Unas veces puede que sea el afecto, otras la dependencia que tenemos de las personas y otras la necesidad que podemos tener de los demás por lo que ellos aportan a nuestra vida. Hay un momento para caminar juntos y otro para despedirnos y dejar ir.

En el Evangelio podemos encontrar un momento en los que la gente comienza a abandonar a Jesús. Pedro, un tanto preocupado, lo comparte con el Maestro y éste le dice: ¿Tú también quieres irte? Pedro le  respondió: ¿A donde iremos, Señor, si tu tienes palabras de vida eterna? Juan el Bautista, por otra parte dejó que Jesús pasase a ser la figura principal siendo el un profeta. No es nada fácil quedarse solo o en un segundo plano.

Unas veces la soledad nos pone a prueba frente a nosotros mismos, hacia nuestra propia credibilidad y autoconfianza. Otras veces requiere de nuestra capacidad de reacción y de ser capaces de asumir por nosotros mismos la propia realidad de la vida. Pero lo que si es cierto es que en todo el proceso de nuestra vida hemos ido dejando gente, que han sido uña y carne con nosotros, en el camino, unos con más dolor que otros. Lo hemos hecho desde la más tierna infancia hasta hoy en día. Lo hemos visto en el colegio, en la familia, en el trabajo, en nuestras relaciones.

Son momentos duros, pero momentos en los que nos ponemos a prueba a nosotros mismos; momentos en los que estamos llamados a crecer, a madurar, a progresar y a reinventarnos. Los momentos así, son momentos en los que nos desprendemos de aquello que ya no tiene sentido en el momento que vivimos, y como dice Emilio Duró no es que las personas sean malas, sino que su parte de la historia acabó en la nuestra. Hay que ir cerrando círculos, como diría Paulo Coello, y seguir escribiendo nuestra propia historia. Es esa parte de la historia en la que la humildad nos pide, simplemente, seguir siendo nosotros mismos.

Dejar ir, soltar, desprenderse. 
En la vida nadie juega con las cartas marcadas, 
y hay que aprender 
a perder y a ganar. 
Hay que dejar ir, 
hay que dar vuelta a la hoja, 
hay que vivir sólo lo que tenemos 
en el presente…

Paulo Coello


18/12/12

Aprendiendo a valorarse



Recuerda,
eres más valiente de lo que crees,
más fuerte de lo que pareces
y más inteligente de lo que pareces.



El pasado posee una buena dosis de lecciones y experiencias que nos ayudarán a valorarnos a nosotros mismos y que, al mismo tiempo, nos ayudarán a valorar a otros cuando observemos que su autoestima ande por los suelos. Para ello tan sólo necesitamos hacernos unas preguntas, recordar momentos de nuestra vida pasada y valorar pequeños momentos y pequeñas acciones que nos han ayudado a generar grandes respuestas o soluciones a los momentos que vivíamos:
  • Somos más valientes de lo que creemos. ¿Qué decisiones hemos tomado en nuestra vida que otros, tal vez, no hubieran tomado y que nos han ayudado o hay ayudado a otras personas? ¿En qué momento de nuestras vidas no nos ha importado la opinión de los demás y hemos actuado tal y como creíamos, queríamos y pensábamos?
  • Somos más fuertes de lo que parecemos. Todos hemos intentado arrojar la toalla en más de una ocasión. Los momentos en los que creíamos que nos podíamos con una situación posiblemente han sido varios. ¿De donde hemos sacado las fuerzas? ¿Qué nos ha hecho seguir en el camino, insistir y no abandonar?
  • Dicen que detrás de los grandes problemas resueltos siempre aprendemos grandes lecciones y que de los grandes errores siempre se aprende. Unas veces nos hemos sentido ayudados, pero muchas veces hemos echado mano de nuestra propia imaginación. ¿En qué nos ha hecho crecer la vida? ¿Qué cualidades nos ha hecho desarrollar? ¿En qué nos ha ayudado a valorarnos a nosotros mismos?
Dentro de nosotros se esconde un mundo de posibilidades, de fortalezas y de herramientas que son naturales y que hay que valorar. Las hemos utilizado, las hemos sentido y las hemos visto trabajar en nosotros mismos. Tan sólo hay que echar mano de ellas otra vez.

17/12/12

Esfuerzo y Sacrificio



La vida nos puede entregar
todos nuestros sueños convertidos en realidad 
en la medida en que estemos dispuestos a conquistarlos, 
y el precio es muy claro: 
esfuerzos a cambio de nuestros deseos.

MIGUEL ÁNGEL CORNEJO

¿Podemos conseguir lo que queremos? Tal vez, muchos han conseguido sus sueños, por difíciles que parecían. Otros han iniciado el camino y los que han venido detrás han visto los resultados. Muchos lo han intentado, han saboreado parte del camino, pero no han llegado a ver la tierra prometida. Aún así el camino recorrido ha sido una experiencia que ha llenado sus vidas de sentido.

Son muchos los niños que veo que juegan absortos en cosas que carecen de sentido para nosotros, pero que llenan su tiempo, su tiempo y su imaginación. Disfrutan de ello. A veces vemos personas que se esfuerzan en algo que carece de sentido para nosotros, disfrutan de ello, requiere mucho esfuerzo y nos preguntamos si tiene algo de sentido el esfuerzo a realizar con los resultados a obtener.

Decía Fleming que para cualquier investigador, cualquier hallazgo, por pequeño que sea, entraña una gran satisfacción. También he escuchado en la cultura popular que cuanto más te cuesta conseguir algo, más lo valoras. Esfuerzo, satisfacción y logros van juntos.

En una sociedad que premia lo rápido y lo cómodo vemos como la insatisfacción personal y el descontento con uno mismo están al orden del día. Cuando algo tiene sentido y significa algo hace que el sacrificio, el esfuerzo, tomas de decisiones con renuncias y elecciones, son parte del proceso. A mayor esfuerzo y sacrificio más valor añadido le damos a las personas y a las causas así como a las cosas que queremos conseguir. Tienen el valor sentimental que hace que haya un cierto sentido de pertenencia y una coherencia con la misma vida que elegimos en cada momento.

Difícilmente conseguiremos algo sin esfuerzo, sacrificio, compromiso, fidelidad y continuidad.




14/12/12

Objetivos




Un objetivo no es lo que decides hacer,
es a lo que le dedicas el tiempo.

Alfonso Alcántara



Podemos vivir engañados pensando en que vamos en pos de un objetivo o una meta y vemos que no logramos nada. Nos quejamos y no somos capaces de ver el porqué de nuestra falta de éxito.

Hace un par de años en un curso de coaching que realicé en Madrid nos pusieron una tabla del tiempo a desarrollar pero no con respecto a lo que queríamos hacer sino con lo que habíamos hecho en los dos o tres últimos días. Había que hacerlo con todo lujo de detalles y especificando casi minuto a minuto lo que habíamos desarrollado en esos días tanto a nivel laboral, como familiar o personal. El rsultado fue muy interesante. Te invito a que lo hagas y lo compruebes.

Una vez realizado se nos invitaba a analizar aquellos aspectos en los que más tiempo habíamos invertido y ponerlos frente a los objetivos que queríamos conseguir. Curiosamente no siempre dedicábamos la mayor parte del tiempo a conseguir lo que queremos sino que nos apartamos muchas veces de lo que realmente deseamos cayendo en tentaciones o distracciones de la vida.

No es tanto, pues, lo que decidimos hacer, ya que eso está en el plano mental, sino más bien a lo que dedicamos el tiempo lo que determina realmente nuestras metas y objetivos reales. Las distracciones pueden ser mentales o materiales. Quien tiene una preocupación y esa preocupación acapara gran parte de su mente y de su tiempo está indicando cual es su meta u objetivo real, resolver esa preocupación. Quien se haya vagando detrás de un pensamiento y es consciente de ello no tiene, sino, que ir detrás de él y ver hacia donde lo conduce.

Las distracciones en el trabajo o en los estudios, el perderse en otras cosas que en sí no tienen importancia o son necesarias tal vez si lo sean porque nos dejan ver que aquello que nos distrae es importante para nosotros, y hasta que no lo resolvamos o decidamos darle más tiempo a lo que realmente queremos conseguir, no estaremos en el camino de conseguir lo que realmente queremos. Es por ello que....


Un objetivo no es lo que decides hacer,
es a lo que le dedicas el tiempo.

Alfonso Alcántara


Lo que importa verdaderamente en la vida 
no son los objetivos que nos marcamos, 
sino los caminos que seguimos para lograrlo.

Percy B Shelley


Las grandes mentes tienen objetivos, las demás deseos.

Washington Irving


La mejor forma de conseguir la realización personal 
es dedicarse a metas desinteresadas.

Viktor Frankl

    13/12/12

    Observando desde el balcón



    En un momento de la vida en el que la presión de las emociones sobre la vida de las persona la convierte en algo estresante Tony de Mello hace una propuesta muy interesante para el equilibrio emocional y es la de observar la misma vida y los problemas que rodean a uno desde fuera misma de las emociones. Para ello utiliza una metáfora en la que pide que nos coloquemos imaginariamente en un balcón y desde ahí observemos los problemas y las circunstancias que nos estresan. ¿Qué ganamos con ello? Libertad de movimiento y control sobre las emociones en lugar de que éstas nos controlen a nosotros.

    Cuando estamos inmersos en emociones es fácil dejarse llevar por ellas, sean positivas o negativas, no llegando a controlar las consecuencias. Si damos un paso, dos, tres hacia atrás y nos alejamos emocionalmente de las situaciones las veremos con más tranquilidad, con más objetividad y con mayor amplitud de ideas para comprender lo que pasa y el papel que los diferentes aspectos de la situación pesan sobre las respuestas que se dan.

    Alejarse y observar las situaciones desde lejos nos ayudan a equilibrar nuestra vida y alcanzar una paz más grande. Subirse al balcón nos hace tomar consciencia de la situación y ampliarla, enriquecerla.

    Resumiendo observar desde el balcón:

    • Nos permite hacer un alto en el camino y observar la realidad desde otras perspectivas.
    • Da la posibilidad de dominar las emociones y poder tomar decisiones de forma más libre.
    • Da la posibilidad de que conozcamos más profundamente nuestros puntos de vista.
    • Nos coloca en la situación de otras personas o situaciones.
    • Nos permite ver la situación de una manera mucho más global frente a la particular que tenemos nosotros desde nuestra perspectiva y situación.

    Las perspectivas pueden cambiar tu sentido de la realidad. 
    Cuando una perspectiva renovada se convierte en un nuevo comienzo, 
    tu punto de vista puede cambiar las cosas para siempre.

    El enemigo es solo 
    esa fuerza capaz de suscitar 
    nuevas alternativas, soluciones, 
    perspectivas y entendimientos.

    G. Antuan

    El mundo mejora 
    por haber nuevas y diferentes 
    perspectivas, ideas, criterios y propuestas.


    12/12/12

    La sabiduría de tener sueños



    La sabiduría suprema es 
    tener sueños para no perderlos de vista 
    mientras se persiguen.

    William Faulkner


    No hay nada como tener un sueño y un motivo por el que vivir y luchar cada día en la vida. ¡Cuántas veces los sueños, las ilusiones y lo que daba sentido a nuestra vida nos ha ayudado a vivir situaciones que jamás pensábamos superar! El sueño es el que hace que dejemos los momentos de crisis a un lado, pues le damos más importancia a lo que queremos y anhelamos que a aquello que nos quita la ilusión.

    Es la capacidad de ilusionarnos cada día y cada mañana cuando nos despertamos la que provoque en nosotros una actitud diferentes. Lo que tenemos en mente provoca nuestra actitud, y nuestra actitud es la que determina aquello que conseguimos en la vida. Si mantenemos los sueños en la mente, mantendremos una actitud positiva. Si mantenemos en mente las dificultades, la actitud será más pesimista. La metas y los sueños hacen que los obstáculos dejen de serlo para convertirse en retos.

    De la misma manera que alimentamos el cuerpo, ¿cómo alimento mis sueños, mis metas y mis ilusiones? Dándole vueltas a los problemas me encuentro con murallas que saltar, dándole vueltas a las ilusiones me encuentro con caminos a recorrer y a descubrir. Si me centro en los problemas no dejo espacio para las soluciones.

    Caminar por la vida es caminar en dirección a un sitio, un destino, un sueño, una ilusión. El miedo y la dificultad, cuando se apoderan de mi mente, no me dejan ni pensar, ni caminar, ni tan siquiera soñar. Tenerlo siempre en la mente siempre será un aliciente y un acicate para mantener la ilusión. No hay que perderla, es la salda de la vida.




    11/12/12

    ¿Amamos la dependencia?



    Hoy leía un artículo de Alfonso Alcántara en el que hacía alusión a la situación laboral hoy en día y hacía una afirmación bastante sorprendente: "Trabajo hay mucho, empleo hay poco". Y no deja de tener bastante razón en el sentido de que la mayor parte de la gente que conozco sin trabajo busca empleo y rehuye el montarse como autónomo, situación laboral en la que yo me encuentro.

    El empleo te da la posibilidad de tener un sueldo a final de mes y la certeza de que tu patrón cotizará por ti a la seguridad social. Ser autónomo es más arriesgado, dependemos de lo que producimos, nos costeamos la seguridad social y vivimos en la incertidumbre del resultado de nuestro trabajo con la agravante de que hay una pregunta que responder: ¿Conseguiré producir lo que gasto al final del mes y a partir de ahí producir para vivir?

    Entre la seguridad del trabajo de un empleo y la incertidumbre que vivimos los autónomos muchos escogen la seguridad, que no es otra cosa sino que trabajar para otros y depender de lo que ellos nos den. La seguridad, por las cargas familiares que podamos tener o por los gastos que tenemos mensualmente, es un aliciente.

    La incertidumbre, por el contrario, te hace depender de ti mismo, a buscar unas metas diarias, semanales o mensuales. No dependes de si entran los clientes o no, tienes que salir afuera a buscar clientes, realizar ventas, conseguir objetivos y, lo más difícil, aumentar tu cartera de clientes y fidelizarlos. Tarea ardua y complicada, pero bonita porque te exige de ti mismo y no te permite dormirte en los laureles, ya que como dice el refrán, camarón que se duerme......, se lo lleva la corriente.

    En este país se ha optado muchas veces por ser funcionario del estado, suena a empleo para toda la vida y ello conlleva seguridad para siempre. Después hemos buscado los trabajos indefinidos como símbolo también de estabilidad y seguridad. Pero quien vive realmente de lo que produce es el que arriesga en contratar a otros, o el que vive a la expectativa de lo que es capaz de producir realmente cada día, semana, mes y año.

    ¿Y tu que piensas? ¿Crees que buscamos la comodidad de la dependencia que nos ofrece la seguridad o más bien arriesgamos a ser nosotros mismos y depender de lo que somos capaces de producir? Con ello no quiero decir, ni mucho menos, que en que vive empleado, no produzca.





    10/12/12

    Castañas



    A veces las cosas más simples te hacen ver lo condicionado que estás por las ideas que manejas en la mente. En la tarde de hoy paseábamos por la ciudad de Las Palmas en busca de detalles Navideños y de Reyes. Desde hacía unos día me comentaba el capricho de comerse unas castañas asadas. Tal vez recordaba las de Pontevedra, mi ciudad natal, donde ha tenido el gusto de comerse en compañía de sus abuelos unas exquisitas y sabrosas castañas.

    En cuanto divisé al castañero no dudé en acercarme a él y comprar un cono de castañas asadas. Cuando las ví me decepcionaron, una vez que las degusté me dejaron un tanto insatisfecho. Yo hacía una comparación entre las que comía en mi tierra y éstas que, en esta ocasión, no me parecían tan buenas. Le pregunté, y con ánimo de que reconocer que las de Pontevedra estaban mucho mejor. La respuesta me dejó pensando: "Papa, están buenas"....

    En la vida tendemos a hacer comparaciones, a que unas cosas tengan más importancia que otras, a que ciertas ideas a las que podamos tener un cierto apego, triunfen. Y nos olvidamos de lo esencia, de saborear lo que tenemos entre manos.

    ¿Por qué vivir con comparaciones y no disfrutar, simplemente, de lo que tenemos delante? Una pequeña lección aprendida hoy.


    7/12/12

    ¿TE SIENTES APOYADO?




    Todos los seres humanos tenemos necesidad de sentirnos apoyados a distintos niveles y en diferentes momentos de la vida, bien sea a nivel familiar, de amistad, de vecinos, de trabajo, etc.

    ¿En que momentos hemos sentido apoyados? ¿Cómo? ¿Por quién?

    ¿Cuáles son las personas que te apoyan y te respaldan en tu vida?

    ¿Cuántas personas tienes con las que puedes hablar con total libertad sin miedo a lo que pensará o dirá de ti?

    ¿Qué personas son las que de verdad te quieren?

    Las personas que nos sentimos apoyadas por alguien o por un grupo somos menos depresivas y ansiosas, y más optimistas en la vida. Por el contrario, las personas que no tenemos un buen apoyo social caemos con mucha facilidad en depresiones y otros males.

    También la persona que nos sentimos apoyadas y comprendidas nos sobreponemos antes a los inconvenientes y problemas, así como a problemas físicos y a la soledad. También tenemos menos problemas de salud y menos estrés físico, así como mayor seguridad personal.

    ¿Qué tipos de apoyo necesitamos las personas?

    Hay distintos tipos:

    - Apoyo emocional: cuando necesitamos alguien en quien confiar, cuando necesitamos amar y ser amados. Cuando necesitamos ánimos y poder contar con alguien en concreto.

    - Apoyo físico: cuando necesitamos que alguien nos ayude en algún trabajo o tarea concreta. Cuando necesitamos apoyo económico o simplemente salvar obstáculos de tipo físico.

    - Apoyo informativo: cuando necesitamos estar informado u orientado sobre algo concreto para poder tomar una decisión con acierto.

    - Apoyo de pertenencia: cuando sentimos la necesidad de integrarnos en un grupo o colectivo, bien sea familiar, vecinal o laboral.

    De las personas a las que conoces y que sientes más cercanas ¿Qué tipo de apoyo te da cada una de ellas?

    ¿Cómo sentirse apoyado?

    - Primero y fundamental: pedir y saber comunicar el apoyo que necesitamos. Nadie adivina nuestras necesidades.

    - Buscar la ayuda de alguien que te pueda ayudar, pues no todo el mundo puede o es apto para ello. No es bueno quedarse encerrado en sí mismo mascando su dolor. Buscar a alguien que haya tenido una experiencia similar y la haya superado es mejor que mejor. El conocimiento es importante, la experiencia mucho más.

    - Desarrollarse personalmente y a todos los niveles: emocional, laboral, relacional, espiritual, etc.

    - Ten en cuenta que hay seres humanos que prefieren tener un par de personas en quien confiar y otras personas, en cambio, les viene mejor confiar en un grupo o colectivo.

    - Si la familia o los amigos no son capaces de darnos el apoyo preciso que necesitamos, es recomendable acudir a profesionales de la salud ya que nos pueden ayudar a: mejorar la autoestima, mantener la autoconfianza y motivación y te pueden ofrecer un espacio para razonar. 

    - Una persona convenientemente formada nos puede ayudar grandemente a la hora de sentirnos apoyado en distintos niveles de nuestra vida. No tenemos que tener ni miedo ni vergüenza de pedir ayuda cuando la necesitamos.


    5/12/12

    Competentes



    En un mundo en el que la crisis está haciendo estragos por todas partes hay un camino que será el que cojan aquellos que no quieran quedarse descolgados. Es el ser competentes. No todo el mundo lo es. Muchas veces nos conformamos con la lo mínimo de nosotros mismos, y cuando así lo hacemos nos damos cuenta de que otros nos roban la cartera y consiguen lo que nosotros no hemos podido o querido lograr.

    Conformismo y no pulir al máximo el tesoro que llevamos dentro de nosotros es el reto que tenemos que vencer y eso pasa por un cambio de actitud, la de querer mejorarnos a nosotros mismos como personas y como profesionales. La actitud de querer salir de la mediocridad y de caminar hacia la excelencia. Ello conlleva a dar nuevos pasos, investigar como podemos aportar nuevas cosas en los ámbitos en los que nos movemos y ponernos a andar.

    Si el camino parece o se hace largo no hay que olvidar que es un proceso de toda la vida y que la satisfacción se encuentra no en la meta final, que no sabemos donde se encuentra, sino en los simples pasos de cada día que son los que nos hacen sentirnos satisfechos de nosotros mismos.


    4/12/12

    Escucha, palabra y silencio



    Hay veces en que uno se da cuenta de que no está escuchando. Hablan y hablan y nuestra mente está ausente, preparando una respuesta o bien intentando canalizar la conversación hacia lo que realmente nos interesa a nosotros. ¿Te das cuenta de esas situaciones en la que tu mismo te has sorprendido con este tipo de actitudes?

    Pero también puede ocurrir que no nos hayamos sentido escuchados, que nos hayan dejado a medias o que intenten manifestar sus ideas. A veces lo que necesitamos y lo que los otros necesitan es la simple escucha y la confirmación de que lo que estamos escuchando manifiesta los sentimientos del que lo está diciendo.

    ¿Qué sentimos cuando nos sentimos escuchados y cuando no? ¿Qué sentimos cuando escuchamos a otros y éstos se sienten escuchados por nosotros?

    Desde mi punto de vista "nos sentimos alguien", sentimos que contamos para otros y hacemos sentir que otros cuentan para nosotros. Nos sentimos útiles y hacemos sentir útiles a los demás, acrecentamos nuestra empatía y nuestra propia autoestima.

    Saber escuchar, es algo más que oír, es captar los sentimientos y las sensaciones que se producen en el otro. No es imaginarlo o intuirlo, es entrar. Escuchar no es lo mismo que oír. Al cabo del día se oyen muchas cosas, pero se escucha poco, apenas prestamos atención a lo que dicen los demás, olvidando que la atenta y amable escucha es la base del genuino diálogo. Sin capacidad de escucha, de atención al otro, el diálogo queda bloqueado.

    La palabra es lo más precioso, peligroso o banal que posee el ser humano. A través de la palabra nos intercomunicamos y nos autoenriquecemos psicológicamente, pero también podemos destruir en un  momento lo que ha costado tanto edificar, e incluso a veces nos dispersarnos de manera intrascendente y nos sumergimos en la más anodina banalidad.

    El diálogo también necesita silencios No te precipites a hablar. La precipitación desbarata la conversación y no pocas veces se convierte en monólogo que lo esteriliza todo. Saber conjugar sabiamente silencios y palabras es el arte del diálogo sincero que nos permite madurar como personas y crecer psicológicamente. 


    3/12/12

    Humildad



    No ha cosas que dañe más una relación laboral o interpersonal, junto a la falta de respeto, que la prepotencia. De por sí la prepotencia es una de las maneras en como se alimenta la falta de respeto hacia los demás.

    La prepotencia es ese sentimiento que surge dentro de nosotros cuando nos sentimos "elegido", "superdotados", "perfectos", etc. hasta el punto de ver a los demás como personas que no nos aportan nada en la vida y con una riqueza muy inferior de la que nosotros podemos hacer gala.

    Creo que muchas veces detrás de este engreimiento o endiosamiento se esconde un profundo complejo de inferioridad del cual estamos huyendo reforzando y sobredimensionando algún aspecto positivo que podemos tener pero que nos impide ver nuestra propia realidad. Solemos utilizarlo en situaciones de poder, situaciones en las que podemos tener el privilegio de controlar a las personas o puestos de trabajo sobre los que ejercemos influencia o autoridad.

    Metemos la pata, y sufrimos cuando nos topamos con nuestra propia verdad. Aún reconociéndolo nos cuesta aceptarlo. Sin embargo es una manera en la que humillando a los demás nos sentimos "alguien" o "algo importante". ¡Qué triste!, ¿no? Basar nuestra gloria en la humillación del otro. Lo peor es que en nuestra prepotencia salimos perdiendo en algo muy importante, el poder participar de la riqueza que los demás pueden aportarnos. Nos la perdemos porque solo somos capaces de ver nuestra pequeña grandeza, una pequeña grandeza que ahoga la del gran conjunto de personas que nos rodean.

    ¿Cómo conseguir ser un poco más humildes?


    • Siendo consciente de aquello que me hace ser prepotente y de lo que hay detrás, de ese miedo al rechazo o del complejo de inferioridad que llevo con ella.
    • Tomar conciencia de que los demás también saben tanto, más o menos que yo. Yo puedo dominar unos campos, pero no tal vez otros. Yo puedo aportar al equipo, pero el equipo también me aporta a mi.
    • Mira hacia afuera, ponte a hacer algo que no dominas, incluso algo que no te gusta. Llegarás a darte cuenta de lo frágil que eres en otros aspectos de la vida.
    • Piensa que, como dice la canción, el rico no tiene amigos, tiene herederos. No es la cualidad lo que queda grabado de ti en la gente, sino las emociones que despiertas. Siento tristeza que alguien me considere por el miedo que le causo y no por la bondad o los sentimientos que le comunico y que le pueden hacer crecer.
    Si eres orgulloso conviene que ames la soledad; 
    los orgullosos siempre se quedan solos.

    Amado Nervo

    Nuestro carácter nos hace meternos en problemas, 
    pero es nuestro orgullo el que nos mantiene en ellos.

    Esopo

    Mucho más que los intereses 
    es el orgullo quien nos divide.

    Auguste Comte

    Lo único capaz de consolar a un hombre 
    por las estupideces que hace, 
    es el orgullo que le proporciona hacerlas.

    Oscar Wilde