En un mundo en el que la crisis está haciendo estragos por todas partes hay un camino que será el que cojan aquellos que no quieran quedarse descolgados. Es el ser competentes. No todo el mundo lo es. Muchas veces nos conformamos con la lo mínimo de nosotros mismos, y cuando así lo hacemos nos damos cuenta de que otros nos roban la cartera y consiguen lo que nosotros no hemos podido o querido lograr.
Conformismo y no pulir al máximo el tesoro que llevamos dentro de nosotros es el reto que tenemos que vencer y eso pasa por un cambio de actitud, la de querer mejorarnos a nosotros mismos como personas y como profesionales. La actitud de querer salir de la mediocridad y de caminar hacia la excelencia. Ello conlleva a dar nuevos pasos, investigar como podemos aportar nuevas cosas en los ámbitos en los que nos movemos y ponernos a andar.
Si el camino parece o se hace largo no hay que olvidar que es un proceso de toda la vida y que la satisfacción se encuentra no en la meta final, que no sabemos donde se encuentra, sino en los simples pasos de cada día que son los que nos hacen sentirnos satisfechos de nosotros mismos.
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