31/12/12

2012



Se nos va otro año. Pensamos en el próximo que vega. Lo queremos un poco mejor do lo que tal fue éste. A nuestra mente se asoman las nuevas perspectivas y metas que nos gustaría alcanzar pero siempre nos queda algo importante atrás: el balance de lo aprendido durante todo este año que se acaba. "Nada se va, como dice la frase, hasta que nos haya enseñado lo que necesitamos saber". La pena sería que el año se vaya si haber aprendido algo, bien de nuestros aceirtos o errores, bien de los aciertos o errores de otros.

Pasar página de un año, de una situación y de una experiencia sin haber aprendido de ella es negarnos a vivir de forma plena y total. Es más, el futuro que tenemos que construir se basa en las lecciones aprendidas a lo largo de la vida, del tiempo, de nuestras experiencias.

Tomemos unos minutos, una hoja y un lápiz y hagamos el balance de todo un año que dejamos atrás. Al final del día brindaremos no sólo por el año que entra, sino por lo que hemos aprendido del que queda atrás. Las copas, los besos y abrazos si tendrán sentido después.

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