2/11/09

¿Permisividad o comprension?

Mi querida Dalia:

¡Adivina que! Hace tan solo unos días estuve en tu casa, cuando tuve ocasion de sorprenderme con algo que acontecio allí. Hablaba con tu marido de la manera mas tranquila cuando, de repente, se presentó tu hija. Hubo dos o tres detalles que llamaron mi atención. El primero y el segundo de los detalles fueron que cuando entró se dirigio de la manera mas cariñosa a tu marido, lo saludó, le dio un beso y, luego se dirigio a mí dandome tambien el saludo, con una sonrisa, mencionando mi nombre y, ¡Cómo no!, ofreciendome otro beso. El tercero de los detalles es que cuando tu marido se disponia a it al baño ella se ofreció a acompanarlo de la mano. El cuarto, y ultimo, detalle que pude observar en el breve espacio de tiempo que ella estuvo con nosotros fue la sonrisa que tenia. Te lo digo sinceramente, no dejo de sorprenderme. Nunca ella, y to lo sabes bien, habia tenido esta actitud ni contigo, ni con tu marido, ni conmigo.

Y la sorpresa fue grande, pues una vez que ella desaparecio del lugar donde tu marido y yo estabamos hablando le comente a él este cambio cariñoso, atento, alegre y servicial que habia encontrado en ella. "Fernando'", me dijo, "tengo que comentarte una cosa. Dalia y yo estamos enfadados. Practicamente no nos hablamos desde hace unas semanas. Mi hija "ha tenido" que irse a vivir con la abuela. Su relacion con la madre era insostenible. Es mas, Dalia me dio un ultimatum. 0 me ponia duro con la niña, o me dejaba. Practicamente puso a la niña en la calle. Yo le pedí a mi madre que me la recogiera en su casa, cosa que a ella no le gusto. Pero yo no podia permitir que mi hija se quedara en la calle, a la suerte de lo que le pudiera pasar. Y desde que la niña se fue con la abuela está así de cariñosa conmigo. Me habla. Me sonríee. Me echa una mano. Se preocupa por mi.

Y la verdad es que, Dalia, este cambio que ha dado tu hija me ha sorprendido grandemente. Es cierto que tu, Luis y yo hemos hablado largo y tendido sobre éstas y otras cosas. Tambien lo es que hemos sido todos, lo suficientemente sinceros como para decirnos unos a otros lo que pensábamos. Una y otra vez vienen a mi mente esas palabras que utilizabas pare justificar esa postura que ni Luis ni yo aceptabamos de ti. Una postura de intransigencia. Una postura un tanto desafiante. Una postura, por asi decirlo, demasiado autoritaria, inflexible e irracional, que to llevaba a sentirte mal contigo misma, mal con Luis, mal con Raquel y hasta medio contrariada conmigo. Nos Ilamabas "permisivos". Decias que nuestra manera de actuar daba al traste con nuestra autoridad y con el papel que debiamos de desempeñar. Y todo es posible. Pero quizas no te dabas cuenta de que la intransigencia y la falta de comprension qua tenías producian incomodidad tanto en ti como en los que te rodeaban. La autoridad de la que queries hacer gala, el papel de madre que querías representar hasta la perfección, las ideas tan claras que tenias y que te hacian tan segura de ti misma, apartaban al beso, la sonrisa, la confianza y el espiritu de ayuda que alguien llevaba escondido dentro de si misma.

Dalia, entre la permisividad y la comprensión, entre la inflexibilidad y el respeto hay un largo camino. La permisividad me lleva a permitir que las personas hagan lo que les venga en gana sin cuestionarme, tan siquiera, el porque hacen las cosas. La permisividad da a entender, al menos para mí, que no me importa lo que la persona hace, ni el porque lo hace. La permisividad me mantiene alejado de las personas. Cada uno hace con su vida lo que cree conveniente. Cada uno es dueño de su vida y responsable de sus acciones. Y yo no pinto nada en lo que la persona hace, en lo que la persona piensa, en lo que la persona decide. La permisividad me lleva a abandonar a las personas a su suerte, a no cuestionarlas, a no exponerles lo que yo pienso y a no exponerme yo a lo que realmente piensan, sienten y valoran ellas.

La comprension, por el contrario, me lleva a entender a las personas. Si, me lleva a saber porque sienten asi, porque actúan de tal manera, porque reaccionan de aquella otra. La comprensión me lleva a conocer a las personas tal y como son, tal y como sienten, Me lleva a amarlas y respetarlas en lo que son, en el proceso que han llevado en la vida. Me llevan a saber el porqué actúan de manera desconcertante para mi. Ya te dije en varias ocasiones que, pare mi, uno de los sitios que mas me ha ayudado a comprender personas, situaciones o hechos que, para mi, eran totalmente incomprensibles, ha sido el confesionario. Por ahi ha pasado de todo. Desde gente que ha matado, asesinado, robado, abortado, traficado con drogas, etc., hasta los que han dicho una simple mentira infantil. Y es ahi, en el confesionario, donde yo he tenido que aprender a escuchar, a entender, a escudriñar en los motivos que muchas veces nos llevan a realizar cosas que son incomprensibles pare nosotros y que lo son tambien para los demas, pero no para ellos. Y ha sido, tambien, en ese espiritu de escucha donde me he dado cuenta de que, en medio de todos los males, hay cosas y motivaciones que son humanamente comprensibles aunque yo no esté de acuerdo con ellos, ni pueda aceptarlas. Si, hay situaciones que puedan ser totalmente contraries a mi forma de pensar, de sentir o de creer, pero que puedo comprenderlas porque se han desarrollado en un clima adverso para la persona, porque se han elaborado en una cultura o bajo circunstancias diferentes a las mias, porque han sido influidas por otras ideas, educacion o circunstancias . Y de ello me doy cuenta y soy consciente cuando escucho, cuando estoy abierto a conocer a la persona en su profundidad, cuando estoy dispuesto a conocer y a no juzgar, cuando estoy abierto a salvar a la persona y no a condenarla, cuando estoy en actitud de valorar y no de criticar, es disposición de aprender y no tan sólo de enseñar.
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Dalia, nos es tan facil sefialar con el dedo... Nos es tan fácil el juzgar y condenar a las personas... Nos es tan fácil encasillar a la gente... Todo ésto es fácil. Lo dificil es pararnos, investigar, conocer, valorar, respetar, salvar, aprender de los demás. ¿Por que? Pues porque, y pondria la mano en el fuego por ello, todavia no nos comprendemos, ni valoramos, ni aceptamos, ni conocemos a nosotros mismos. Será posiblemente porque ni tan siquiera nos amamos a nosotros mismos. Probablemente es porque ni tan siquiera hemos sentido el respeto, la aceptacion y la comprension por parte de Dios o incluso de nosotros mismos. Lo que a mi personalmente me ha llevado a tener una actitud de escucha, de comprensian y, quien sabe si de permisividad, ha sido esa frase que continuamente resuena en mi interior: "Dios no envió a su Hijo al mundo a condener, sino a salvar," Y es que estoy convencido de que todos, en lo bueno y en lo malo, actuamos plenamente convencidos y motivados por una búsqueda de lo mejor; búsqueda que a veces va por el camino equivocado, pero que no por ello deja de ser búsqueda, y no por ello deja de ser comprensible, y no por ello deja de tener las mejores intenciones, aunque posiblemente erroneas.

Dalia, quizas con una pequena dosis de interes por conocer realmente a los demas podremos conseguir pequenas dosis de alegria. Lo importante no es condenar. Lo importante es salvar, es dar vida. Y en tus manos y en to actitud esta esa posibilidad.
¿qué tal si escuchas y te deleitas en ésta canción de roberto Carlos?
Un saludo
Fernando

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