2/11/09

"Construyendo chozas"


Querida Bea:

Me dices que no sabes si lo tuyo es "frustración, vacio, pasividad, dejadez o.... ¡quien sabe que! A medida que iba leyendo todo lo que me dices en tu carta, venian a mi mente las continuas imagenes de aquella alegria que me mostrabas cada vez que conseguias algo que te proponias y que, por cierto, siempre te dije que me resultaba un poco sospechosa. Si. Recuerdo, por ejemplo, la alegria con la que viniste y me comunicaste que, "al final te daban el "contrato fijo". Lo mismo ocurrió cuando, despues de mucho esfuerzo, conseguiste hacerte y adaptarte a tus amigas. Cada vez que lo conseguias, compartias conmigo la alegria tan grande que te suponia el ser tú la que movia a todo el grupo de amigas, la que llegaba a organizar las fiestas, la que compraba todos los regalos en los días de cumpleaños. Lo que mas me preocupaba, y si mal no recuerdas te lo dije en mas de una ocasión, era el que te sentias orgullosa de haberlo conseguido y el tener en el fondo de tu mente el que poco a poco ellas harian lo mismo contigo. Te gustaba ser el punto de mira de ellas. Aspirabas a que ellas te buscaran, se preocuparan por ti, tal y coma tu lo hacias con ellas.
Tambien recuerdo el dia en que comenzaste a salir con el que hoy es tu esposo. Aquella frase, ¿recuerdas?, de que "iya era hora de que cayera en mis brazos ; ahora ya puedo descansar tranquila. ¡Ya es mio...!". Y hoy, con un buen trabajo, con unas buenas amigas, con un buen marido y unos buenos hijos me dices que pasas por un momento de ¿vacio?, ¿frustracion?.... ¿Te has preguntado el porque ?

Siempre supiste que me han dado miedo los "puestos fijos" de trabajo. Me ha preocupado el continuo "exito" con amigos, o con quien fuera. Me ha dada temor el "conquistar" un puesto, una persona, una objetivo. ¿Por que? Pues porque me parece que todas estas cosas las tomamos como metas en la vida, cuando en realidad son solo medios. Fijate, y se sincera. ¿Eras la misma antes de tener un contrato fijo que temporal? ¿Rendias lo mismo? ¿Tenias la misma creatividad? ¿Ponias el mismo entusiasmo a la hora de atender a la gente? Estabas siempre inquieta proponiendo cambios para un mejor funcionamiento del trabajo que tenias ¿Recuerdas en la pasividad en la que, poco a poco, te fuiste metiendo una vez que "aseguraste" todo tu futuro laboral? En mas de una ocasición hemos hablado como añoras, no el contrato temporal de trabajo, pero si el espiritu con el que trabajabas antes.

Y si te das cuenta algo parecido pudo haber ocurrido con lo de las amigas. Te costó el ganarlas y el que te aceptaran en el grupo. Tuviste que trabajar duro. De la necesidad sacabas ingenio, imaginacion, fuerza de voluntad y, ipor qué no!, cara. Te moviste como una cosaca para ganarte la confianza de ellas y la simpatia. Una vez conseguida la amistad y la aceptacion, ¿te has dada cuenta del cambio que, poco a poco, ha pegado tu vida? Ya no las buscaste tanto. Eran ellas las que te buscaban a ti. Ya no tenias que pensar tanto para ellas. Ahora ya pensaban ellas por ti. Antes ibas tú a buscarlas. Ahora te vienen ellas a buscar. ¿Que sucedió? ¿Comodidad? ¿Te instalaste? Como dice el refran: "Coge fama y échate a dormir". Y en el fondo ves que, en el sueño, has perdido el ingenio, la fantasia, la movilidad y todo aquello que, por la inseguridad y sentimiento falta de aceptacion, la vida te obligaba a tener y a desarrollar,
Y lo mismo con tu marido. Hasta que lo conseguiste, no paraste. Recuerdo todo el ingenio que le echabas para hablar con el, para que te hiciera caso, para que se fijara en ti, para que te tuviera en cuenta, para que le gustaras. Hoy, "coma ya lo tienes", has dejado de buscar nuevos caminos, nuevos detalles, nuevos maneras de sorprenderlo, de conquistarlo, de agradarle, de ser tu misma.

¿Recuerdas aquella vez que te hable de la experiencia mia en Mexico cuando tenia que caminar y subir montañas? ¿Recuerdas que te decia que siempre iba mirando hacia la cumbre, que tenia los ojos puestos en la cima de la montaña y de que tenia ansias de llegar? ¿Recuerdas la frustracion que cogias cada vez que llegaba a la ansiada cumbre y, una vez alli, veía otra y otra y otra cumbre mas arriba? Tenia ganas de llegar para estar tranquilo, para descansar, para tirarme al suelo, para no seguir caminando. Pero la vida es bien diferente. En la vida nunca llegas. La vida es siempre un eterno caminar. No puedes parar. No puedes instalarte. Te pasa a ti, me pasa a mi, nos pasa a todos. Tenemos la terrible tentación de instalarnos, de acomodarnos, de conformarnos con lo bueno que hemos conseguido, con la gente que hemos conquistado, con las metas que hemos alcanzado. Y nos olvidamos de seguir caminando, creando, luchando, pensando, transformando la vida, las cosas... Cuando lo hacemos dejamos de vivir. Llegamos a sentirnos como to te sientes ahora.

¿Sabes, Bea, a quien estuvo a punto de pasarle lo mismo que a ti, que a mi y que a muchos de nosotros? A los discipulos de Jesús. ¿Recuerdas aquella vez en que subieron al Tabor con Jesús? ¿Recuerdas la tentacion de construir unas chozas porque se encontraban a gusto? Jesus se lo impidio. ¿Por qué? Porque el que se instala deja de vivir, deja de soñar, deja de crear, deja de sentir. Jesus quiere bajar a Jerusalen, a pesar de que se la juega, de que le espera el conflicto, la persecución, la muerte, pero decide caminar, seguir viviendo. Tu trabajo y mi trabajo no son metas, son medios que nos ayudan a vivir. Tu matrimonlo y mi vida no son metas, son también medios que nos ayudan a expresar lo que nuestras vidas son y sienten. Tus amigos y los mios tampoco son objetivos que tenemos que conquistar, son medios con los que podemos contar para que nuestras vidas crezcan. Posiblemente tu, yo y mucha gente nos pongamos demasiadas metas y objetivos que nos invitan a descansar, a echarnos a dormir, a dejar de crecer, a no estar abiertos a la vida.

La experiencia de Jesús en el Tabor fue Bonita. Pero Jesús no se quiso quedar en ella. La luz que en ella encontro era una luz para seguir caminando. Lo bien que alli se sintió no era para quedarse alli, era para sentirse Bien en el resto del camino.

Bea, yo tampoco se si lo que sientes es frustración o vacio, apatia o cansancío. En lo que si creo posible es en la posibilidad de que te hayas instalado, de que te hayas acomodado, de que te hayas conformado con lo conseguido hasta ahora. En lo que si creo es en la posibilidad de que hayas renunciado a seguir abriendote a la vida, a lo que el trabajo te pide de nuevo cada dia, a lo que a los amigos o amigas puedas aportar, a lo que a tu esposo o hijos puedas dar. ¿Te habras construido alguna cómoda choza en tu vida, en tu mente? La inseguridad nos lanza a la vida. Si, a la riqueza de la vida, a la riqueza que hay dentro de nosotros mismos.
Un saludo
Fernando

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