7/4/15

Libres del miedo.



Dicen los expertos que el miedo, una emoción innata en el ser humano, tiene una función de protección de dar seguridad al ser humano, pero cos dos respuestas bien diferentes: una paralizante y otra de fortaleza y de enfrentamiento. Una nos aprisiona contra la realidad y otra nos ayuda a enfrentarnos a ella. ¿Has tenido miedo alguna vez? ¿Reconoces ambas actitudes? Y de fondo algo que no deja de ser tan importante o más que el propio miedo: ¿Miedo en realidad a qué? ¿Y por qué este tipo de reacciones?

El miedo surge, por lo general, ante una situación desconocida y ante algo que no dominamos. Una situación que, entre otras cosas, pone en entredicho nuestra capacidad de respuesta ante las situaciones que vivimos. ¿Qué descubrimos en ellas? ¿Nuestras limitaciones y falta de habilidades para adaptarnos a lo nuevo y desconocido? ¿Salir de nuestra zona de confort y tener que trabajar aspectos que teníamos relegados en nuestras vidas? ¿No tener que pensar en nuevas alternativas que la vida nos ofrece?

Tendemos a dejarnos paralizar por el miedo y que éste bloquee totalmente nuestra mente. Está demostrado que en medio del miedo la tranquilidad y la aceptación de la realidad nos permite ver más claro las realidades más oscuras e incluso, como hoy se afirma tanto, ver en esas realidades retos en vez de dificultades.

En el ejemplo de la frase del Papa Francisco, con referencia a la experiencia de las mujeres el día de la Resurrección, vemos como en vez de atrincherarse en el dolor, van hacia é, hacia la tumba vacía. En la tumba vacía curiosamente no experimentan vacío sino vida, resurrección. Una experiencia que cambia la historia de la humanidad haciendo una era antes y después del nacimientos de Jesús.

Más allá de la experiencia religiosa, que es una experiencia personal, lo importante es que la luz, la vida, la esperanza, lo nuevo se experimenta en la medida en que experimentamos y nos acercamos con toda naturalidad a lo oscuro, negativo y que nos causa miedo.

¿Has estado alguna vez en oscuridad absoluta? Bueno, casi absoluta. ¿No se hacen los ojos a la oscuridad? ¿No somos capaces de percibir siluetas o sombras? ¿Y la oscuridad del ciego que se ve suplida por otra experiencia de luz diferente a la nuestra en la que se mueve con mayor agilidad que nosotros? ¿Y la de otras personas que han perdido algún que otro sentido y "han tenido que desarrollar" otros?

Más allá de los miedos que tenemos se encuentra algo mucho más importante que es la seguridad en nosotros mismos, esa capacidad que hace que nos enfrentemos con mayor seguridad a aquello que tememos. ¿Será la oscuridad o aquello que tememos una llamada a confiar más en nosotros mismos?



6/4/15

Raíces profundas.




Tiempo atrás, yo era vecino de un médico cuyo hobby era plantar árboles en el enorme patio de su casa. A veces observaba, desde mi ventana, su esfuerzo por plantar árboles y más árboles, todos los días. Lo que más llamaba mi atención, entretanto, era el hecho de que él jamás regaba los brotes que plantaba. Pasé a notar, después de algún tiempo, que sus árboles estaban demorando mucho en crecer. Cierto día, resolví entonces aproximarme al médico y le pregunté si él no tenía recelo de que las plantas no crecieran, pues percibía que él nunca las regaba. Fue cuando, con un aire orgulloso, él me describió su fantástica teoría. 
Me dijo que, si regase sus plantas, las raíces se acomodarían en la superficie y quedarían siempre esperando por el agua fácil, que venía de encima. Como él no las regaba, los árboles demorarían más para crecer, pero sus raíces tenderían a migrar hacia lo más profundo, en busca del agua y de los variados nutrientes encontrados en las capas más inferiores del suelo. 
Así, según él, los árboles tendrían raíces profundas y serían más resistentes a la intemperie. Y agregó que él frecuentemente daba unas palmadas en sus árboles, con un diario doblado, y que hacía eso para que se mantuvieran siempre despiertas y atentas. Esa fue la única conversación que tuvimos con mi vecino. 
Tiempo después fui a vivir a otro país, y nunca más volví a verlo. Varios años después, al retornar del exterior, fui a dar una mirada a mi antigua residencia. Al aproximarme, noté un bosque que no había antes. ¡¡Mi antiguo vecino, había realizado su sueño!! Lo curioso es que aquel era un día de un viento muy fuerte y helado, en que los árboles de la calle estaban arqueados, como si no estuviesen resistiendo al rigor del invierno. 
Entretanto, al aproximarme al patio del médico, noté cómo estaban sólidos sus árboles: Prácticamente no se movían, resistiendo estoicamente aquel fuerte viento. Qué efecto curioso, pensé… Las adversidades por las cuales aquellos árboles habían pasado, llevando palmaditas y habiendo sido privados de agua, parecía que los había beneficiado de un modo que el confort y el tratamiento más fácil jamás lo habrían conseguido. 
Todas las noches, antes de ir a acostarme, doy siempre una mirada a mis hijos. Observo atentamente sus camas y veo cómo ellos han crecido. Frecuentemente oro por ellos. En la mayoría de las veces, pido para que sus vidas sean fáciles, para que no sufran las dificultades y agresiones de éste mundo… 
He pensado, entretanto, que es hora de cambiar mis ruegos. Ese cambio tiene que ver con el hecho de que es inevitable que los vientos helados y fuertes nos alcancen. Sé que ellos encontrarán innumerables dificultades y que, por tanto, mis deseos de que las dificultades no ocurran, han sido muy ingenuos. 
Siempre habrá una tempestad en algún momento de nuestras vidas, porque, queramos o no, la vida no es muy fácil. 
Al contrario de lo que siempre he hecho, pasaré a rezar para que mis hijos crezcan con raíces profundas, de tal forma que puedan retirar energía de las mejores fuentes, de las más divinas, que se encuentran siempre en los lugares más difíciles. Pedimos siempre tener facilidades, pero en verdad lo que necesitamos hacer es pedir para desenvolver raíces fuertes y profundas, de tal modo que cuando las tempestades lleguen y los vientos helados soplen, resistamos con firmeza, en vez de que seamos subyugados y barridos. 
La naturaleza nos enseña muchas cosas si las sabemos ver.

 Una invitación seria a revisar cuales son nuestras raíces profundas o las motivaciones que nos mueven en la vida. Es la única manera de mantenerse firme en medio de las dificultades y de crecer con bastante fortaleza.

Hoy. ¿vivimos con raíces profundas o a merced de nuestros caprichos? Vemos como nuestra fragilidad anímica y emocional nos puede a veces. Para ello solo nos queda algo muy importante, penetrar dentro de nosotros mismos, encontrarnos con nuestra propia identidad, conocer el sentido de la vida que nos mueve y alimentarnos de ello de forma constante.


2/4/15

¿Donde poner la mirada?



El presente es la clave para poder vivir. Buda nos ayuda a entender el porqué, además de que el pasado ya no existe y el futuro todavía tampoco, porque no ha llegado.

El presente es el resultado de toda una serie de decisiones que hemos tomado. La diferencia entre la madurez y la inmadurez es que mientras en la inmadurez tendemos a echar la culpa a factores externos a nosotros en la madurez nos hacemos conscientes de que hemos sido nosotros los que en las circunstancias que hemos vivido los que hemos tomado las decisiones, libremente o no, pero las hemos tomado.

Y lo mismo pasa con el futuro que nos toca vivir. Es un futuro que depende únicamente de las decisiones que tomamos ahora. Al final son nuestras decisiones las que hacen que nuestra vidas vayan en una dirección u otra, tenga un éxito determinado o no.

Ser conscientes de las decisiones que tomamos y hacia donde nos llevan, es decir, las consecuencias de ellas es la clave de lo que nos ha tocado, toca y tocará vivir en la vida.



1/4/15

La familia y el burro.




Había una vez un matrimonio con un hijo de doce años y un burro. Decidieron viajar, trabajar y conocer el mundo. Así, se fueron los tres con su burro.

Al pasar por el primer pueblo, la gente comentaba:
“Mira ese chico mal educado; él arriba del burro y los pobres padres, ya mayores, llevándolo de las riendas”
Entonces, la mujer le dijo a su esposo:
“No permitamos que la gente hable mal del niño.”
El esposo lo bajó y se subió él.
Al llegar al segundo pueblo, la gente murmuraba:
“Mira qué sinvergüenza ese tipo; deja que la criatura y la pobre mujer tiren del burro, mientras él va muy cómodo encima”.
Entonces, tomaron la decisión de subirla a ella al burro, mientras padre e hijo tiraban de las riendas.
Al pasar por el tercer pueblo, la gente comentaba:
“Pobre Hombre…. Después de trabajar todo el día, debe llevar a la mujer sobre el burro! y pobre hijo ¡qué le espera con esa madre!”
Se pusieron de acuerdo y decidieron subir los tres al burro para comenzar nuevamente su peregrinaje.
Al llegar al pueblo siguiente, escucharon que los pobladores decían:
“Son unas bestias, más bestias que el burro que los lleva, van a partírle la columna!”
Por último, decidieron bajarse los tres y caminar junto al burro.
Pero al pasar por el pueblo siguiente no podían creer lo que las voces decían sonrientes:
“Mira a esos tres idiotas: caminan, cuando tienen un burro que podría llevarlos”
Conclusión …
Siempre te criticarán, hablarán mal de ti y será difícil que encuentres alguien a quien le conformen tus actitudes.

Una pequeña historia, un cuento, pero con la fuerza de una realidad que vivimos día a día, unas veces de forma consciente y otras inconsciente, y que se acentúa en los momentos de inseguridad que tenemos muchas veces donde buscamos el apoyo de los demás, especialmente los más cercanos y en las que vivimos más pendientes de lo que piensan otros de que lo que nosotros pensamos y, sobre todo, lo que nosotros queremos sentir y experimentar en la vida. Nunca mejor que recordar el refrán de "ándese caliente, ríase la gente.

La realidad de la vida es que nunca vamos a agradar a todo el mundo. Siempre habrá gente que le guste lo que hacemos y gente a la que no. Lo cierto es que ni a los que les guste ni a los que no van a experimentar o a vivir la vida por nosotros. Cada decisión que tomamos tiene una repercusión mucho más directa en nuestra vida que en la de los demás.

Lo que es claro es que lo que sintamos en la vida, bien sea alegría o tristeza, lo vamos a transmitir a los demás, querámoslo o no. Es por ello que lo que tenemos que elegir es aquello que nosotros creamos en conciencia que va con nosotros, con nuestros valores y con lo que buscamos en la vida. Puede parecer un poco egoísta, pero ya hay una máxima en el Evangelio que lo deja bien claro: jamás podremos amar a otros si primero no nos amamos a nosotros mismos. "Amarás al prójimo como a ti mismo", dijo Jesús. Y cuanta razón. No puedes dar de lo que no tienes.

Hay algo que no tiene valor, la espontaneidad que surge de la libertad de sentirte vivo y con capacidad de aportar a la vida y a los demás. Ese sentimiento espontáneo de felicidad, esa alegría, ese dinamismo lo llevas dentro y lo expresas hacia fuera de forma libre y espontánea. Por ello no hay nada como actuar por uno mismo consciente de lo que haces y del sentido que le das a lo que vives en cada decisión y actitud que tomas en la vida.


31/3/15

El espejo de la vida.




TAZON DE MADERA

El viejo se fue a vivir con su hijo,su nuera y su nieto de cuatro años. Ya las manos le temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban.

La familia completa comía junta en la mesa, pero las manos temblorosas y la vista enferma del anciano hacían el alimentarse un asunto difícil. Los guisantes caían de su cuchara al suelo de y cuando intentaba tomar el vaso, derramaba la leche sobre el mantel.
El hijo y su esposa se cansaron de la situación.
"Tenemos que hacer algo con el abuelo",dijo el hijo."Ya he tenido suficiente. Derrama la leche, hace ruido al comer y tira la comida al suelo".
Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor.

Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba la hora de comer. Como el abuelo había roto uno o dos platos, su comida se la servían en un tazón de madera.

De vez en cuando miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver una lágrima en sus ojos mientras estaba ahí sentado sólo.
Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía, eran fríos llamados de atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida.

El niño de cuatro años observaba todo en silencio.
Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con trozos de madera en el suelo.
Le preguntó dulcemente: "¿Qué estás haciendo?" Con la misma dulzura el niño le contestó: "Ah, estoy haciendo un tazón para ti y otro para mamá para que cuando yo crezca, ustedes coman en ellos."

Sonrió y siguió con su tarea.

Las palabras del pequeño golpearon a sus padres de tal forma que quedaron sin habla.

Las lágrimas rodaban por sus mejillas. Y, aunque ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer.
Esa tarde el esposo tomó gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia.

Por el resto de sus días ocupó un lugar en la mesa con ellos.Y por alguna razón, ni el esposo ni la esposa, parecían molestarse más cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel.

El hijo y su esposa se cansaron de la situación."Tenemos que hacer algo con el abuelo",dijo el hijo."Ya he tenido suficiente. Derrama la leche, hace ruido al comer y tira la comida al suelo".Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor.no
Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba la hora de comer. Como el abuelo había roto uno o dos platos, su comida se la servían en un tazón de madera.
De vez en cuando miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver una lágrima en sus ojos mientras estaba ahí sentado sólo. Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía, eran fríos llamados de atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida.
El niño de cuatro años observaba todo en silencio.Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con trozos de madera en el suelo.Le preguntó dulcemente: "¿Qué estás haciendo?" Con la misma dulzura el niño le contestó: "Ah, estoy haciendo un tazón para ti y otro para mamá para que cuando yo crezca, ustedes coman en ellos."
Sonrió y siguió con su tarea.
Las palabras del pequeño golpearon a sus padres de tal forma que quedaron sin habla.
Las lágrimas rodaban por sus mejillas. Y, aunque ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer.Esa tarde el esposo tomó gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia.
Por el resto de sus días ocupó un lugar en la mesa con ellos.Y por alguna razón, ni el esposo ni la esposa, parecían molestarse más cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel.

No hay nada como la empatía, esa capacidad de ponerse en el lugar del otro. Pero no hay nada como verse al espejo y experimentar  lo que puede ser tu vida si todos actúan como tu lo haces. Si lo haces bien no creo que haya problema, pero si lo haces mal te ves en la cuerda floja sabiendo que el efecto boomerang te puede afectar en cualquier momento. Algo así como algo que leía últimamente: "Si siempre dices la verdad no hay problema porque siempre está ahí, pero si mientes siempre estarás en la tensión de tener que tapar la mentira.

La realidad de la vida es que somos contradictorios. Nuestros mensajes a veces son distintos a lo que realmente creemos. La coherencia es un valor y que lo en en sí mismo. Cuando la vives te sientes bien contigo mismo y con los demás. Sólo cuando nos vemos, o nos hacen ver al espejo, tomamos conciencia de nuestras contradicciones y podemos llegar a cambiarlas, pero sobre todo cuando de una manera inocente, como la del niño del cuento, no intenta inculpar a nadie sino de aprender y mostrar lo que estamos aprendiendo de los que intentan enseñarnos.

La lección del espejo es una de las más profundas, silenciosas y radicales que podemos tener en la vida.




30/3/15

Vivir con pasión.



La diferencia entre vivir y sobrevivir puede estar en la forma de hacerlo, la actitud con las que encaramos lo que tenemos que hacer tanto sean a nivel personal, familiar o laboral. Y digo la forma de hacerlo porque hay quien lo hace como una carga y quien lo hace como una pasión y algo que le permite vivir.

Muchas veces me encuentro con personas que hacen las cosas y mientras las hacen ves que tienen una actitud en la que protestan por la actitud de otros, por la pesadez del trabajo, por la carga que se les echa encima, etc. Los lunes empiezan a pensar en los viernes. Una pena, ¿no? El trabajo no es una extensión de la vida, o la vida personal o familiar no es algo que te invita a sentir el placer de la vida.

Cuando me fijo en los niños y veo lo que hacen veo en ellos "pasión". Juegan, no miden el tiempo, el cansancio, lo difícil e incluso el riesgo. Se ven inmersos en lo que hacen y lo hacen con pasión. Eso es lo que hace que uno lo viva y lo sienta y lo vea como la extensión de la propia vida y de lo que quiere conseguir en ella.

¿Por qué nos falta la pasión? ¿Cómo conseguirla? ¿Dónde encontrarla? ¿Qué es la pasión?

La pasión es lo que sucede dentro de mí cuando lo que hago hace que me sienta realizado. Es algo que no hago por obligación, por quedar bien o por tener que recibir algo a cambio, un cheque, un abrazo, el afecto o la aceptación de los demás. La pasión es algo que me hace sentir a mi mismo alguien vivo.

Por lo tanto la pasión la encuentro dentro de mi mismo cuando me veo haciendo algo que absorbe, me gratifica y me hace sentir bien conmigo mismo. Deja a un niño solo y pronto lo verás hacer algo que le apasiona. Observa tu vida y verás que muchas veces y sin darte cuenta haces cosas que te apasionan al darle tiempo suficiente a lo largo del día de la semana o del tiempo.

Es cuestión de dejar que lo que fluye dentro de nosotros lo haga de forma natural y, sobre todo, potenciarlo. Vemos como muchas veces cuando las personas mayores se jubilan comienzan a hacer cosas que siempre han querido hacer y lo hacen con pasión. ¿Por qué esperar tanto tiempo?




27/3/15

Ser lo mejor de mi mismo.


¿Ganar o perder? ¿Puede haber algo entre medias? ¿Cuál es la mejor opción en la vida? Cuando ganamos o perdemos lo hacemos en referencia a otras personas. Cuando lo hacemos en referencia a nosotros mismos la cosa cambia. Y cambia cuando lo hacemos desde la aceptación de lo que somos y desde la ilusión de lo que podemos hacer con lo que somos,

Los humanos tenemos un gran problema con nosotros mismos, la falta de aceptación de lo que realmente somos y llevamos dentro de nosotros mismos. Esta falta de aceptación nos lleva a sentirnos insatisfechos con nosotros mismos. Y con ello no podemos sentir alegría ni sentirnos felices con lo que somos. La aceptación nos hace entrar en paz con nosotros mismos y a partir de ahí ser conscientes de lo que podemos hacer con lo que tenemos, que en la mayoría de las personas es mucho. Simplemente con ver a nuestro alrededor podemos observar y darnos cuenta que las limitaciones, aún en condiciones físicas muy condicionantes, están en la mente de cada uno de nosotros.

No hay peor cosa que la negación de lo que somos y de lo que tenemos. Hace que luchemos con nosotros mismos. Una guerra interior que posiblemente acabaríamos perdiendo. Una guerra en la que los que triunfan en la vida no entran porque parten de la aceptación y con una pregunta crucial e importante: ¿Qué puedo hacer desde lo que soy y desde lo que tengo? Nos permite pensar con libertad, ver con claridad el horizonte desde donde estamos y desde lo que tenemos. ¿Eres capaz de observar a tantas personas que lo han conseguido y en peores circunstancias que nosotros.

La clave no es ganar o perder, sino participar y divertirse con lo que uno tiene y con lo que uno es. A partir de ahí comienza una esfera de crecimiento personal que se fija en los propios límites y en los retos que hay detrás de ellos. Es una batalla con uno mismo, una batalle que tan solo consiste en sentirse bien consigo mismo y darle rienda suelta a lo que podemos desarrollar dentro de nosotros.



26/3/15

LAS PIEDRAS


Un experto asesor de empresas en Gestión del Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia. 
Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó: 
¿Cuántas piedras piensan que caben en el frasco ???. Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco. 
¿¿Luego preguntó ?? ¿¿Está lleno ?? 
Todo el mundo lo miró y asintió. Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla (piedras menudas). 
Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó. 
Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejan las piedras grandes. 
El experto sonrió con ironía y repitió: ¿¿¿Está lleno ??? 
Esta vez los oyentes dudaron: Tal vez no. 
Bien !!! Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la gravilla. 
¿¿Está lleno ?? preguntó de nuevo.
No !!! exclamaron los asistentes. 
Bien dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aún no rebosaba. 
¿¿Bueno, qué hemos demostrado ?? preguntó. 
Un alumno respondió: Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas. 
No !!! concluyó el experto: 
Lo que esta lección nos enseña, es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después. 
¿¿Cuáles son las grandes piedras en tu vida ?? 
Tus hijos, la persona amada, tus amigos, tus sueños, tu salud . 
Recuerda, ponlas primero. El resto encontrará su lugar.-

 Bonito ejemplo de dos cosas importantes a tener en cuenta en la vida: Las prioridades y la Gestión del Tiempo.

Parece mentira pero las apariencias engañan. Cuando algo parece estar lleno resulta que lo puedes llenar mucho más. Lo importante es saber organizarse. Quienes parecen ser unas grandes expertas en ello son la mujeres: La gestión del hogar, la economía, el tiempo, etc. son grandes cualidades que tienen.

Estoy seguro que sin una planificación previa de lo que se quiere hacer las cosas no van a salir como uno quiere en realidad. A veces es importante organizarse para que las grandes prioridades tengan su lugar e importancia en nuestra vida. Las pequeñas cosas pueden ir acomodándose de acuerdo con aquello por lo que hemos optado como prioridad.

Ahí es donde estriba lo esencial, en establecer prioridades y a partir de ahí establecer lo que es importante, urgente, lo no importante y lo que ni es importante ni urgente. Al final y buen organizados todo tiene su lugar en la vida y en nuestra agenda.

Si tuviéramos que decir cuales son nuestras prioridades y después de decirlas tuviéramos que escribir en un papel como hemos dedicado el tiempo a lo largo del día y por los últimos tres o cuatro días, ¿coincidirían nuestras prioridades mentales con las que hemos dedicado en la realidad a lo largo del día? Haz la prueba y tendrás la respuesta por ti mismo.

Son muchos los espacios de tiempo al día que le dedicamos a lo no importante y a lo que no es una prioridad en nuestra vida para dejar aparcado un día y otro también lo que que sí es una prioridad. ¿Qué hace falta? Priorizar, comprometerse, planificar y ser responsable con lo que se elige.

Al final la vida es el resultado de cómo la organizamos y planificamos. Es el resultado de lo que decidimos hacer y perseguir en cada momento.


25/3/15

El camino es el amor.


Creo que la frase de Rich DeVos es totalmente irrefutable. Lo digo por experiencia propia y por la experiencia que he visto en aquellos que aman de verdad.

Desde el punto de vista personal puedo decir que cuando amas intentas ayudar a otros a sentirse buen en la vida y mostrarles las diferentes maneras en cómo pueden afrontar los retos que el día a día nos pone a todo el mundo.

Cuando el amor se mete por medio te das cuenta de que la fuerza de éste te hace desplegar toda una serie de actitudes y sobre todo de herramientas que jamás habrías sospechado en la vida que las pudieras desarrollar. Una vez que lo has hecho te quedas como sorprendido de ti mismo.

¿Qué sucede cuando amamos para que todo este potencial aparentemente dormido despliegue todo su potencial?

El amor da sentido a nuestra vida. Nos da un motivo, una razón, un porqué de hacer lo que hacemos.

El amor nos hace sentirnos útiles a la vida y a los demás. El bien que conseguimos hacer, la sonrisa que conseguimos arrancar tienen más valor para nosotros que todo el esfuerzo que tenemos que realizar.

El amor nos abre a lo nuevo con tal de poder arrancar esa alegría o felicidad a los demás. No nos cierra en nuestro mundo de ideas. Nos abre a comprender lo incomprensible en nuestra mente. El amor nos permite justificar lo injustificable porque nos pone en lugar del otro. Y con ello nuestra mente se abre, se expande y está dispuesta a aprender.

El amor es lo que permite que desarrollemos nuestra vida, nuestro potencial. Hace que no nos estanquemos y podamos crecer personalmente. El amor no resta, suma y multiplica aquello que damos. Curioso, ¿no? ¡Cuánto más damos, más tenemos! Algo parecido a la multiplicación de los panes y los peces. El niño compartió lo poco que tenía, y ese poco creció, se multiplicó y hasta sobró, porque cuando se da y se comparte siempre sobra. Y eso lo sabemos muy bien cuando nos juntamos y ponemos entre familia o amigos comida para una velada, acaba siempre sobrando.

Ayudar a los demás te ayuda a conseguir su éxito, y con el de ellos el propio tuyo. Es algo que viene dado por añadidura, por naturaleza, por simple mecánica entre otras cosas porque la satisfacción que siente nadie te la puede quitar.

Y como decía una canción...... "el camino es el amor".

24/3/15

Aplazando decisiones.....


Tenemos una clara tendencia a postergar decisiones que nos resultan difíciles de tomar. Generalmente detrás de esta dificultad se encuentra una emoción que nos condiciona de una manera alarmante en la mayoría de los casos pues nos impide avanzar en la vida: "El Miedo". Queramos o no el miedo está ahí y sólo lo venceremos cuando seamos capaces de dar el primer paso, luego el segundo y así uno tras otro.

Podemos ayudarnos de varias estrategia.

  • El primer paso está en decidir lo que queremos en la vida. Elegir entre "sobrevivir" o "vivir". Sobrevivir es una actitud conformista y que no espera nada en la vida. Vivir, por el contrario, es una actitud en la que uno se siente vivo y con ganas de aportar algo en la vida, a la misma vida, a los demás y a sí mismo como tal. ¿Cómo me gustaría sentirme en la vida? ¿Sobreviviendo o viviendo? ¿Recibiendo o aportando, o ambas?
  • Desear algo, verse en una situación diferente, podría ser el segundo paso. Si no hay deseo o ganas de alcanzar algo diferente y que nos llene difícilmente podremos alcanzar algo pues caminamos sin sentido y hacia ninguna parte. Muchas veces tenemos claro lo que no queremos y deseamos en nuestra vida, pero no lo que sí queremos alcanzar. Darle la vuelta a la tortilla y cambiar lo que no queremos por algo más agradable y reconfortante puede ser el principio del cambio. Imagínate a las personas que han quedado mal después de un accidente y cuyas vidas se han truncado porque se han quedado sin brazos o piernas. De repente las ves en medio de la sociedad compitiendo en deportes o incluso en trabajos. No querían permanecer en una situación que no les agradaba y soñaron en algo que sí les podía reconfortar. Es el principio del cambio, la capacidad de "querer, soñar y visualizar" a donde quieres llegar en la vida. El deseo profundo de no vivir la misma historia una y otra vez es el principio del cambio.
  • Si otros los han conseguido, ¿por qué no yo? Averiguar el proceso de otras personas puede ayudarme a planificar el mío. Unos habrán que tenido que poner más esfuerzo físico, otros tal vez más habilidades sociales y quien haya tenido que poner más imaginación o creatividad. Pero el éxito esta hacho de dos patrones muy importantes: uno es el mencionado anteriormente que "querer y voluntad" pero otro, y no menos importante es el de la constancia, crear hábitos y perseverar de forma constante, algo que es una carencia habitual en muchos de nosotros. Dar el primer paso y el segundo y el tercero y así sucesivamente.
  • Para ello hay algo que nos ayuda de forma muy grande: programar en nuestra agenda diaria, semanal y mensual aquello que deseamos realizar otorgándole un espacio y un lugar preferencia, diferenciándolo claramente de lo que no es importante en nuestra vida y poniéndolo como una prioridad. Si los deseos que tenemos no los plasmamos en una agenda con fecha y hora poco a poco se irán cayendo en el olvido.
  • Determinación. Saber tomar la decisión y comprometerse con ella. Conozco personalmente personas que un día dijeron: "dejo de fumar", "dejo de beber", "dejo de comer esto o aquello". No tuvieron necesidad de ayudas externas. Fue su determinación, su decisión y su coherencia con lo que querían alcanzar. 
Lo importante es que tenemos que elegir entre lo que queremos y el miedo que nos frena. Si la voluntad es fuerte y somos capaces de visualizarlo en nuestra mente seamos unos perseguidores de lo que queremos y dejemos que el sueño ocupe nuestra mente en vez del miedo. Cuando lo positivo nos llena la mente, aunque queramos, no hay lugar para lo negativo, y entre ello el miedo.




23/3/15

Más allá de nuestras creencias.



Dos niños llevaban toda la mañana patinando sobre un lago helado cuando, de pronto, el hielo se rompió y uno de ellos cayó al agua. La corriente interna lo desplazó unos metros por debajo de la parte helada, por lo que para salvarlo la única opción que había era romper la capa que lo cubría.
Su amigo comenzó a gritar pidiendo ayuda, pero al ver que nadie acudía buscó rápidamente una piedra y comenzó a golpear el hielo con todas sus fuerzas.
Golpeó, golpeó y golpeó hasta que con-siguió abrir una grieta por la que metió el brazo para agarrar a su compañero y salvarlo.
A los pocos minutos, avisados por los vecinos que habían oído los gritos de socorro, llegaron los bomberos.
Cuando les contaron lo ocurrido, no paraban de preguntarse cómo aquel niño tan pequeño había sido capaz de romper una capa de hielo tan gruesa.
-Es imposible que con esas manos lo haya logrado, es imposible, no tiene la fuerza suficiente ¿cómo ha podido conseguirlo? -comentaban entre ellos.
Un anciano que estaba por los alrededores, al escuchar la conversación, se acercó a los bomberos.
-Yo sí sé cómo lo hizo -dijo.
-¿Cómo? -respondieron sorprendidos.
-No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo.

¿Has estado alguna vez en alguna situación difícil, una de esas situaciones en las que parece que es imposible sacar las situaciones adelante? ¿Alguna de esas situaciones donde todo parece no tener salida? ¿Alguna de esas situaciones en las que oyes voces de tu entorno que te dicen que no eres capaz?

Ante situaciones así reaccionamos de muchas maneras, la mayor parte de las veces dependiendo de como nos vemos a nosotros mismos, dependiendo del concepto que tenemos de uno mismo y de cómo nos sentimos ante la vida. De hecho vemos a gente que afrontan las situaciones de difeentes maneras, y cada manera depende de como cada uno se ve a si mismo.
  • Asumir los riesgos y ver oportunidades en cada situación.
  • Actuar de forma novedosa y sin prejuicios que nos condiciones.
  • Sentirnos agobiados y paralizados ante la situación.
  • Buscar la creatividad en el momento.
  • Creer firmemente que "no servimos" para vivir o afrontar esas situaciones.
  • Imponernos límites a nosotros mismos o a los demás.
  • Falta de fe y confianza hacia nosotros mismos y hacia lo que deseamos.
  • Más pendientes de lo que otros nos dicen de que lo que dice nuestro interior.
La confianza en nosotros mismos y en lo que queremos con una gran mezcla de amor, altruismo y de actitud de servicio y ayuda a los demás es lo que nos da la fuerza que necesitamos para disipar nuestras dudas.

Creo que el amor y el servicio es la fuerza que más nos ayuda a crecer personalmente en nuestra vida y a desarrollar capacidades que tenemos que desconocemos. Vivir presos de nuestras propias limitaciones es lo que no nos permite crecer y desarrollarnos en la vida.

Quien tiene algo que aportar a la vida y a los demás verá que las situaciones no son un obstáculo sino simples retos a asumir.



20/3/15

El poder del miedo



La Peste se dirigía a Damasco y pasó velozmente junto a
la tienda del jefe de una caravana en el desierto.

-“¿Adónde vas con tanta prisa?” Le pregunto el jefe.

-“A Damasco. Pienso cobrarme un millar de vidas.”

De regreso de Damasco, 

la Peste pasó de nuevo junto a la caravana. 

Entonces le dijo el jefe: 

-“¡Ya sé que te has cobrado 50.000 vidas, 

no el millar que habías dicho!.”

-“No,” le respondió la Peste. 

-“Yo sólo me he cobrado mil vidas. 

El resto se las ha llevado el Miedo.”

Tony de Mello

¡¡¡¡Si realmente fuéramos conscientes de que la mayor parte de los miedos que tenemos en nuestra vida nunca llegan a materializarse.....!!!!

¡¡¡¡Si nos diéramos cuenta de que la mayor parte de los miedos que tenemos en nuestra mente han sido creados por nosotros mismos y están basados en creencias irracionales.....!!!!

Es la realidad de la vida. El miedo es esa emoción primaria que tenemos en nuestras vidas que ejerce dos funciones tan contradictorias como protegernos en la vida y al mismo tiempo separarnos de aquello que queremos alcanzar.

Los grandes autores de la vida nos lo hacen saber:

  • Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar. Paulo Coelho
  • El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma. Aldous Huxley
  • De lo que tengo miedo es de tu miedo. William Shakespeare
  • El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son. Tito Livio
  • El ánimo que piensa en lo que puede temer, empieza a temer en lo que puede pensar. Francisco de Quevedo
El miedo es nuestro mayor enemigo. Miedo a sufrir, a fracasar, a no ser reconocidos, a vernos sin nada, a la inseguridad....., aunque todos estos miedos se funden en uno solo, el miedo a nuestra propia soledad. Lo peor de todo es que cuando el miedo nos vence es porque siempre llevamos por delante la idea de fracaso o la negatividad de lo que puede ocurrir.

Cada vez que damos el paso en medio del miedo constatamos algo muy importante: mayor seguridad en nosotros mismos y con ello una mayor tranquilidad, alegría y actitud positiva.


19/3/15

Dime como me ves y te diré como te veo.



-“Perdone, señor”,
dijo el tímido estudiante,
“pero no he sido capaz de descifrar
lo que me escribió usted al margen
en mi último examen....”

-“Le decía que escriba usted de un modo más legible”,   
le replicó el profesor.

La mayoría de las veces, 
los defectos que vemos en los demás
son nuestros propios defectos.


Tony de Mello


¿Te has preguntado alguna vez por qué te irrita tanto lo que pueden hacer otras personas? Calos Jung diría que todo lo que nos irrita de los demás puede ayudarnos a comprendernos mucho mejor a nosotros mismos. Y ciertamente lo hace porque nos ayuda a entender las muchas dependencias que tenemos, las muchas ideas a las que nos aferramos o incluso pueden ser un espejo de aquello que no aceptamos dentro de nosotros mismos.

Y es fácil ver este último punto en la vida diaria. Cantidad de veces criticamos fuertemente a otros con fallos que tenemos nosotros mismos. Es por ello que estar atentos a nuestras reacciones nos ayudará a comprendernos mejor y al mismo tiempo a comprender mejor a los demás. Es más, no es posible comprender a los demás si primero no nos entendemos, comprendemos y aceptamos a nosotros mismos. Más o menos es lo que viene a decir Buda: Todo lo que te molesta de otros seres es solo una proyección de lo que no has resuelto de ti mismo.”

“Si no tuviéramos defectos, encontraríamos menos placer en señalar los del prójimo.” FRANÇOIS de la ROCHEFOUCAULD. La experiencia me dice que cuanto más me acepto a mi mismo menos me preocupan los fallos de los demás. Es más estoy tan centrado en lo que me acepto que no necesito estar buscando fallos que me hagan sentir mejor. Y aunque parezca paradójico hay gente que descansa fijándose en las fallos de los demás. Es como si los fallos de otros disculpara los suyos. Es parte de la pobreza que tenemos.

Muy a menudo, lo que encontramos difícil en los demás es precisamente aquello que no hemos resuelto dentro de nosotros mismos. Si lo hubiéramos resuelto inicialmente, nunca se hubiese convertido en un problema crónico.” ROBERT DILTS.

    18/3/15

    Libres de nuestras propias emociones.



    Un ex-convicto de un campo de concentración nazi 

    fue a visitar a un amigo que había compartido con él 

    tan penosa experiencia.

    ”¿Has olvidado ya a los nazis?” 

    le pregunto a su amigo.

    “Si”, dijo este.


    ”Pues yo no. Aún sigo odiándolos con toda mi alma.”

    Su amigo le dijo apaciblemente::



    ”Entonces, 

    aún siguen teniéndote prisionero.”

    Tony de Mello


    La encrucijada de nuestros sentimientos hace que seamos esclavos de muchas de muestras situaciones vividas. ¿Quien es más esclavo el que perdona o el que odia, el que vive con resentimientos o el que es capaz dejar a un lado los resentimientos?

    Siempre he creído que el que más se beneficia del perdón es el que perdona. Cargar con los resentimientos en la vida impide vivir la vida a tope y libremente.

    No conozco a nadie que sea feliz siendo incapaz de perdonar a otros. ¿A quién le damos el poder sobre nuestra vida, a quien nos ha ofendido o a nosotros mismos?

    Cuando permitimos que los demás manejen nuestros sentimientos, sobre todo los negativos, le estamos dando el poder y el control de nuestras vidas aún a pesar de que creamos que les estamos castigando cuando en realidad nos estamos castigando a nosotros mismos y estamos optando por una vida de resentimiento que nos impide ser feliz.

    ¿Qué es la libertad? No es otra cosa que ser fieles a nosotros mismos y a nuestra vocación de ser fieles a nuestros objetivos  en la vida sin dejarnos condicionar por las circunstancias.


    17/3/15

    Nuestras cargas mentales



    El monje furioso- Cuento popular chino
    Dos monjes zen iban cruzando un río. Habian salido de viaje con las sabias advertencias de su maestro. “La mujer es simbolo de pecado no debeis tener trato con ellas y mucho menos dejaros engañar por sus encantos” 
    De pronto e encontraron con una mujer muy joven y hermosa a la cual habian asaltado unos ladrones dejandola desnunda y malherida en la orilla del rio. 
    Así que un monje la subió sobre sus hombros y la llevó hasta su casa donde sus familiares lloraron y agradecieron su ayuda.. 
    El otro monje estaba furioso. No dijo nada pero hervía por dentro. Eso estaba prohibido. 
    Un monje budista no debía tocar una mujer y este monje no sólo la había tocado, sino que la había llevado sobre los hombros. 
    Recorrieron varias leguas. Cuando llegaron al monasterio, mientras entraban, el monje que estaba enojado se volvió hacia el otro y le dijo: 
    -Tendré que decírselo al maestro. Tendré que informar acerca de esto. Está prohibido. 
    -¿De que estás hablando? ¿Qué está prohibido? -le dijo el otro. 
    -¿Te has olvidado? Llevaste a esa hermosa mujer desnuda sobre tus hombros -dijo el que estaba enojado. 
    El otro monje se rió y luego dijo: 
    -Sí, yo la llevé. Pero la dejé en el río, muchas leguas atrás. Tú todavía la estás cargando…

    ¿Te gusta esta historia? Uno aprende bastante de ella.


    • Por una parte podemos ver como lo que unas personas consideran un problema para otras no lo es en absoluto. 
    • Mientras que unos ven una cosa en la realidad que viven otros deciden ver algo diferente. Es como vemos la realidad y como la interpretamos lo que nos enriquece o lo que nos hace daño.
    • Hay quien vive el momento y se libera de él poco después, mientras que otros van arrastrándolo sin poder liberarse de él.
    • Muchas veces vivimos el presente mientras que otras el pasado lo inunda y el futuro lo absorbe. ¡Qué difícil es vivir el aquí y el ahora!
    Recuerdo que en una ocasión le pedí a una señora que sostuviera unos siete o diez libros en sus brazos. No le dije el tiempo que tenía que mantenerlos, pero que sí tuviera libertad de hacer lo que creyera oportuno. 

    Después de unos instantes comencé a observar un cierto cansancio y nerviosismo. No dije nada. Simplemente observaba sin decir nada. Hubo un momento en el que se desesperó y dejó caer los libros sobre la mesa con cierta delicadeza. La miré y le pregunté:

    ¿Por qué lo hiciste?

    Ya no podía más, mes respondió ella. 

    ¿Por qué no lo hiciste antes? volví a preguntar.

    Se quedó callada sin poder responder....

    Así es la vida, aguantamos hasta que nos cansamos y ya no podemos más. Llevamos en la mente cantidad de cosas que nos impiden vivir y saborear el camino de la vida. ¿Por qué no liberarse de tantas ataduras?

    Es nuestra responsabilidad y nuestra decisión caminar con tantas cosas absurdas o caminar ligeros de equipaje. Sólo hay que ser libres y soltar lastre.


    16/3/15

    Dejar ser



    Durante años fui un neurótico. Era un ser angustiado, deprimido y egoísta. Y todo el mundo insistía en decirme que cambiara. Y no dejaban de recordarme lo neurótico que yo era. Y yo me ofendía, aunque estaba de acuerdo con ellos, y deseaba cambiar, pero no acababa de conseguirlo por mucho que lo intentara. Lo peor era que mi mejor amigo tampoco dejaba de recordarme lo neurótico que yo estaba. Y también insistía en la necesidad de que yo cambiara. Y también con él estaba de acuerdo, y no podía sentirme ofendido con él. De manera que me sentía impotente y como atrapado. 
    Pero un día me dijo: «No cambies. Sigue siendo TAL COMO ERES. En realidad no importa que cambies o dejes de cambiar. Yo te quiero tal como eres y no puedo dejar de quererte». 
    Aquellas palabras sonaron en mis oídos como música: «No cambies. No cambies. No cambies… Te quiero…». Entonces me tranquilicé. Y me sentí vivo. Y, ¡Oh, maravilla!, CAMBIÉ. 
    Ahora sé que en realidad no podía cambiar hasta encontrar a alguien que me quisiera, prescindiendo de que cambiara o dejara de cambiar.
    ¿Es así como Tú me quieres, Dios mío? 
    AUTOR: Anthony de Mello.
    Bonita, cruel y real realidad la del cuento en cuanto a esa lucha interna que muchas veces tenemos contra nosotros mismos. 
    A veces es la presión de los que viven a nuestro alrededor que quieren que cambiemos. Unas veces conformes con lo que ellos piensan y otras no nos sentimos presionados para agradar y sentirnos que somos seres sociales aceptados por los demás.
    Otras veces el problema no es la presión de los demás sino la falta de aceptación hacia nosotros mismos, que en el fondo subyace siempre, tanto en unas como en otras situaciones. Pero cuando no estamos felices con nosotros mismos se entabla una batalla interior que acaba de dividirnos interiormente.
    La realidad es que nos encontramos luchando contra nosotros mismos sin encontrar grandes resultados. Siempre me vendrá a la mente esa lucha que mantenemos contra nosotros mismos en noches de insomnio. Le damos la vuelta a la almohada una y mil veces. Cambiamos nuestra posición corporal otras tantas. Hacemos mil y un experimentos hasta que nos damos cuenta de que cuánto más luchamos, menos conseguimos dormir. Cuando "ya nos damos por vencidos y aceptamos la situación", nos dormimos y sin darnos cuenta.
    La aceptación propia es la base para cualquier tipo de cambio. Partimos siempre de lo que somos y de lo que tenemos. Eso nos permitirá no tener que luchar contra nosotros mismos y tener que estar mirando en dos direcciones opuestas: lo que queremos y nos gusta de nosotros, y lo que no queremos ni nos gusta de nosotros.
    La aceptación conlleva la tranquilidad que nos permite enfocarnos en lo positivo, en las fortalezas que tenemos y en aquello que si nos gusta de nosotros mismos y de la realidad. Es enfocarse en lo positivo.
    Ningún reino dividido va adelante, y menos el de uno mismo. Toca vivir lo que somos y centrarnos en lo que sí nos gusta de nosotros mismos para seguir construyendo una realidad positiva dentro de nosotros mismos.