21/5/10

Descubriendo mis fortalezas





Creo que todos nos hemos sentado, de forma totalmente informal, en más de una ocasión a repasar nuestros albúmes de fotos en lo que podemos revivir momentos de la infancia, de la juventud o de adultos; momentos de familia, de amistades y de trabajos; momentos personales que de una manera u otra han dejado mella en nuestra vida.

Hoy me gustaría hacerte una propuesta, a realizar de forma totalmente personal, en pareja, en familia o con un grupo donde haya el suficiente respeto y confianza. Una propuesta que no es otra sino que la de retroceder a todos estos años de vida y de experiencia para reencontranos con nosotros mismos, con ideales, con sueños vividos, con actitudes, con experiencias y con decisiones que de una u otra manera han dejado alguna huella en nuestra vida.

 Puede hacerse de varias maneras. Una de ella puede ser una línea de la vida en la que a través de una línea y de forma cronológica vas anotando acontecimientos de tu vida, anotándolos y dibujándolos con letras dibujos y colores que dan mucho más sentido y vida a lo que plasmas en el papel. Puedes hacerlo buscando fotos en tus archivos y álbumes de fotos que puedes ir colocando en folios o cartulinas. Puedes hacerlo de otra manera que tu creas apropiada, pero lo importantes es ser concreto en lo que se plasma, en lo que se escribe o en lo que se muestra.

Un segundo paso es el revivir en mente y en sensaciones corporales esos momentos. Detrás de cada situación hay un sentimiento, un valor, una creencia, una fortaleza que de forma natural se ha vivido. Y todo esas sensaciones, valores, creencias y sentimientos se van plasmando en palabras, dibujos y colores que dejen ver las emociones que van despertándose en cada uno.

El tercer paso es contestarse tres pequeñas pero importantes preguntas:
¿Qué cosas nuevas he aprendido de mi historia?
¿Qué constantes encontré que me han acompañado a lo largo del camino?
¿Qué me llama más la atención de todo éste proceso?

El cuarto y último punto es el compartirlo con la persona o grupo de personas con la que has elegido hacerlo.

En todo ello encontrarás toda una serie de elementos con los que cuentas dentro de ti, que te han acompañado en unas o en todas las partes del camino; unas fortalezas que están despiertas o latentes dentro ti; unas creencias, valores y fortalezas que están ahí, en ti mismo para ayudarte a vivir el hoy o para dar un paso más al frente hacia el futuro que quieres construir.

¿Te animas? Si lo haces me encantaría saber el resultado. Te agradecería que lo compartieras en los comentarios.


20/5/10

Vivir lo importante



¿Cuando lo importante es importante realmente? Lo digo por la cantidad de veces que uno se ve haciendo proyectos, promesas, planificaciones que raramente ven la luz del día o, que un día se hacen y tres no, y muestran que son hijas de la inconstancia, inconsistencia, del olvido o de lo no importante. 

¿Qué sucede en cada uno de nosotros para que una y otra vez nuestras ilusiones, nuestros proyectos y lo que realmente queremos conseguir en la vida se vean  postergados y relegados?

Promesas de cambios, de nuevos inicicios, de "ahoras sí", que no dejan sino un hueco y un vacío en cada uno de nosotros. ¿Es realmente tan importante lo que queremos conseguir y tener en nuestra vida? ¿Qué es lo que nos impíde tener la voluntad necesaria para tener la determinación, tomar las decisiones oportunas y dejar en nuestro calendario diario, semanal o mensual los espacios inquebrantables para que lo importante en nuestra vida tenga su espacio real y visible?

A veces son los toques de la vida que nos ponen en situaciones límite, como un infarto, una muerte cercana, un despido laboral o una ruptura sentimental, las que nos tambalean mentalmente y hacen que tomemos consciencia de que cada dia que pasa es un dia que no vuelve, es un día que no hemos aprovechado.

Ayer me invitaban a leer una historia de alguien que había comprado mil bolitas que representaban los mil sábados que le quedaban por vivir en un supuesto que muriera en torno a los 70 años. Cada sábado sacaba una bola de recipiente de cristal en las que las tenía y sabía que era "un día sábado menos" que le quedaba para vivir lo importante, que en su caso era la familia. Y sacándo la bolita se disponía a vivir lo importante dejando el resto a un lado.

¿Qué es lo importante que nos queda por vivir? ¿Que lugar ocupa en nuestra agenda? ¿Qué importancia le damos? ¿Qué prioridad tiene en nuestro vivir diario, semanal o mensual? ¿Qué trabas le pongo para llevarlo a cabo?

Déjemos que lo importante sea realmente importante o, ¿tal vez no lo será?

19/5/10

Aprender siendo



Ayer, y por separado, dos preguntas surgieron que prácticamente venían a decir lo mismo: ¿Por qué cuando nos sentimos bien en un campo y tenemos que desarrollarlo nos viene a la mente una experiencia negativa del pasado y de repente nos frena, nos paraliza e incluso nos hace dudar de nosotros mismos?

No hay nada como centrarse en quien uno, en lo que uno hace y en lo que uno siente cuando realiza una actividad. Alejar de nosotros los ruidos que nos conectan con emociones y experiencias negativas hacen que lleguemos a dudar de nosotros mismos y dejemos de desarrollar al 100% de nosotros lo que estamos haciendo.

Una de las personas que me preguntaba es experta en contabilidad, a la otra le gusta cantar. A las dos le preguntaba que sentían cuando hacía contabilidad o cuando cantaba a solas. Las dos se sentían a gusto. ¿Por qué dejar pues que experiencias del pasado me quiten el gusto de lo que hago en el presente? Si me siento bien conmigo mismo, si me siento capacitado, si creo que mi forma de vivir, trabajar o relacionarme llega a una, dos o un montón de personas, ¿por qué no vivir lo que hago, el paso que doy, el camino en el que me encuentro, y las sensaciones que tengo en vez de viajar al mundo del pasado que me frena, limita e incluso me puede llegar a infravalorar como persona?

Los objetivos que nos marcamos en la vida es porque nos convencen a nosotros y nos hacen sentirnos bien como personas y realizados como tal. Son objetivos que nos permiten potenciar mucho más aquellas fortalezas que tenemos, las cualidades que habitan de forma natural dentro de nosotros y los valores que dan sentido a nuestra vida.

Centrarnos en los objetivos que nos marcamos, poner la mente y los sentidos en ellos, apreciar lo que nos aportan en cada paso que damos, sentir y vivir el crecimiento personal a medida que caminamos son parte de los beneficios que nos reporta el ponernos en marcha. La felicidad no está tanto en la consecución de los objetivos en sí, sino más bien en todo el proceso, en el viaje, en los pasos que hay que dar hasta ver los frutos. Pero los frutos, como bien la palabra lo dice, son los frutos. La alegría y la autorealización están en el proceso, en el camino, en cada paso.

Si me gusta cantar, ¿por qué no hacerlo? Si me gusta la contabilidad, ¿por qué no disfrutar de ello? Lo más claro lo vemos en los niños, disfrutan con la arena, con el agua, con cualquier cosa, ajenos a su mundo exterior. Simplemente aprenden a ser siendo.

18/5/10

Entre el deseo y la voluntad



En la toma de decisiones hay una gran distancia entre el deseo y la voluntad de querer hacer algo. Es algo que podemos ver en cada uno de nosotros cuando queremos dejar una situación que no nos hace sentir a gusto y la realidad de dar un primer paso al respecto: dejar de fumar, hacer el deporte necesario para mantener una calidad de vida, asumir las responsabilidades diarias que nos permitan ser más eficientes en nuestro trabajo, en nuestras relaciones interpersonales o incluso en nuestras relaciones con nosotros mismos.

Muchos de nosotros deseamos vivir la vida y no tener que ganarnos la vida cada dia. La diferencia estriba de forma radical cuando vemos la vida como un proceso en el que tenemos que vivir de forma stresante todo aquello que queremos alcanzar y en la que la vida aparece como una carga que tenemos que llevar dia a día. A veces hemos vivido con la idea, el sentimiento y la creencia de que tenemos que cargar con la cruz de cada día, pasearnos por un valle de lágrimas o vivir de forma resignada aquello que nos toca vivir.

Mirar al frente, a lo que queremos, desearlo profundamente y verlo como algo inalcanzable o como algo que podremos conseguir dentro de muchos años tal vez sea una forma de masoquismo con la que nos tratamos frecuentemente. El deseo tiene que ir acompañado, necesariamente, de un paso, de otro y de muchos otros más. Si no hay pasos, por pequeños que sean, todo se transforma en un quimera, en una ilusión, en algo que no merece la pena.

El peso de las emociones frente a lo racional puede ser tan grande que éstas pueden ser un freno o un acicate, pueden ser una puerta abierta o cerrada para un cambio, un proceso. Es por ello que "querer" es fundamental, porque cuando se quiere se ponen los medios y se dejan a un lado las emociones que impiden dar el paso.

Las emociones son importantes, pero los objetivos, el proyecto de vida, las resoluciones que uno quiere y tiene que tomar, lo son más. Es por ello que la emociones deben encuadrarse dentro de lo que uno quiere en la vida, para que ellas sean aliadas y no frenos que obtaculizan el proceso, pero ¡¡¡que dificil es separar una cosa de otra!!! ¿Cómo hacerlo? Utilizando honestamente las dos herramientas más importantes que tenemos: Razón y emociones y concediéndole a cada una de ellas la responsabilidad que tienen en nuestra vida: autocontrol.

17/5/10

El freno de los miedos




Nunca tengas miedo a nada,
Nunca te dejes llevar por los engaños
y la tentación de los sufrimientos
Tu vida está en tu interior,
Lo que des de ti
Se transformará en tu riqueza.

Carlos Mesi.

Escuchaba anoche esta frase junto con una pregunta: Si no tuvieras miedo, ¿qué harías en estos momentos?
La verdad es que la vida se puede transformar en una auténtica riqueza si dejaramos a un lado los miedos. Pensar que gran parte de los miedos son totalmente imaginarios da escalofrios. Saber que, una vez que hemos vencido los miedos, hemos llegado a sonreir plenamente nos deja con un sabor agridulce de haber perdido momentos e instantes de la vida sumergidos en preocupaciones y angustias que no tenían gran sentido, ya que eran meras imaginaciones, presunciones o prejuicios que teniamos metidos en la cabeza.

De ahí surge la gran pregunta o el gran dilema de la vida: ¿debemos preocuparnos o tan solo ocuparnos de todo aquello que nos rodea? Preocuparnos nos resta bastantes fuerzas, tiempo y dedicación a lo que realmente tenemos que dedicar nuestra vida y existencia. Ocuparnos, por el contrario, nos sumerge en un mundo de responsabilidad en el que cogemos al toro por los cuernos, en el que somos productivos y proactivos, en el que tenemos una actitud positiva y constructiva, en el que aportamos soluciones o caminos nuevos a nuestros cometidos.

La preocupación, mientras tanto, nos frena, nos impide la capacidad de pensar de forma amplia, tranquila, libre y objetiva. Nos impide, también dar pasos ya que nos mantiene a la defensiva y lo único que hace es impedir que nuestra vida sea vulnerada. La vida se estanca ahí, se defiende como gato panza arriba y somos conscientes de que gira siempre en torno al mismo punto a la misma preocupación, al mismo tema. La vida se convierte en un monologo con el riesgo de paralizar todo nuestro sistema.

No hay nada como la sonrisa y la alegría que surgen de un trabajo bien hecho, finalizado, culminado. El sentimiento de realización es grande  y amplio. La felicidad es inmensa.

Como bien decía alguien: "La vivida no vivida es una enfermedad de la que se puede morir". Y los miedos nos impiden vivir, son un freno que nos echamos a nosotros mismos impidiéndonos desarrollar nuestra vida con total normalidad.

¿Qué haría si no tuviera miedo?

14/5/10

Fracasar es sumamente sano.


Acabó de escuchar en la radio algo que hemos escuchado durante muchas veces, pero que pocas somos capaces de entender.

De las grandes crisis surgen grandes cambios y satisfacciones. Muchos somos los que no las queremos, creo que la gran mayoría. Estamos cómodos en el seno materno, lloramos nada más salir y creemos que la vida es una lucha continúa.

Los que buscan la crisis, la confrontación, el cambio, la incertidumbre pueden tener un talante mucho más grande en cuanto a libertad, desapegos y capacidad de adaptación se refieren.

No queremos cambios, crisis, pérdidas de comodidades y seguridades, pero cuando vienen, las tenemos que sufrir y nos adaptamos a lo que hay, vemos con toda claridad como se despiertan en nosotros cualidades adormecidas o fuera de uso que ahora se convierten en nuevos aliados y compañeros de viaje.

¿lo más curioso? Que de las grandes crisis vienen grandes reformas, grandes decisiones, grandes retos y grandes respuestas. No deja de ser curioso que nos cuesta movernos incluso hacia lo que nos viene bien o nos resulta positivo.

Crisis es igual a adaptación, y quien se adapta no tiene otra que desarrollar nuevas cualidades para seguir viviendo. En el cambio se acrisola, se purifíca y se perfecciona el ser humano.

13/5/10

Miedos encubiertos


Siempre me ha llamado la atención una lectura de la Biblia y que después se ha llevado al mundo de la música a través de varios autores, uno de ellos Jose Luis Perales: El amor.

Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los angeles, si no tengo amor no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden.



Ya podría tener el dón de predicación y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener una fé como para mover montañas, si no tengo amor no soy nada.


Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo, si no tengo amor de nada me sirve......
Hay cantidad de actitudes que son respuesta a los diferentes tipos de miedos que podemos tener en la vida y no es lo mismo vivir el amor, la entrega y la vida misma por amor, de forma natural y desinteresada que vivirla como una respuesta a los miedos que uno puede tener, por lo que uno puede estar viviendo exactamente igual a otro una serie de actitudes y los sentimientos con la que los vive pueden ser diametralmente diferentes.

Imaginate por un momento que soy una persona que tengo miedo al rechazo. Como respuesta al no querer sentirme rechazado lo que hago es mantener una actitud de servicio y de ayuda, de ésta manera me granjeo el favor y el reconocimiento de los demás, ¿verdad? Y puede que ese reconocimiento llegue a producirse y me haga sentir bien relativamente pero, ¿cuál es mi preocupación real? ¿hacia donde apunto? ¿qué es lo que persigo? Reconocimiento, aceptación y sentirme integrado dentro de una relación de personas.

Por otro lado si ese miedo no existiera y tuviera una actitud de servicio totalmente desinteresada, ¿hacia donde apuntaría? Fíjate que sería un amor natural, desinteresado y libre que me permitiría vivirlo de una manera mucho más plena y sobre todo dejarme enriquecer no sólo de lo que hago, sino también de las personas a las que estoy sirviendo. Es un amar y dejarse amar desde la auténticidad y no desde lo que lo otros quieren ver y oír de uno. Es dar de lo que realmente uno es y de lo qe uno lleva dentro de si. Es auténticidad.

Felicidad y Mente

Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana
es una disposición de la mente
y no una condición de las circunstancias.

John Locke

12/5/10

Venciendo los miedos



El otro dia me preguntaba mi hija si tenía miedos. Cuando le dije que "sí, como todo el mundo", se quedó sorprendida. Y le dije que el miedo es algo natural que vive en nosotros y que nos permite protegernos de posibles peligros. Ella me miraba sorpendida porque no se creía que su padre tuviera miedos. Al ver su cara de asombro le dije que todos tenemos miedos: a la muerte, al sufrimiento, al fracaso, a la soledad, al abandono, etc. Estos miedos son normales, le dije, pero no nos impiden seguir viviendo con alegría, ni por ello dejamos de hacer las cosas, le dije.

Cuando uno tiene miedo, como por ejemplo muchos niños, que le tienen miedo a la oscuridad, a los fantasmas o a ruidos que hay dentro de la casa, esos miedos les impiden dormir con tranquilidad, subir a la parte de arriba de la casa o estar sólos en un sitio. Son miedos a cosas que no existen, son miedos a cosas que existen sólo en nuestras mentes, le comenté, y qué podemos vencerlos fácilmente porque subimos arriba y podemos comprobar que no hay nadie, andamos a oscuras y también podemos comprobar que hasta puede ser un juego muy bonito. Los miedos que existen en nosotros, en nuestra mente, muchas veces nos los inventamos y vivimos atemorizados ante lo que no existe y posiblemente no exista nunca.

En cambio hay otros miedos que sí pueden estar ahí y que se pueden dar y que pueden hacer daño. Esos miedos son buenos tenerlos porque te ayudan a protegerte. Por ejemplo: ¿Tienes miedo a que te atropelle un coche?, le pregunté.

"Sí", me respondió.

¿Y que haces entonces?, volví a preguntar.

"Pues mirar a los lados", me dijo ella.

¿Ves para que sirven los miedos?, le comenté, para protegernos de todo aquello que nos puede hacer daño. Lo importante, le dije, es que los miedos no nos impidan hacer las cosas que tenemos que hacer. ¿te imaginas que por miedo no cruzemos la calle, no cojamos el coche o no salgamos de casa?

Es verdad, papá. Es como yo cuando tengo miedo y no quiero estar sóla o subir arriba, añadió ella.

Los miedos son importantes, nos ayudan a conocer mejor lo que pasa, a prepararnos y a ser más fuertes. Lo importante es saber a que le tiene miedo uno y como puede superarlo. 

Aceptación de la realidad

En la aceptación de la realidad
está el cambio.

Rojas Marcos

Buenas acciones

Una de las ventajas de las buenas acciones
es la de elevar el alma
y disponerla a hacer otras mejores.

Jean-Jackes Rousseau

Rencor y Venganza

Nunca nos sentiremos bien
por haber practicado el mal.
Nuca el rencor y la venganza
proporcionan contento.

Jerónimo Luis Cabrera

Análisis y Felicidad

Si quieres se feliz, como me dices,
no analices, mucho,
no analices.

Joaquín María Bartrina

Día a día

Si no te ha sorprendido nada extraño durante el día,
es que no ha habido día.

John Archibald Wheeler

Familia Feliz

Una familia feliz no es sino
un paraíso anticipado.

John Browning

11/5/10

¿Somos lo que pensamos?

Participaba ayer en una reunión de trabajo en uno de los sectores más castigados por la crisis, el sector inmobiliario. Una de las cuestiones que ahí se planteaban era que uno, en estos momentos, SI podía vender. "Todo es cuestión de la predisposición mental que uno tenga", decía una de las participantes.

Parece curioso, pero la realidad está ahí y la mente tiene un poder excepcional a la hora de enfrentar las diferentes situaciones que se nos ponen delante. No es lo mismo dar un partido por perdido que ver posibilidades de ganarlo sin cuando el resultado es total y claramente adverso. Hemos visto como en cuestión de minutos un gol puede meter a uno nuevamente en el partido, motivarle nuevamente o ver alternativas diferentes.

Todo es cuestión de predisposición mental. De ahí viene una apertura de la mente que nos lleva a explorar nuevos caminos, reinventar los que se han quedado obsoletos o intentar lo que no se ha intentado.

Mente positiva, apertura a lo ya existente, a lo nuevo o a lo dejado de lado en un momento de la vida. Todo es posible siempre y cuando yo quiera creermelo, siendo lógicamente realista.

Como dice el dicho, "querer es poder" pero ¿queremos o tan sólo deseamos? Una gran diferencia que en otro momento hablaré de ello.

10/5/10

Proyecto de Vida

Puede parecer algo serio, pero seria es la vida. Puede que cueste trabajo ponerse a pensar, a concretar, a escribir y, sobre todo, a fijar tiempos y plazos, pero la vida es eso, dar pasos concretos, pensados, reflexionados, marcándose tiempos para que no todo quede en el cajón de los olvidos.

Por lo general hacemos proyectos para iniciar e invertir en negocios, aunque siempre hay quien va por libre y a lo loco sin medir sus posibilidades. Un término muy utilizado es el de viabilidad del proyecto, dónde uno analiza las posibilidades realidades de éxito o fracaso. Proyecto y Viabilidad son importantes en si, pero requieren su elaboración minuciosa para que dicho proyecto se haga realidad.

Para el éxito en la vida también es necesario elaborar un proyecto, una ruta, una línea a seguir. El éxito no sólo se da en el ámbito de los negocios, sino en el personal, en el crecimiento de uno mismo, en el desarrollo social y familiar, en el crecimiento físico, personal, espiritual, y el de todos los ámbitos de nuestra vida.

Hay una cosa, una duda que se queda flotando en mí mente. ¿por qué nos cuesta tanto elaborar un proyecto? ¿tal vez no queremos sentirnos presos de el? ¿quizás sea que preferimos no pensar y concretar? ¿será que conocer los pormenores, los riesgos y los beneficios nos hacen dudar de más?

7/5/10

La escucha y sus prejuicios o creencias



Erase una vez una población que había sufrido una gran inundación. Uno de sus habitantes estaba en el techo esperando salvarse de la crecida del agua. Como el agua subía no tuvo más remedio que subir hasta la parte alta de su casa: la terraza. Pasaron por allí miembros de la Cruz Roja que le invitaron a subirse a una lancha de rescate, pero el hombre con una fe increíble en Dios desistió porque tenía la seguridad de que Dios le salvaría.

El tiempo no paraba y las guas seguían creciendo cuando pasó Protección Civil con otra lancha que le invitó nuevamente a subirse, pero una vez más la fe profunda y arraigada que éste hombre tenía en Dios hizo que desistiera ante tan amable invitación.

Ya por último pasaron fuerzas del ejército que ante la inminente catástrofe que se le venía al hombre encima le urgió una y otra vez que subiera a su lancha, a lo que el hombre una vez más hizo alarde de fe, de confianza y de optimismo. Desistió una vez más y poco después las aguas se lo tragaron. Una vez en el cielo le echó en cara a Dios el no haberle ayudado a lo que Dios son una mirada llena de cariño le dijo: “pero si te envié tres lanchas y las tres las rechazaste”.




Nuestra vida puede estar llena de anécdotas en las que se pone en entredicho nuestra capacidad de escucha. Nuestras creencias, miedos, seguridades o inseguridades, nuestros valores, nuestros sentimientos más nobles o incluso los más vulnerables, aquellos en los que nos sentimos fuertes o aquellos en los que nos sentimos heridos…. Situaciones personales y de la vida que pueden servir de obstáculo, de paño, de pared o de velo para escuchar los diferentes mensajes de las personas, de la vida, de la naturaleza, de las circunstancias.



No hay nada como la libertad para poder sentir lo que uno es y para pode apreciar la vida y los demás tal y como son, indiferentemente de todo tipo de creencias , sentimientos o valores que se puedan mover dentro de uno mismo. Todo es cuestión de saber escuchar y apreciar todo lo que la vida trae dentro de nosotros o de la vida en sí.

6/5/10

El agua y la vida del hombre


Siempre me ha llamado la atención el agua y la profunda relación que puede tener con la vida del ser humano en cuanto a la actitud frente a la vida y a la toma de decisiones.

Recuerdo que cuando vivia en Mexico habían cambiado el curso del rio y que cuando llegaron las lluvias de nada sirvió la mano del hombre porque el agua buscó su curso natural. El volumen y la fuerza del agua hicieron añicos las construcciones de la mano del hombre. Años después y año tras otro ves como ocurre lo mismo en cualquier parte del mundo.

El agua busca salida a toda la energía que tiene. Podemos detenerlas en presas, pero cuando llueve y llueve hay que soltar agua en cantidades considerables, los cauces se hacen pequeños. Hay momentos en los que los rios se desbordan, hacen nuevos cauces, destruyen unas zonas y curiosamente dan vida a otras.

¿Por qué lo relaciono con nuestra vida? Porque muchas veces tenemos mucho caudal dentro de nosotros, positivo o negativo, pero caudal que a veces retenemos y que se resiste a estar dentro de nosotros como si de una laguna o pantano se tratara. Hay momentos en los que toda la vida que hay dentro de nosotros quiere tomar una forma diferente y se desborda a través de las diferentes emociones. Tal vez nuestra misión sea la de intentar dejar salir las emociones de forma equilibrada como si de un embalsae se tratara, pero a veces la vida nos desborda y nos invita a abrir nuevos cauces, a bordear nuevas rutas, a volver a los orígenes o explorar, como he dicho, nuevos cauces.

El agua estancada tal vez sea buena y bonita para ciertos momentos de la vida, pero para otras no. La vida es movimiento y búsqueda.

5/5/10

Algo diferente



Somos animales de costumbres. Desde pequeños nos acostumbran a ello, a un horario, a unas normas, a unos hábitos, etc. el día que nos salimos de ahí podemos encontrarnos perdidos y sin saber lo que hacer, me lo comentaba el otro día Sonia, que cuando acababa su jornada laboral y, sobre todo en fines de semana, se encontraba sola, perdida y sin saber en qué utilizar el tiempo. Pero también suele ocurrirnos a todos nosotros que acostumbrados a hacer siempre lo mismo intentamos abordar los problemas de todos los días desde las mismas perspectivas de siempre.



¿Qué pasaría si cada día intentáramos incorporar algo nuevo, diferente y distinto en nuestro quehacer diario? ¿Qué ocurriría si en nuestras relaciones o contactos cada día pusiéramos un granito de arena nuevo y diferente? ¿Qué acontecería si tuviéramos una o dos originalidades nuevas cada día en nuestra forma de tratarnos a nosotros mismos y a los demás? En definitiva, se trata de saber que ocurriría en nuestras vidas si cada día inventáramos una manera nueva, original y sencilla de afrontar nuestras propia vida, nuestro propio trabajo y el de los demás.



No hay que complicarse la vida, simplemente es intentar vivir las cosas de una manera diferente para poder sacar algo diferente de las situaciones, para enriquecerse de éstas, para aprender algo nuevo de la vida, de las personas, para poder crecer día a día en algo tan sencillo como es el vivir. Y fíjate que hablo de cosas tan sencillas como puede ser la manera de saludar, la forma de levantarse en la mañana, la forma de pedir el pan, de pagar en la caja, de cambiar una ruta determinada, etc. Son pequeñas cosillas que son como pequeñas gotas de agua en un océano, como diría Teresa de Calcuta, pero que sin ellas no habría océano. Son pequeños segundos, que hacen minutos y que sumados hacen horas. Son pequeños gestos que sumados hacen actitudes con la cual podremos llegar a afrontar la realidad por inesperada que ésta pueda ser y nos encuentra con la capacidad de poder responder de forma creativa, original, positiva y abierta.


 
Además de dejar la monotonía a un lado hay algo mucho más positivo, nuestra vida se vuelve rica, creativa, diferente hasta el punto que abordamos a las personas, al trabajo y a cada cosa que tengamos que hacer de una manera diferente. Es parte de nuestra individualidad, de nuestra originalidad, de nuestro ser únicos.

4/5/10

Confianza en uno mismo: ¿Proceso o resultado?



Ayer escuchaba a Rosa hablar de su clamoroso éxito en una representación que había hecho. Todo eran elogios para ella y una de las cosas que dijo me llamó la atención: “Éste éxito me das más confianza en mí misma, hay que llegar a él para poder experimentar ésta confianza”. La verdad es que me quedé pensando y creo que tiene algo de razón, aunque hay algo que no llego a compartir del todo.

¿Llega la confianza en uno mismo porque has obtenido éxito o el éxito llega porque es fruto de una confianza que has depositado en un proyecto y en ti mismo?

Es cierto que él éxito ayuda a fortalecer la confianza en uno mismo pero, ¿podríamos llegar a éste sin la confianza? A mí se me antoja que no. Puede darse que la confianza esté disfrazada o que pueda estar rodeada de dudas, pero la confianza está ahí. Desde el momento en el que das el paso, desde el momento en que caminas hacia un objetivo hay algo que dejas atrás y algo en lo que te adentras, y todo ello requiere dosis pequeñas o grandes de confianza en uno mismo y en lo que quiere conseguir.

 
Un ejemplo de ello puede ser una conversación de ayer en la tarde en la que alguien en sus cuarenta años largos decía que no sabía nadar y que difícilmente aprendería. Si tienes un mínimo de confianza en ti mismo y un mínimo de voluntad, lo intentas. Sabes que podrás conseguirlo hoy o dentro de un año, que podrás nadar solo o con ayuda de un flotador, de unos manguitos o de una burbuja. Inicias un proceso, un proceso que te llevará a un primer paso, meterte en el agua. Esto ya es un éxito ya que de no meterte en el agua sería un fracaso porque no confiarías ni en ti mismo, ni en lo que saber nadar reportaría a tu vida, ni en las minimas remotas posiblidades: cerrazón y falta de confianza total.

El segundo paso sería centrarse en algo tan bonito, tan agradable y tan relajante como es el nadar o el flotar en el agua. “Dejas” por un lado el miedo y la ansiedad que dan lugar a un sentimiento de peligro, para hacerte amigo que una sensación de relax, bienestar y, ¿por qué no?, amistad de con el agua, para jugar con ella, chapotear con ella, descansar en ella y comenzar a flotar en ella.
La confianza se da cuando comienzas a conocerte a ti mismo, cuando comienzas a aceptarte, cuando comienzas a conocer a lo que te enfrentas, cuando comienzas a tocar lo que temes, cuando comienzas a controlar la situación y cuando finalmente la dominas. Serían los niveles que Bateson diría para alcanzar la competencia inconsciente que genera una confianza absoluta en nosotros mismos:



Incompetencia Inconsciente: No sabemos que no sabemos nadar.

Incompetencia consciente: Sabemos que no sabemos nadar.

Competencia consciente: Sabemos que estamos aprendiendo a nadar y que damos pasos.

Competencia inconsciente: Ni nos damos cuenta de cómo nadamos. Lo hacemos de forma inconsciente.



El éxito no sólo refuerza nuestra confianza en nosotros mismos, sino que es fruto de esa confianza en nosotros mismos.

3/5/10

Información es poder



Me encontré con Lucy. Hacía tiempo que no la veía y la verdad es que después de tanto tiempo siento que la vidas de las personas son enriquecedoras. Le pregunté que tal le iba y me contestó que estaba muy contenta sobre todo desde que aceptó un gran reto en us trabajo. Le pregunté, soy curioso por naturaleza, sobre el gran reto en el que se había metido y me comentó:

Tu sabes, Fernando, el miedo que yo tenía a viajar sola, a enfrentarme al ingles, y a asumir grandes retos en mi vida.

Recuerdo que era una muchacha bastante temerosa,, tímida e insegura. Sus palabra me tenían en la duda sobre el tipo de reto que podía haber asumido. No tardé en preguntarle: Pues dime, ¿de que reto se ha tratado?

Un día, comentó ella, me llamaron al depacho del jefe y me propusieron el formar parte de un equipo a nivel internacional. La misión sería viajar, hacer exposiciones de los proyectos en inglés en los diferentes equipos internacionales y lo de viajar....., sería sola.

Ummmm, le dije. Suena interesante. Y por lo que veo aceptastes la propuesta.

Pues sí, dijo ella. A medida de que me iban comentando el proyecto me entraba el miedo y la inseguridad. Pero en medio del miedo había algo más: No puedo dejar pasar esta oportunidad. No se como lo haré, no se como me enfrentaré al Inglés, a los viajes sola y sobre tgodo tener que hacer exposiciones ante directores generales de otros paises. Pero era incapaz de decir que no. Por una parte estaba el decir que no a una empresa que confiaba en mi, el decir que no a un proyecto y pensé que podría repercutir negativamente en mí. Pero por otra parte era una oportunidad. Simplemente dije que sí y ya vería como saldría todo.

¿Y qué pasó luego?, le pregunté.

Bueno, pues en cuanto a las presentaciones no hubo problema. Me preparé concienzudamente. Hable con compañeros que me echaron una mano. Mi novio tambiém. La primera presentación fue en mi misma oficina y ante mi director general. Me temblaban las piernas. Lo hice. Les gustó. Me felicitaron y eso hizo crecer mi la autoconfianza, mi seguridad y mi visión de que podía hacerlo. El primer y exitoso ensayo me dio alas.

¿Y lo de los viajes?, le pregunté. Tu jamás has viajado sola y además, según recuerdo, te daba pánico hacerlo.

Pues fijate que sí, pero me preparé. Econtré una manera de hacerlo que me ayudó de verdad. Comencé a informarme de mi primer viaje, del hotel en el que iba a estar, de la situación dentro de la ciudad, de las comidas, de los cuidados, de lo que podía conocer, de lo que podía comprar y de lo que podía visitar. Conocer a donde iba me ayudo a visualizarlo, valorarlo y ver mis posibilidades dentro de ese contexto. Recuerdo que fui sola y que pedí un dia más para quedarme y conocer el lugar. Me dijeron que si. Fue increible. Fue tan positivo que para cada viaje hago lo mismo. Es enriquecedor. Me di cuenta de algo importante: Conocer es poder. Cuando conoces a las personas, cuando conoces las situaciones tienes un poder increible. Te enriqueces de ellas, sabes lo que pueden aportar a tus vidas y como puedes incluso controlar las situaciones. La información es poder, me dije.

A partir de ahí lo he aplicado al trabajo, a las personas, a las situaciones y me va genial. Ahora tengo otros proyectos a nivel personal en los que quiero mejorar y utilizo esta misma técnica, me comentó.

Y ahí la dejé, con su sonrisa de lado a lado y sus ojos llenos de vida, de entusiasmo y de energía. Nos dimos un beso, pero yo me fui rumiando la idea fundamental: la información es poder, cuantos más conoces más te enriqueces y cuanto más conoces más puedes controlar y controlarte.

30/4/10

Saber escuchar: Los frenos



Cada vez que escuchamos nos enfrentamos a una serie de fuerzas internas y externas que frenan, impiden, bloquean o no ayudan a meternos de lleno en ese importante proceso de escucha. Creo que existen tres tipos de frenos.

1. Frenos de tipo fisico. Por lo general son los más fáciles de localizar y nos impiden que fisicamente no estemos al 100% de lo que podemos en nuestro proceso de escucha. Todo tiene que ver con nuestra realidad física o con la que nos rodea. ¿quien de nosostros, por ejemplo, no ha experimentado cansancio, incomodidad, hambre, sueño, etc. cuando estabamos hablando con otra persona? Pero al mismo tiempo hay otros aspectos de tipo físico que pueden distraernos y que no tienen que ver con nuestra actitud corporal sino con el medio en el que nos encontramos y que nos impiden una concentración real: ruidos, obras, televisiones, niños y un sin fin de cosas que pululan a nuestro alrededor y que pueden distraernos o no pemitirnos centrarnos en capatar los mensajes tanto físicos como emocionales de la persona que está frente a nosotros. Ser conscientes de ello y procurar alejar o minimizar esos ruídos no sólo nos ayudarán a centarnos mejor sino que permitirán a nuestro interlocutor saber que estamos interesados en lo que se nos está comunicando.

2. Nuestros propias emociones y sentimientos. La persona que nos habla está compartiendo ideas, creencias, valores, sentimientos que en un momento dado pueden caminar alienadas con las nuestras o puede que vayan radicalmente en contra de lo que somos o sentimos. Aquí corremos el riesgo de identificarnos o no con lo que se dice o comparte, podemos caer en la tentación de tomar cierta postura en contra o a favor, de simpatizar o sentir rechazo. Nuestros sentimientos pueden involucrarse de tal manera que nos impedirán ver con objetividad lo que tenemos en frente nuestra. Imparcialidad, interés y profundización por lo que se está diciendo y compartiendo es lo que tiene que marcar la escucha. Lo que yo crea, sienta o viva es importante, pero no puede servir como freno u obstáculo para poder captar, desarrollar y profundizar en lo que la otra persona está diciendo. Ahí es donde viene el enriquecimiento: alejarme por un momento de lo que yo soy para adentrarme y ayudar a adentrar al otro en su propio mundo.

3. Nuestras propia creencias prejuicios, ocupaciones de la mente, valores y crencias. La escucha no es un espacio para luchar o para contraponer ideas, valores y creencias. Lo importante es aprender del otro. ¿Cuántas veces tenemos las respuestas preparadas antes de que el otro acabe de hablar, simplemente para defender nuestras posiciones, y no acabamos ni tan siquiera de comprender y profundizar en las del otro? ¿Cuántas veces la única posición que parece valer la pena subrayar y valorar es la nuestra? ¿Cúántas veces descalificamos de antemano las ideas posiciones o situaciones de los demás sin tener en cuenta de donde parten, lo que significan y lo que buscan?

El arte de escuchar es una atrea en la que el otro alcanza una importancia tal en la que el que escucha parece quedar relegado a un segundo plano. Pero es que es solo respetando y valorando a los demás como podemos no solo enriquecer nuestras vidas sino también hacer que nuestra riqueza pueda ser, en un momento determinado, tenida en cuenta.

29/4/10

El camino de la escucha



Si bien sabemos que escuchar es importante y que todos necesitamos sentirnos escuchados cabe preguntarnos ahora cual es el camino o el proceso de la escucha. En la escuela nos han enseñado casi de todo un poco pero, ¿nos han enseñado a escuchar?

Estoy frente a una persona que me está hablando y lo primero que tal vez tendría que tener en cuenta es: ¿en que me va a enriquecer el poder escucharla? ¿Por qué me pide que la escuche? Muchas veces tenemos la intención de querer ayudar, en querer aportar algo a la vida de los demás. Es una actitud en la que nos sentimos útiles y en la que nos vemos a nosotros mismos "haciendo el bien" porque aconsejamos, mostramos pautas, iluminamos la experiencia del otro, etc. Esta actitud nos lleva a tener la cabeza ocupada con posibles soluciones a lo que se nos está pidiendo y ello puede apartarnos del silencio que posiblemente se nos esté pidiendo para simplemente escuchar, que puede ser el objetivo único que se pretende por parte de la persona que viene a nosotros. Es por eso que la pregunta sobre lo que esperamos a la hora de escuchar es importante. Si lo primero que esperamos es ayudar al otro posiblemente nos estemos adelantando a algo que no se nos pide. En cambio si cuando escuchamos lo que pretendemos es enriquecernos del otro, de sus sentimientos, de sus valores, de sus impulsos y de su vida, ahí posiblemente sí ya estamos escuchando pues estamos atentos, prestamos atención a lo que se nos dice, a lo que alguien quiere expresar sin mezclarlo con nuestras propias pretensiones.

Escuchamos palabras, sonidos, sentimientos, experiencias pero también escuchamos la forma en como se expresan a través de las actitudes corporales, de las miradas, de los gestos y de los sentimientos que podemos ver con nuestros propios ojos. Es ahí donde la palabra y el cuerpo, lo sentido y lo vivenciado entran en una comunión profunda y entramos de pleno en la vivencia de la otra persona. Es ahí cuando nos ponemos en los zapatos del otro, es ahí donde la comunión, el silencio, la mirada, la mano, el gesto e incluso la pregunta sencilla intenta mostrar al otro que estamos ahí, que le entendemos, que comprendemos lo que hay dentro de su mente y de su corazón.

Es a partir de las escucha donde identificamos lo que la otra persona quiere de nosotros: ¿tan sólo que la escuchemos? ¿que posiblemente la entendamos? ¿qué le demos una mano? ¿que le aceptemos tal cual es, sin valorarla, aconsejarla, guiarla o hablarle de nuestra experiencia?

El silencio que escucha, percibe y conoce tan solo deberíamos romperlo para confirmar si lo que estamos escuchando es lo que realmente entendemos y para clarificar lo que no tengamos claro. Después de escuchar nos sentiremos enriquecidos y en la medida que plasmemos ese enriquecimiento retroalimentaremos al que nos está hablando.

Te invito a ver esta presentación sobre la escucha que es muy esclarecedora.



28/4/10




Una de las dificultades que más podemos encontrarnos a la hora de discernir la realidad en la que nos encontramos es la de saber ver y la de saber escuchar. Dentro de los ruidos mentales o psicológicos que pueden interferir en nuestra intención de controlar las situaciones es la de engañarnos a nosotros mismos queriendo ver y queriendo escuchar en el otro lo que deseamos. Inconscientemente podemos obligar al otro a darnos la respuesta que queremos o, sin que el otro nos de la respuesta que queramos, podemos entender que nos la ha dado del modo en que nosotros pretendemos.



El tener una idea o un objetivo en la mente y el tener una obsesión al respecto nos obliga a pensar y a ver la realidad muchas veces en esos términos, con toda la subjetividad del mundo, de forma totalmente parcial y sin posibilidades de poder apreciar otros aspectos de la verdad, de la realidad o del mundo de otra la persona o de la situación con la que nos confrontamos.



Silencio y una actitud de apertura y recepción a lo nuevo y a lo distinto puedes ser las llaves para abrirse a nuevos mundos, nuevas ideas, nuevas actitudes que puedan iluminar nuestras propias vidas, darles un poco más de luz, más sabor y más amplias perspectivas. El silencio, más allá de empobrecer una escucha o una relación, es una actitud de respeto, de apertura, de apreciación y de enriquecimiento ante otras personas, realidades, culturas, objetivos o estilos de vida. Es una manera de abrirse a otros y al mismo tiempo de contrastar nuestras experiencias, ideas, creencias, valores y posturas de tal manera que salgan mucho más fortalecidas.



A modo de ejemplo una bonita historia de Tony de Mello en su Libro la Oración la Rana 2:



Una joven y activa mujer manifestaba unos inequívocos síntomas de «stress» y de excesiva tensión.

El médico le recetó unos tranquilizantes y le dijo que volviera al cabo de dos semanas.

Cuando volvió, el médico le preguntó si había experimentado algún cambio. y ella respondió: «No,

ninguno. Pero sí he observado que los demás parecen bastante más relajados.»

27/4/10



¿Cuántas veces nos vemos en una encrucijada en la que tenemos que decidir un camino u otro? ¿Cüántas veces se nos nubla la vista cuando entre uno y otro se juntan sentimientos, valores, situaciones personales o familiares que condicionan una decisión correcta?

Tres aspectos importantes son los que tendrían que estar claros dentro de nosotros mismos: El racional, el emocional y, por así decirlo, el espíritual.

El aspecto racional tal vez sea el  primero a tener en cuenta, ya que no sólo de emociones vive el hombre, ni tampoco de su propia conciencia. Analizar con realismo los pros y los contras de los diferentes caminos a seguir es importante. Y lo es más cuando lo anotamos en un papel, cuando somos capaces de reunirlos en una hoja y poder verlos ahí, de forma visual, tangible, concreta. Escribir, ya es un paso, leerlo ya es otro. Son dos pasos iniciales importantes que desde la psicología nos dicen que tienen mucho efecto a la hora de ver claro.

No es lo mismo que tenga las cosas claras en la mente que verlas escritas en una hoja de papel. Sobre el papel las cosas pueden parecer mucho más claras. Así pues...., puedo tener dos o tres o cuatro caminos que tomar. ¿Qué tal si ante cada camino ponemos dos columnas con los pros y los contras? ¿Qué tal si una vez escrito valoramos con tranquilidad todos sus aspectos positivos y negativos con una nota? ¿Qué pesa más? ¿Por qué pesa más? ¿Que voy a ganar y que voy a perder?

El aspecto psicológico es también importante, ya que es donde tengo que analizarme en cómo me voy a sentir tomando yo una u otra decisión. Es el análisis de lo que suponen esos retos para mí, para mi entorno y para la gente más importante en mi vida. Cada decisión tiene un beneficio y un coste emocional. Si soy capaz de analizar los costes y los beneficios, y si soy capaz de visualizarme a mi mismo y a los míos en cómo nos sentiremos, ¿seré capaz de asumir el reto de una u otra decisión? ¿Cómo vivo esa decisión en mi mismo, en mi cuerpo, en mis sentimientos a la hora de visualizarla de forma real y sin querer engañarme?

El aspecto espiritual tiene ciertta trascendencia. Es el aspecto de la conciencia que tarde o temprano suele aflorar dentro de cada uno de nosotros. Emprender un camino que no se alinee con nuestros valores y nuestras creencias, o que no busque la propia felicidad o la del entorno es elegir un camino que suele pasar factura. Podemos navegar contra corriente por espacio de un tiempo pero, ¿durante toda la vida? ¿podemos obligar a los demás a andar por caminos que van en contra de sus sentimientos, creencias o valores.

Alguien señalaba en alguna ocasión que una buena toma de decisiones podría tomarse si tomaramos conciencia de que estamos ante el ultimo suspiro de nuestra vida, en el lecho de muerte. Si lo estuvieramos en realidad, ¿qué decidiriamos? ¿Por qué? Quizás en uno de estos momentos es cuando vemos con más nitidez lo que queremos o lo que habríamos querido para nuestra vida. Tal vez en el momento de nuestra partida queramos viajar ligeros de equipaje, con las mejores decisiones y sin querer haber fallado.

Todo en la vida es equilibrio,

26/4/10

Saber escuchar:



Decir que el silencio tiene que estar en el fondo de una conversación puede ser una contradicción, pero la realidad es que cuando falta el silencio pueden saltar ciertas actitudes que pueden echar por tierra la buena actitud que tenemos en la vida. Si hace unos dias comentaba que es fácil ponernos a pensar, interpretar o juzgar lo que la otra persona dice hoy me gustaría comentar otra aspecto no menos importante que podemos tener y con ello perjudicar el proceso de escucha y de ayuda: la actitud paternalista de dar consejos.

No es la primera vez en la que tenemos una actitud de ver las cosas desde nuestro punto y de aconsejar a la otra persona lo que tiene que hacer en su vida. Nosotros estamos en una situación y nuestro interlocutor está en otra. Mi vida se rige por una serie de valores y la de la persona que está enfrente se rige posiblemente por otros,  los mismos o por otros más. Lo más fácil es decir lo que hariamos nosotros en esa situación, pero sin jugarnos el tipo, ya que quien se lo juega es la persona que vive en ese momento la lucha de tener que decidir lo que tiene que hacer en su vida.

Silencio y hacer preguntas, como diría Socrates o Einstein, para que la persona deje salir para fuera todo lo que lleva dentro y al mismo tiempo para ayudarle a profundizar en lo que vive, en lo que siente y en las decisiones que debe de tomar. Silencio, Escucha, Entender, Confirmar lo que se entiende, Permitirque se profundize en lo que se dice, en lo que se vive y en lo que se cree es una actitud, por una parte de respeto, y por otra de interés por la persona y su mundo.

Dejar nuestro mundo para entrar en el del otro. Olvidar mis vivencias para centrarme en las del otro. Relegar mis creencias y mis valores para observar las que están frente a mi. Pero sobre todo querer entender ese mundo, valorarlo, profundizar en él con el ánimo de que la persona se sienta escuchada y al mismo tiempo de que sea ella misma la que a través de nuestras preguntas se sienta acompañada y ayudada en la clarificación de sus sentimientos, de sus vivencias y de las opciones que tiene frente a sí.

Escuchar, callar, entender, preguntar, clarificar.... ¡Cuántas cosas para saber escuchar!

23/4/10

Aprender desaprendiendo



Comenzaba una canción de Roberto Carlos comentándonos sobre "cuánto tiempo perdido, cuánto tiempo oilvidado, es mejor ni pensar. Yo creí que sabía de todo, que entendía de todo, pero era un error. Pero ahora se: quien sabe menos las cosas sabe mucho más que yo....."

La verdad es que parece frustrante que a lo largo de la vida tengas que revisar cantidad de detalles en tu vida, en tus verdades, en tus creencias, en tus valores..., para seguir caminando en busca del éxito, de la felicidad, de la realización de tus sueños.

Es frustrante y al mismo tiempo una necesidad, un reto y un aliciente.

Una necesidad, porque el mundo gira y no para, la vida nace y constantemente caminas hacia un destino donde concluyes toda la tarea que tienes o quieres realizar. Todo es movimiento, nada se para, todo fluye y nada se estanca. Y nosotros somos parte de un proceso natural en el que tenemos que movernos, adpatarnos, evolucionar, florecer y morir. El cambio es la constante de un proceso de la naturaleza.

Un reto, porque vivimos generalmente buscando un mundo de seguridades en las que podamos sentirnos cómodos, a gusto, sin tener que estrujarnos los sesos para saber que hacer en cada momento. El miedo nos invade ante la inseguridad laboral, afectiva, personal, empresarial o familiar. El miedo nos impide muchas veces caminar, movernos, evolucionar. Evitamos en la medida de lo posible las situaciones stresantes.

Un aliciente, porque no hay nada como ver crecer y evolucionar a un niño, a un adolescente, a una persona y; ¿por qué no?, a uno mismo. Miramos hacia atrás y podemos ver y observar cantidad de situaciones de pasos que hemos dado, las innumerables situaciones que hemos y que nos han enriquecido, lo que somos y lo que eramos. Nos sentimos orgullosos de ello y sabemos que la vida, a pesar de lo que cuesta conseguirlo, nos espera con cosas nuevas que de alguna manera nos enriquecerán.

En la teoría de la evolución de las especies sabemos que las especies, y nosotros somos una de ellas, o se adaptan o se mueren. Adpatarse es integrarse, es aprender algo nuevo, es evolucionar y permitir que la vida nos vaya agregando nuevas cosas. Y la adaptación requiere que vayamos dejando atrás algunas ideas, conceptos, valores, creencias, hábitos, costumbres que ayer tenían un inmenso valor y que hoy pueden ya no tenerlo y que pueden estar haciendonos un flaco favor.

Alguien hablaba que todo el sistema de verdades, creencias y demás pueden tener hoy en día una fecha de caducidad. Los beneficios que todo ello nos ha aportado, el valor sentimentgal que puede tener para cada uno de nosotros, el apego que podamos tener o la dependencia afectiva que pueda haber con personas que forman parte de ese legado moral. ideológico, religioso o material hacen que a veces nos apegemos como lapas a situaciones y creencias que hoy por hoy no nos permiten crecer como personas indpendientes, autónomas, maduras y responsables.

Hay que aprender, y al mismo tiempo desaprender lo aprendido. Hay que evolucionar, y al mismo tiempo, dejar atrás lo que hasta hoy nos ha permitido evolucionar. Qué importante es ser lo suficientemente libre como para despegarse de lo que nos tiene amarrados de pies y de manos impidiéndonos ser nosotros mismos, caminar, adaptarnos, evolucionar y realizarnos como personas que amamos plenamente la vida, que nos amamos a nosotros mismos, y que por ello somos capaces de amar a los demás.

Aprender, si, desaprendiendo, para seguir aprendiendo, libres, libres como el viento que surca de un lado a otro cualquier rincón de la vida. Aprender, una bonita tarea, de tomar y solatar, de hacer algo de uno mismo y al mismo tiempo de dejar libre sin depender de ello para seguir dando el paso que hay que dar.

¿Una prueba de como aprendemos y desaprendemos?

Antes pensaba......................
Ahora pienso.......................
Lo que me ha hecho pensar esto ahora es................


Antes creía.........................
Ahora creo........................
Lo que me ha hecho creer de forma diferentes es............


Antes sentía......................
Ahora siento....................
Lo que me ha hecho sentir diferente es..........................

22/4/10

La Escucha


"Nos han sido dadas dos orejas,
pero en cambio una sóla boca,
para que podamos ir más y hablar menos."

Zenón de Elea


La Escucha es uno de los grandes caballos de batalla en nuestras relaciones pesonales y profesionales. Es natural que en el proceso de escucha nos perdamos muchas veces por culpa de la cantidad de ruídos internos y externos que podemos tener, así como de actitudes en las que muchas veces antes de que el otro acabe de hablar nosotros ya tenemos una respuesta en la boca o nos hemos forjado una interpretación de lo que la otra persona nos quiere decir. El resultado es que la comunicación no se produce tal y como uno quiere.

Lo primero a tener claro es que no es lo mismo "oir" que "escuchar". Oir es un prceso fisiologico del cual podemos ser conscientes o no. Oir podemos hacerlo mientras estamos pensando en otras cosas. Estudiamos, trabajamos, hablamos con otras personas y a nuestro alrecedor hay sonidos que entran en nuestro cuerpo y que podemos procesar o no.

Escuchar ante todo es prestar atención e ineterés por lo que alguien está comunicando y, entre otras cosas, el silencio es una parte muy importante en la escucha. El silencio físico y mental es importante.

El silencio físico es el que tenemos cuando dejamos hablar a la otra persona, cuando no interrumpimos a no ser para que se nos confirme por parte del interlocutor si lo que estamos percibiendo es lo que él quiere decir o no.

El silencio mental es el que se guarda para centrarse simple y llanamente en lo que se está compartiendo. No lo mezclo con mis ideas, mis experiencias, con mis prejuicios o con mis valores. El silencio mental es el que no critica, no cuestiona, no juzga o incluso no valora si lo que se está diciendo es verdadero o falso, racional o irracional, congruente o no. Escuchar es prestar atención e interés en conocer, valorar y comprender lo que se está diciendo, se esté de acuerdo o no.

El silencio mental nos permite ponernos en el lugar del otro y llegar a sentir y a comprender lo que la otra persona está compartiendo. De esta manera se nos abre un mundo nuevo con la posibilidad de aprender y de enriquecernos ante lo que se nos está diciendo. La escucha, precisamente, es eso lo que aporta, nuevas visiones, perspectivas, ideas o valores que podemos integrar en nuestras vidas o dejarlos a un lado si no las compartimos, pero son cosas que realmente enriquecen nuestras vidas.


21/4/10

Venciendo los miedos


Recuerdo que era la primera vez en que cogí el avión para salir de forma definitiva de mi tierra. Vuelvo a tener en cuenta aquellos pies que subían las escalerillas del avión que me llevaría a una tierra nueva, diferente y desconocida donde, en principio, pasaría mis siguientes cuatro años antes de volver a ver a mi tierra y a los mios.

Había dos miradas: una hacia lo que dejaba atrás y otra a lo que posiblemente podía encontrarme en mi nuevo destino. La primera producía inseguridad, miedo, ansiedad, incertidumbre. Dejaba lo conocido y lo cómodo, por lo que podía ser dieferente, inseguro e incierto.

La decidión de hacia donde mirar era mia, la de alimentar una visión u otra era mía, lade sentir nostalgia o ilusión era mia. Yo era el responsable de alimentar los sueños en una u otra dirección.

Seguí subiendo y decidi, con paso firme, visualizar de forma enriquecedora la nueva etapa de mi vida que empezaba a tomar forma. Opté por lo que realmente quería, por lo que deseaba, por lo que me hacía ilusión. Y mi vista, mi mente fijaron el objetivo delante de mi. No era cuestión de mirar hacia atrás, sino de alimentar y darle forma a lo que había frente a mí.

Me sentí bien, seguro, tranquilo. La batalla interior parecía ceder, dar paso a una etapa de construcción, de ideales, de proyectos. Lo positivo comenzaba a formar parte no solo de mi mente sino también de mi cuerpo, un cuerpo más relajado, seguro, fuerte, confiado y decidido.  Cuerpo y espíritu habían parecido llegar a un acuerdo.


El pasado ya no era un obstáculo, el presente daba pasos firmes y se convertía en futuro en acción. Vivía el momento con la mirada puesta en el futuro, pero con el peso del presente saboreando el paso que daba. Comenzaba a ser el cocinero de un nuevo plato que intentaba darle más sabor a mi vida y a la de los demás.

El plato se fue fraguando poco a poco. Mi experiencia de cuatro años, inolvidable, enriquecedora, excepcional. Simplemente es cuestión de dejar que en la mente los sabores positivos y los ingredientes nuevos le den forma y sabor a las nuevas experiencias de la vida.

Menstalidad positiva, apertura a lo nuevo, forjar nuevos proyectos, ser dueños del propio caminar. Una nueva andadura.

20/4/10

Armonía


Es curioso como muchas veces cuando hablamos de perdonar nuestra mente se fija siempre en la persona que supuestamente nos ha ofendido. "No puedo perdonar", oímos de forma constante y con cierto dolor.

¿A quíen debemos perdonar? ¿Al otro? ¿A nosotros mismos? Fíjate por donde que muchas veces nosotros mismos somos objeto y sujetos de la situación que nos causa dolor y por la cual no somos capaces de perdonar.

Somos sujeto porque de una u otra manera nos dejamos herir. Somos vulnerables, sensibles y en cuanto el dolor toca a nuestra puerta nos encerramos como el caracol o como la tortuga, acechados por el miedo y por esa sensibilidad que ha tocado ciertas fibras dentro de nosotros.

El primer paso tal vez sea reconciliarnos con nosotros mismos, o lo que es lo mismo, volver a ser libres para salir de ese caparazón que no nos permite ver la luz, que nos impide respirar con naturalidad o simplemente caminar como sabemos hacerlo.

Las primeras victimas del no perdonar somos nosotros mismos porque con el rencor, resentimiento o dolor perdemos esa libertad de ser nosotros mismos.

La persona que nos ha ofendido, consciente o inconscientemente, deliberadamente o no, prosige su camino, con dolor o sin el. Pero yo..., yo sigo sintiéndome aguijoneado en cada momento por lo que ha suceido, sigo siendo un preso de lo que ha pasado.

¿Qué sucede cuando me perdono por haberme sentido tan vulnerable? Me reconcilio conmigo mismo, prosigo mi camino por la vida, vuelvo a ser yo.

Te propongo algo tan absurdo como tomar una pila de libros y mantenerlos en tus manos estando de pie y sin descanasar surante tres o cuatro horas. ¿Serías capaz de hacerlo? Tal vez si, pero lo más probable que no, simplemente porque es absurdo, tan absurdo como mantener el mismo peso o más en nuestra mente por espacio de dias, semanas, meses o años.

Saber aceptar las cirunstancias, saber vivir con ellas y saber desprenderse de ellas es lo que el perdón lleva trás de si.

Tendremos que ir soltando muchas amarras que nos atan y que nos impiden ser libres.

Una bonita presentación sobre el perdón, reconciliación o libertad de seguir siendo uno mismo a pesar de las situaciones.

19/4/10

¿Expectativas?


Leía el otro día que a mayor número de expectativas, mayores posibilidades de frustración y mayores procesos de ansiedad.

Pero como la vida es riqueza, también leía en otra ocasión que cuanto más lejos apuntes, más te alejas de la situación en la que se pueda estar a sabiendas de que no vas a alcanzar el objetivo tan alto como te lo has propuesto.

Hay otra realidad y es la de que los seres humanos tenemos la capacidad de pensar y por ello la capacidad de soñar. ¿En donde estaríamos en estos momentos su nuestros sueños no nos hubieran hecho crear expectativas?

La vida está hecha de equilibrio, un equilibrio que muchas veces no acabamos ni de entender ni de aceptar. El sueño y la expectativa es parte de la vida, el equilibrio lo pone la libertad que nos permite vivir con expectativas, pero sin estar y vivir apegado a ellas; la libertad de ser uno mismo sin tener que alcanzar obligatoria y obsesionadamente esos sueños; la libertad de ir caminando hacia algo pero prestando más atención al camino y al proceso que al sueño en si.

¿Equilibrio? Yo creo que si.

16/4/10

Saber ser en todo momento



Es fácil sucumbir ante las situaciones, es lo que me decía una amiga en el día de ayer. La vida nos ahoga, comentaba. Las relaciones de pareja, la situación de los hijos, el verme sola totalmente y tener que salir adelante yo y hacer salir adelante a mis hijos. La presión que he recibido durante estos ultimos años ha sido mucha, y en esa presión la tentación de arrojar la toalla, de renunciar a mis ideas y valores ha estado golpeando mi cabeza en todo momento. Mi única esperanza era Dios, el único que podía ayudarme, el único que no me daba la espalda y el único que en medio de la oscuridad me dejaba entrever la posibilidad de la luz en algún momento del tunel. Y aquí estoy, viva, saliendo adelante y permitiendo que la vida deje a mis hijos salir adelante, sin dar incluso la espalda a quien en un momento me la ha dado.

Coherencia, fe y confianza en lo que se cree y en lo que se quiere alcanzar en la vida es lo que diría yo que tiene esta amiga mía. ¿Qué espero yo de la vida? Tal vez no es la respuesta correcta. ¿Qué quiero y espero yo de mí? ¿Que quiero aportar yo a la vida? Son preguntas que se me antojan mucho más importantes, profundas, positivas, racionales y con perspectiva de futuro y de crecimiento personal.

No podemos dejar de ser nosotros mismos. Las personas, las circunstancias pueden avasallarnos y pueden hasta llegar a moldearnos. Tal vez podamos confundir la madurez con la resignación, y creo que nos equivocariamos. La madurez es la capacidad de asumir de forma resposable la circunstancia que nos toca vivir, no viviendola de forma pasiva sino más bien viviendola a tope con una de las grandes oportunidades de nuestra vida de poder aportar algo nuevo a nuestras vidas.

Yo soy yo y mis circunstancias, decía Ortega y Gaset. Yo soy yo, además y a pesar de mis circunstancias, diría yo sin infravalorar a Ortega. El saber ser además y a pesar de las circunstancias me da una mayor confianza y credibilidad a mismo, me permite conocerme, controlarme y controlar en la medida de lo posible las circunstancias.

¿En qué circunstancias he perdido o he estado a punto de dejar a un lado mis valores y mis creencias más profundas?

¿Dónde pierdo fácilmente el control de mi mismo y de mis objetivos?

¿Dónde he salido victorioso y sabiendo controlar sentimientos, creencias y valores?

15/4/10

Vivivr en la sombra


¿Donde se encuentra la clave del éxito? ¿tener éxito social? ¿saber vivir en la sombra?


Hace tiempo me comentaba una amiga mía sobre una conocida que no soportaba vivir a la sombra de alguien. ¿que sucedía, en consecuencia, en la vida de esta persona? Insatisfaccion, frustraccion, protagonismo, voluntad de dominio, infelicidad y otras cosas más.



¿Tenemos que ocupar un primer plano, salir en la foto o ser el centro de las miradas para alcanzar el éxito? ¿Es posible sentirse plenamente realizados en en segundo, tercer o cuarto plano? ¿Qué pasaría si nadie me reconoce o me valora?


Cuando mi valoración o autoéstima depende de los demás...., malo, preocupante. ¿Te has zambullído alguna vez en alguna actividad, tarea o situación en la que te has olvidado de lo que sucedía a tu alrededor, no has llegado al objetivo propuesto y disfrutaste como nadie de lo que hacías? Nos enfrascamos en algo que realmente nos gusta y nos sentimos realizados, perdemos la noción del tiempo y somos las personas más felices del mundo. Fíjate en un niño, en la cantidad de veces que juega sólo con unas piedras, con un poco de tierra y se siente plenamente feliz.


Es cierto que somos animales sociales por naturaleza, los somos. La soledad no buscada puede pasarnos factura y se puede convertir en un gran problema y en algo realmente duro de vivir, pero la peor soledad es la que me forjo yo mismo cuando quiero ser centro del universo y cuando, en realidad, no lo soy, sino que soy una ínfima y pequeña parte de él.

Ser uno mismo, disfrutar de lo que uno es, peinsa y siente es la base para saber estar en la vida y ante los demás. Creo que era Phil Bosman el que decía que "si amas nunca estarás sólo, pues tendrás a los demás en tu corazón". El problema es cuando sin amar queremos estar en el corazón de los demás: el reverso, ¿no?

14/4/10

Generalizar: El freno de "antemano"


"Las mujeres o los hombres son todos iguales", "nadie lo ha conseguido", "soy más torpe que nadie" y otras frases que se generalizan y acomodan en la mente nos influyen de tal manera que antes de dar un paso ya se nos quitan las ganas de darlo.

Cuando generalizamos las cosas, ya les estamos poniendo una etiqueta y, con ello, ya estamos prejuzgando situaciones o personas sin mucho conocimiento y fundamento de causa. Ello nos lleva a tomar una serie de decisiones que, probablemrnte, no se adecuen a la realidad y por ello podamos perder muchas de las oportunidades que nos da la vida.

Imagínate por un momento a los grandes inventores de la luz, del teléfono, de los aviones, de la telefonía movil, de internet, de medicamentos que son vitales para la vida humana....., imáginatelos ante la odiesea que tenían en la mente, ante los obstáculos que se topaban, ante los retos que tenían que asumir y ante todos y cada uno de los fracasos que tuvieron que asumir y pasar antes de llegar a la consecución de sus objetivos.

¿Te imaginas a todas estas personas pensando que no lo conseguirían porque "nadie hasta el momento" lo había conseguido, o porque procedían de ambientes que no les favorecía el poder culminar sus sueños.

En la vida podemos ver a gente que desde una posición de botones en un hotel ha llegado a  ser un auténtico magnate en la economía mundial. Hay personas que sin la movilidad que puede tener una ser normal y corriente llega a jugar al basket mejor que otra persona que no tiene que andar en silla de ruedas. Hace unos días tuve la oportunidad de ver a un ciego australiano pilotando un coche, en circuito cerrado y con otro piloto profesional en otro coche detrás guiándole, a una velocidad de 270Kms/hora. Y ahora el reto es de llegar a 300Kms/hora.

¿Quien dice que un ciego, que un bajo, que un sordo, que un torpe, que un feo, que un hombre, que una mujer, que un o una.........., no pueden?

Tal vez sea más torpe o más feo que.... otro u otra persona, tal vez tenga este problema o aquel, pero no puedo generalizar  y decir que por ello no se puede dar el paso, se feliz, alcanzar un sueño o transformar la realidad.

Admiro y son ejemplos para mi todas las personas que sueñan, que se sienten diferentes y que creen en las posibilidades de la vida. Admiro a los que no se dejan frenar por las generalizaciones y creen en si mismos y en los demás y se ven como la excepción que confirma la regla. Creo en la vida y en las herramientas que nos da para adaptarnos, para evolucionar y sobre todo para hacernos sentir que somos personas singulares con grandes capacidades.

13/4/10

Irracionalidad: un enemigo a evitar.



Nuestra propia mente puede ser nuestro primer enemigo a vencer cuando buscamos resultados. Las ideas irracionales pueden jugarnos una mala pasada.

Una de éstas ideas puede ser la idea del propio éxito en si.

¿Necesitamos imperiosamente tener éxito?

¿Qué entiendo por éxito en si?

¿Tiene que ser él éxito una obsesión de tal manera que nos bloquea mental o psicológicamente a la hora de buscarlo?

¿Es el éxito más importante que el proceso de buscarlo?

¿Qué pasaría si no alcanzo el éxito en la vida?

Yo destacaría dos tipos de éxito: el que consiga vivir cada momento de mi vida de la mejor manera posible y otro tipo de éxito que consiste un reconocimiento por parte de los demás.

El primero de los éxitos lo veo importante y fundamental. Vivimos, y por el mero hecho de hacerlo es necesario que lo hagamos saboreándolo lo mejor posible. Es más, en la medida en que saboreámos la vida no sólo la saboreámos, sino que permitimos que quien vive a nuestro lado recoja nuestros frutos.

El problema puede surgir cuando el éxito no depende directamente de nosotros mismos, cuando está por encima de nuestras posibilidades o cuando depende también del fracaso o del éxito de otros.

El mayor éxito no depende de los demás ni de su reconocimiento. El mayor éxito consiste en vivir y saber vivir cada momento que nos ha tocado por vivir. Lo que venga dado por añadidura, bienvenido.
Enviado desde mi dispositivo BlackBerry® de Orange.