20/4/10
Armonía
Es curioso como muchas veces cuando hablamos de perdonar nuestra mente se fija siempre en la persona que supuestamente nos ha ofendido. "No puedo perdonar", oímos de forma constante y con cierto dolor.
¿A quíen debemos perdonar? ¿Al otro? ¿A nosotros mismos? Fíjate por donde que muchas veces nosotros mismos somos objeto y sujetos de la situación que nos causa dolor y por la cual no somos capaces de perdonar.
Somos sujeto porque de una u otra manera nos dejamos herir. Somos vulnerables, sensibles y en cuanto el dolor toca a nuestra puerta nos encerramos como el caracol o como la tortuga, acechados por el miedo y por esa sensibilidad que ha tocado ciertas fibras dentro de nosotros.
El primer paso tal vez sea reconciliarnos con nosotros mismos, o lo que es lo mismo, volver a ser libres para salir de ese caparazón que no nos permite ver la luz, que nos impide respirar con naturalidad o simplemente caminar como sabemos hacerlo.
Las primeras victimas del no perdonar somos nosotros mismos porque con el rencor, resentimiento o dolor perdemos esa libertad de ser nosotros mismos.
La persona que nos ha ofendido, consciente o inconscientemente, deliberadamente o no, prosige su camino, con dolor o sin el. Pero yo..., yo sigo sintiéndome aguijoneado en cada momento por lo que ha suceido, sigo siendo un preso de lo que ha pasado.
¿Qué sucede cuando me perdono por haberme sentido tan vulnerable? Me reconcilio conmigo mismo, prosigo mi camino por la vida, vuelvo a ser yo.
Te propongo algo tan absurdo como tomar una pila de libros y mantenerlos en tus manos estando de pie y sin descanasar surante tres o cuatro horas. ¿Serías capaz de hacerlo? Tal vez si, pero lo más probable que no, simplemente porque es absurdo, tan absurdo como mantener el mismo peso o más en nuestra mente por espacio de dias, semanas, meses o años.
Saber aceptar las cirunstancias, saber vivir con ellas y saber desprenderse de ellas es lo que el perdón lleva trás de si.
Tendremos que ir soltando muchas amarras que nos atan y que nos impiden ser libres.
Una bonita presentación sobre el perdón, reconciliación o libertad de seguir siendo uno mismo a pesar de las situaciones.
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