30/4/14

Cosas claras.



Durante el día de hoy he asistido a una formación por parte de la empresa que me pareció ciertamente muy interesante:

  • La Ética aparecía como el punto un tanto central de la formación. La suerte o la desgracia de una empresa, por no decir de una carrera o de una vida, está en la ética. La falta de ésta puede hacer que los que vienen hacia nosotros dejen de venir por no ver una actitud honrada, sincera y en la que todo el mundo gana.
  • La Ética es lo que hace que el grupo funcione. Los intereses ocultos, el individualismo y querer sobresalir a costa de lo que haga falta puede llegar a desintegrar el mejor equipo del mundo. Un equipo tiene que estar bien engranado. Cuando una parte del equipo se resiente todo el cuerpo se resiente con él y la efectividad no es la misma.
Es curioso como partiendo de esta situación se clarificaban dos cosas importantes:
  • La finalidad de la empresa no es la gran rentabilidad que ofrece la franquicia en sí se venda o no se venda el producto.
  • La finalidad de la empresa es la venta de un servicio, en este caso de herramientas informáticas, que ofrecen a todo tipo de empresas una gran eficacia en torno al negocio y si posicionamiento en el mundo.
  • Pero aún así, teniendo un producto y una franquicia que generan negocio en sí, la esencia y aquello que ofrece una libertad financiera es la capacidad de tejer una red, un equipo, una estructura humana capaz de solidificar el negocio.
Hay nuevos productos que se han presentado, pero que aún no estan en el mercado y que pronto lo estarán que hace que la empresa siga ofreciendo más servicios, soluciones, lineas de negocio y posibilidades a todos aquellos que creen en esta nueva estructura "multinivel" que te da muchas más posibilidades que la estructura tradicional en la que trabajas como quien dice de sol a sol con muy pocas posibilidades de alcanzar la libertad financiera y la calidad de vida en todos los ámbitos.


29/4/14

Vivir el ahora


Yo tenía tan solo 8 años de edad cuando murió Juan XXIII. Me caía bien. Sentí su muerte aún sin saber el mensaje que llevaba. Recuerdo que en el periódico vino un poster con su imagen y que yo le pedí a mis padres que me enmarcaran a foto. Lo hicieron y la puse en la sala donde jugábamos al ping pong. Su imagen, y no se porqué, se quedó grabada en aquel entonces en mi vida y siempre fue un punto de referencia en mi vida como el "Papa Bueno". ¿Reflejaba su rostro esa paz y benevolencia? Tal vez.

El Domingo fue canonizado y fue algo que me agradó por una sencilla razón, abrió las ventanas de la Iglesia al mundo en busca de la paz, de la sencillez y del amor. Tal vez una película que vi en varias ocasiones, "Las sandalias del Pescador", reflejan esa imagen de él y de la cercanía que Dios quiere de la Iglesia con el pueblo llano y sencillo.

Yo en mi vida no le doy mucha importancia a esto de las beatificaciones o canonizaciones. Un santo y un beato son un punto de referencia en la fe. Mis padres, por ejemplo, lo han sido así como lo son muchas personas llanas y sencillas que viven el amor de una forma libre y sin condicionamientos.

Pero esta frase de hace casi 50 años está hoy en la boca de muchos: saber vivir el día a día. Y no es de él. El mismo Jesucristo nos invitaba a vivir el aquí y el ahora sabiendo que Dios, la Vida, nos pondría en cada momento lo que necesitamos para vivir.

Un santo muy actual que hace 50 años sabía del sufrimiento y del dolor de la gente, que abrió las puertas de la Iglesia porque como Moisés se sentía enviado al "saber, oír y escuchar el clamor muchas veces silencioso de la gente. Y desde ahí pedía el saber vivir cada día con su propio afán no como resignación sino como camino que llevaba a la resurrección en vida de los que se sentían o sienten muertos por el dolor que muchas veces la vida nos infringe.

Hoy desde aquí reconocer mi admiración por él y sobre todo por la libertad que tenía a la hora de hablar. Como el decía, no le gustaban los discursos hechos, quería hablar desde el corazón, desde la harina de su propio costal y porque la fe y la espiritualidad es eso: experiencia de Dios en la propia vida.


28/4/14

Abrirse a la vida

Hace tiempo leí esta historia que ha venido a mi mente esta mañana cuando leía un artículo sobre la importancia del agradecimiento en la vida. A mayor agradecimiento, mayor estado de felicidad. Pero la cruel realidad es que hacemos depender nuestra felicidad de los acontecimientos y de la interpretación que a ellos le damos:
Había una vez un campesino sabio y su hijo que tenían un caballo. Un buen día el animal se les escapó y los vecinos del pueblo les fueron a consolar por su mala suerte, pero el campesino les dijo:
- El único hecho cierto, hoy aquí, es que se ha escapado un caballo. Si eso es buena o mala suerte, el tiempo dirá.

Unos días después el caballo retornó con una yegua, y los vecinos del pueblo felicitaron al campesino y a su hijo por su buena suerte. Como la vez anterior el campesino les dijo:
- El único hecho cierto, hoy aquí, es que el caballo ha vuelto con una yegua. Si eso es buena o mala suerte, el tiempo dirá.

Al cabo de un tiempo, el hijo del campesino, intentando domar a la yegua salvaje, se cayó y se rompió una pierna. El médico dictaminó que se quedaría cojo para toda la vida. Los vecinos fueron a casa del campesino y de su hijo para consolar a este último, consternado por su mala suerte. Una vez más el campesino dijo:
- El único hecho cierto, hoy aquí, es que mi hijo se ha roto una pierna. Si eso es buena o mala suerte, el tiempo dirá.

Entonces comenzó una cruenta guerra en el país y un grupo de guerreros vinieron a reclutar de manera obligatoria a todos los jóvenes del pueblo. Cuando se disponían a alistar al hijo del campesino se fijaron en que este cojeaba de una pierna: 
- ¿Qué te pasa en la pierna? - preguntó el jefe de los guerreros. 
- Me caí de una yegua mientras intentaba domarla. Nunca más podré caminar derecho o correr- contestó el hijo del campesino. 
- Así no nos sirves. Necesitamos hombres fuertes para combatir, harás mejor en quedarte con tu padre y tu mujer - dictaminó el jefe.

El campesino dijo: 
- ¿Lo entiendes ahora, hijo mío? Los hechos no son ni buenos ni malos en sí mismos, lo que nos hace sufrir son las opiniones que tenemos de ellos. Hay que esperar a como afectan a nuestro devenir. Un día maldijiste tu pierna y ahora es ella la que te ha salvado de una muerte cierta.
Cuando nos encerramos en nuestros propios esquemas y en nuestras expectativas hacemos que nuestra felicidad dependa de ella. Cuando estamos abiertos a lo que nos sucede y a lo que podemos aprender de ello, estamos abiertos a la vida. Esta apertura a la vida trae algo consigo: el saber apreciar todo lo que ocurre, por muy banal que sea. Cuando apreciamos comenzamos a gozar de aquello que es, que está ahí y que puede aportar algo a nuestra vida y que puede ser la llave para desarrollar aspectos de nuestra vida que jamás hubiéramos hecho si las circunstancias no nos hubieran puesto esa tesitura.

Antes de incomodarnos con una situación o persona siempre es bueno preguntarse hacia donde nos lleva o podría llevarnos esa persona o esa situación. El enfado nos ofusca y cierras las posibilidades a la vida.


25/4/14

Nuestros miedos


¿Has sentido miedo alguna vez? ¡Quién no!

¿Que reacciones has tenido ante el miedo? Una veces nos paraliza, otras hace que actuemos precipitadamente y en otras ocasiones llegamos a controlar la situación. Pero lo importante es que el miedo es una emoción natural dentro de nosotros que actúa como instinto de supervivencia. El miedo está ahí para protegernos.

Lo peor radica cuando nos hacemos víctimas del miedo, cuando el miedo es el eje de nuestras decisiones y el reflejo de las decisiones que tomamos en nuestras vidas. Ahí es cuando nuestra vida se tambalea y cuando la parálisis nos impide actuar de forma libre y consciente. Son momentos en los que actuamos sin libertad y vivimos a merced de nuestras emociones.

Otras veces actuamos precipitadamente. San Ignacio de Loyola decía que no había que tomar decisiones en tiempos de tempestad. Recuerdo situaciones aparecidas en prensa como la de una persona que creyendo que había entrado un ladrón a su casa le disparó creyendo que iba a hacerle daño. Al final no era un ladrón, era un hijo que llegaba de improviso. El resultado: muerte. Es triste, pero es la realidad de la vida cuando vivimos a merced de nuestras emociones.

Recuerdo hace muchos años a un compañero que llegaba en moto a casa, al seminario. Dejó la moto en el garaje y de repente le sorprendió un ladrón con un hacha en la mano. Le miró fijamente a los ojos y le dijo: "dame el hacha".

El ladrón con un ademán amenazador levantó el hacha y le dijo: "Si te mueves te mato".

Mi compañero siguió mirándole a los ojos y le dijo: "Dame el hacha". 

El ladrón comenzó a ponerse nervioso y mi compañero siguió mirándole firme y friamente. Levantó aún más el hacha y dio un paso hacia mi compañero, que ni corto ni perezoso le tendió la mano y le dijo: "Anda, dame la mano. No te voy a hacer nada".

El ladrón entregó el hacha y se fue.

Se que no es fácil. Los miedos nos invaden y cuando le damos a ellos más fuerza que a la propia seguridad acabamos por hundirnos tal y como le pasó a Pedro cuando salió al encuentro de Jesús caminando sobre las aguas, es decir caminando en medio de las dificultades.

Miedo igual a inseguridad. Dependiendo de nuestra propia confianza enfrentaremos el miedo o no. Lo peor de todo es que estadísticamente más del 80% de los miedos que tenemos no llegan nunca a suceder. Sufrimos anticipadamente por cosas que nunca sucederán y lo curioso es que mientras el miedo actúa en nosotros nuestras capacidades y habilidades se paralizan impidiéndonos vivir feliz y libremente.

Cuestión de vencer los miedos simplemente confiando más en nosotros mismos y en la vida.


24/4/14

No funciona



Esperaba esta tarde en una sala de espera con mi hija. A un lado había una máquina expendedora de café con un cartel de no funciona. La verdad es que me apetecía un café, pero ni modo....., no podía ser. Me quedé con las ganas.

Delante mía una señora que exclama: ¡Hay que no puedo tomar mi café!

No le di ninguna importancia, pero al cabo de unos minutos mi hija y yo nos miramos perplejos. La mujer estaba intentando sacar algo del hueco de la máquina donde se deposita el vaso del café. Extrañados coincidimos en las miradas y en el significado: Pero, ¿qué hace esta mujer?

De repente coge algo con su mano, se vira hacia nosotros como adivinando nuestra extrañeza y nos dice: "El vaso, no funciona porque no sale el vaso". Puso el vaso en su sitio, metió la moneda y salió el café. Poco después me dijo: "Quieres café"

Mi respuesta fue afirmativa. Consiguió otro vaso, mi hija deposito las monedas y el café salió. Me lo bebí muy placidamente.

Conclusión: En la vida.....
  • Te resignas......, y no consigues nada.
  • Te molestas......, e incomodas a los demás, aunque primero a ti mismo.
  • Buscas soluciones....., y disfrutas de la vida.
Lo que si está claro es:
  • Quien se informa de porqué no funciona algo, más posibilidades tiene de que pueda llegar a funcionar.
  • La creatividad no tiene límites.
  • La curiosidad siempre te abre puertas.
  • No hay que quedarse de brazos cruzados en la vida.
  • Siempre hay una llave que abre la puerta.

23/4/14

Lo diferente


Me gusta esta frase de García Márquez. ¡Cuántas veces hemos oído a padres, hijos, esposos o amigos decir que el la otra persona no lo ama o quiere? Muchas, infinidad de veces y ocasiones. La realidad puede  parecer así y a lo mejor es totalmente diferente. Y la realidad está ahí, en plena adolescencia, cuando creemos que nuestros hijos pasan de nosotros.

Confundimos el amor que esperamos, con el amor que se nos da. ¿Cuál es la diferencia? La forma, y ésta es la manera de ser y de expresarse cada uno en la vida. Expresamos lo que somos y sentimos de formas diferentes. Solo el ego nos hace ver que nuestra manera de amar y de recibir amor es la única valida y sincera.

Vivir encerrados en lo que queremos y en lo que esperamos, sobre todo en las formas, hace que no sintamos todo lo que la vida y los demás nos ofrecen. Muchas veces el amor que esperamos o que damos depende no tanto de lo que se da o se recibe, sino de las carencias desde las que vemos lo que se nos da y ofrece.

La vida nos invita a mirar y a ir más allá de la formas.

22/4/14

El fluir de la vida



¿Has sentido alguna vez lo que es la frustración? ¡Quién no! Son momentos duros en los que parece que no entendemos lo que nos ha sucedido. Esperamos que las cosas sean de una manera y ocurren de otra. Nos quedamos apesadumbrados. No entendemos lo que sucede y tampoco a nosotros mismos dentro de lo que ocurre. ¿Nos habremos equivocado? ¿Es injusta la vida con uno? ¿Por qué nos sucede?
  • La vida no la podemos atrapar. Es como el río que fluyen y que no vuelve a pasar por el mismo lugar. No podemos controlar la vida. Ella es más grande que uno mismo y nos abraza en toda su inmensidad. El cambio y el movimiento, el ser y el dejar de ser forman parte de la novedad a la que cada día nos enfrentamos y de la que podemos aprender. ¿Qué sería de la vida si todo fuera controlable?
  • Por más que nos empeñemos las cosas no siempre suceden como las planeamos. Hasta los más preparados en la vida profesional o deportista se encuentran en más de una ocasión con algo que, de repente, sale mal. Un negocio, una relación, un gol en contra. Todo es susceptible de ocurrir de una manera diferentes, impredecible y sorprendente. No nos queda otra que observar, aceptar, aprender y, desde ahí, construir. Es nuestra capacidad creativa, parte de nuestra esencia, la que está llamada a vivir, a adaptarse y a evolucionar.
  • La vida no siempre es justa para uno, aunque puede serlo para otro. Y ello nos deja más perplejos. Nos creemos no merecedores de nuestra suerte, aunque otros si puedan sentirse bien en nuestras mismas circunstancias. Al fin y al cabo, ¿qué es lo justo en una vida abierta a cualquier posibilidad? ¿No será esa posible injusticia un espacio para nuestro propio beneficio y progreso personal o profesional?
  • Cambio es mucha veces sinónimo de mejora y, curiosamente, dolor. Hay quien cambia para bien y echa de menos lo que estaba viviendo. Hay quien está en la élite del deporte y tiene que pasar por el dolor de la renuncia a cierto tipo de hábitos. Hay quien camina hacia adelante sabiendo que deja atrás muchas cosas. El "dolor" es parte del camino a recorrer en muchas ocasiones. Pero éste adquiere sentido cuando sabemos hacia donde vamos y lo que significa en nuestra vida aquello que queremos.
  • La soledad es muchas veces parte del camino. Sólo uno entiende su propio camino y su propio esfuerzo. Sólo uno sabe el significado de lo que persigue. Es ahí, cuando muchos no lo entienden o no apoyan, cuando mostramos que creemos en nosotros mismos y en lo que queremos, buscamos o deseamos sin que ello nos haga perder nuestra propia libertad.
Tal es vez cuando dejemos pasar por delante de nosotros la misma vida, sin querer poseerla, cuando realmente la vivimos, estamos abierta a ella, nos dejamos enriquecer por ella y la seguimos enriqueciendo con nuestras propias respuestas.


21/4/14

El mejor amigo


Al principio de los tiempos, los dioses se reunieron para crear al hombre y a la mujer. Lo hicieron a su imagen y semejanza, pero uno de ellos dijo:

-Un momento, si vamos a crearlos a nuestra imagen y semejanza, van a tener un cuerpo igual al nuestro y una fuerza e inteligencia igual a la nuestra. Debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, de lo contrario estaremos creando nuevos dioses.

Después de mucho pensar, uno de ellos dijo:

- Ya sé, vamos a quitarles la felicidad.

- Pero donde vamos a esconderla. - Respondió otro.

- Vamos a esconderla en la cima de la montaña más alta del mundo.

- No creo que sea una buena idea, con su fuerza acabarán por encontrarla.

- Entonces... podemos esconderla en el fondo del océano.

- No, recuerda que les daremos inteligencia, con la cual, tarde o temprano construirán una maquina que pueda descender a las profundidades del océano.

- ¿Por qué no la escondemos en otro planeta que no sea la tierra?

- Tampoco creo que sea buena idea, porque llegará un día que desarrollarán una tecnología que les permita viajar a otros planetas. Entonces conseguirán la felicidad y serán iguales a nosotros.

Uno de los dioses, que había permanecido en silencio todo el tiempo y había escuchado con interés las ideas propuestas por los demás dijo:

- Creo saber el lugar perfecto para esconder la felicidad, donde nunca la encuentren.

Todos le miraron asombrados y le preguntaron:
- ¿Dónde?

- La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán.

Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin darse cuenta que la lleva consigo.

Es una realidad que buscamos fuera de nosotros aquello que nos haga sentir algo o alguien en la vida:

  • Esperamos que el dinero nos llene de felicidad.
  • Queremos que la pareja nos de aquello que necesitamos.
  • Deseamos que el mundo fuera como nosotros queremos que sea.
  • Aspiramos a tener la casa perfecta y el trabajo perfecto.
Son realidades que día a día nos topamos en la vida. De hecho nos venimos muchas veces abajo cuando las cosas no funcionan así. La realidad es que el mejor amigo del hombre no es ni el hombre mismo, ni la empresa, ni la pareja, ni incluso su perro o su gato. El mejor amigo del hombre es, o tendría que ser, uno mismo.

Tenemos muchas dependencias, de todo tipo: económicas, sociales, afectivas, lúdicas, etc. Es como si no pudiéramos ser sin ellas. Decía Erich Fromm que el sádico necesita someter para sentirse alguien, y que los masoquistas necesitan sentirse víctimas para sentirse tenidos en cuenta. El reto, comentaba Erich Fromm, es la libertad que no es otra cosa que la no dependencia de situaciones, tiempos, personas, recursos u otras cosas.

El reto de la persona humana es amarse a sí mismo y sentirse bien consigo mismo. En estos días lo he palpado: gente mayor que estaba sola y tranquila. En ocasiones nos vemos rodeados de gente y, por el contrario, nos sentimos solos. ¿Por qué será?

El mayor miedo que tenemos no es el de enfrentarnos a otras personas o situaciones. sino el de vernos a nosotros mismos tal y como somos. Es el miedo a la soledad. Paradójicamente a medida que avanza la vida la soledad no es tan grande aunque se esté solo. Quizás porque uno ha encontrado la esencia, esa esencia que encontramos en nosotros mismos.

Toda una invitación a bucear en nosotros mismos, a aceptarnos, a amarnos, a querernos y a disfrutar de quien realmente somos, aunque la compañía, lógicamente, nunca está demás.



18/4/14

La victoria de la vida



Viernes Santo. Día importante para los creyentes. Tal vez nos quedemos mirando hacia Alguien que arrastra una cruz, que está embadurnado de sangre, con una corona de espinas, mal juzgado, y abandonado.

Por otro lado me quedo con alguien que:

  • Cree hasta el final.
  • No arrastra con complejo de víctima.
  • Se siente sólo, pero seguro.
  • Sigue creyendo por aquello que se le condena, el perdón, el amor.
  • Ante la condena, la mofa y la burla, mantiene una mirada, la del amor.
  • Y a pesar de la soledad, incluso la del propio Padre, sigue encomendando y poniendo en Sus manos su misión, sus valores, su sentido de la vida y su actitud ante todos.

Creo que detrás de cada misión hay una fuerte carga que nos exige ser nosotros mismos. La soledad puede convertirse en nuestra compañera de viaje, por sentir el rechazo, incomprensión o falta de apoyo de los demás.

Es por ello que creó que detrás del rechazo, de la condena y muerte de Jesús encontramos la victoria de la vida, de la congruencia, de la fidelidad y de vivir los valores hasta el final. ¿No es ello algo grande?

17/4/14

Aprendiendo de los mejores

Este es tl título de un libro que nod habla de personas que han triunfado en ls vida en sus respectivos campos. Hoy,  Jueves Santo,  me viene a la mente el ejemplo de alguien que nos ha dejado un estilo de vida para disfrutar de nuestra propia vida desarrollándola desde un eje principal: el amor y el servicio.

Jesucristo nos desvela eso,  que nuestra vida alcanza sentido y satisfacción en la medida en que nos entregamos a la vida yva los demás.

Y lo corrobora la vida de una persona con la que compato estos días algo de tiempo. Privada en su niñez de estudios por tener que echar una mano en casa,  cuidar de hermanos y sobrinos,  etc.  se encuentra hoy con que du vida ha carecido de muchas cosas, pero que la vida le ha dado algo mucho más importante: felicidad de entrega y de ayudar a crecer.

El amor tiene y da sentido a nuestras vidas.

16/4/14

Tomar distancia



Es importante tomar distancia. Somos hijos de la mente y de la emoción de la lógica y del corazón, del análisis y de las pasiones. Por algo somos seres racionales con capacidad para amar. ¿Quién lleva la razón? ¿Quién tiene prioridad?

En una conversación hace unos días hablábamos de cómo hay médicos que prefieren que sus colegas atiendan a sus familiares a la hora de enfrentarse a una enfermedad, sobre todo sí es sería. Pero también conocemos de situaciones donde la pasión, la motivación,  el coraje ha pasado los límites humanos y conseguido metas in alcanzables  Como diría Einstein "lo hizo porque nadie le dijo que no podría lograrlo"

Es ahí donde la distancia nos deja pensar libremente y el corazón extrae de nosotros el máximo potencial. Es el equilibrio lo que hace que ambas cosas estén a nuestro servicio y no que acabemos siendo esclavos de dogmas o de pasiones. 

Guardar distancia nos permite vivir con más libertad para ser nosotros mismos.

15/4/14

Adaptación y ser uno mismo


El valor de ser tú,
único y diferente
sabiendo quien eres;
aceptándote y queriéndote así,
tal y cual eres.

Creer en uno mismo,
en lo que quiere,
en lo que busca y persigue.
Buscar el equilibrio
entre lo que se piensa,
lo que se dice,
lo que se hace,
Y lo que se quiere.

Ser,
o
aparentar ser.


14/4/14

Aprendiendo a vivir

Hay momentos en la vida en los que las cosas no nos vienen como nosotros queremos. ¿Cómo actuamos o reaccionamos?

La resignación es una actitud en la que caemos muchas veces. Nos damos por vencidos. Nos conformamos y lamentamos lo que nos toca vivir. Una mezcla de victimismo y de lamentación comienzan a ser parte de nuestra vida.

La protesta y la búsqueda de soluciones puede ser otra vía. Quejarse es inconformismo. Sí nos lleva a una actitud de constante búsqueda tranquila pero sí "activa" siempre nos dejará la puerta abierta mientras que la pura y mera lamentación nos cierra todas las puertas.

Pero creo que hay otra actitud importante: ¿Qué puedo o podemos aprender de las situaciones que vivimos? Siempre aprendemos algo, sobre las situaciones y sobre todo sobre nosotros mismos. Alguien decía que nunca hay que levantarse de una caída sin traer nada del suelo

Aprendizaje puro y duro. La vida nos enseña sobre ella misma, pero sobre todo sobre nosotros mismos y nuestra actitud ante la vida.

11/4/14

¿Equivocarse?


Aprendí en México que "sólo rompe los platos quien lo friega". Einstein dice que nunca se equivoca el que nunca prueba algo nuevo, y aún y así a todo, el no intentarlo puede ser una equivocación.

Vivimos atemorizados por los errores que podemos cometer en la vida. El error es sinónimo de fracaso, para unos, pero para los que triunfan en la vida, sea en el campo que sea, los errores han sido momentos en los que han aprendido sobre si mismos y sobre lo que estaban haciendo.

¿Aprender o quedarse en lo viejo conocido?

¡¡¡La gran pregunta!!! Quedarse en lo viejo conocido tal vez entraña seguridad. Lo nuevo, por el contrario, trae inseguridad, pero crecimiento y satisfacción. Nos sentimos más llenos y más contentos con nosotros mismos porque vamos más allá de nuestros límites. Las seguridades nos apalancan y no hacen que explotemos más todas nuestras cualidades.

¿Sentir vergüenza por equivocarse una y otra vez? Tal vez lo sintamos si nuestra mirada está fija en los demás. No la sentiremos si nuestra mirada está anclada en lo que queremos conseguir y hacemos del fallo una parte del aprendizaje.

Así que no dejemos la curiosidad de los niños que aprenden y prueban cosas nuevas. El mundo y nosotros dentro de él evolucionamos. Nos sentiremos bien si aquello en lo que caminamos nos ayuda a sentirnos bien con nosotros mismos y útiles con los demás. Y si así es, ¡bienvenidos sean los fallos!



10/4/14

Nuestra misión



El Espíritu del Señor está sobre mí. 
Porque El me ha ungido. 
Me ha enviado 
para dar la Buena Noticia a los pobres, 
para anunciar a los cautivos la libertad, 
y a los ciegos la vista. 
Para dar libertad a los oprimidos, 
para anunciar el año de gracia del Señor’.  
‘Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír’


Todos tenemos unos objetivos en la vida. Jesús ha cambiado el curso de la historia. Y el cambio comienza con algo en concreto y que nos invita a tenerlo en cuenta dentro de nuestros objetivos personales:

  • Una Misión. Se siente enviado y así lo comunica. Se siente enviado y con una misión, la de llegar a una serie de personas a satisfacer una serie de necesidades.
  • Ello nos lleva a algo muy importante y es el plantearnos la misión que cada uno tiene en la vida.Y es una misión que tiene dos caras: una la de sentirnos realizados y otras la de ayudar a otros, bien sean conocidos o no, cercarnos y lejanos. La vida adquiere sentido en la medida en la que nos sentimos útiles. Es por ello que, si no nos vemos dentro de una misión en el mundo, y esa misión no tiene repercusión positiva en otras personas, la misión puede de carecer de sentido.
  • ¿Cuál es mi objetivo al cual quiero llegar? Sea el nivel que sea, familiar, personal, laboral, económico?
  • ¿De qué soy portador? ¿Qué aporto a mi mismo y a los demás? 

  •  
  • Un plan.
  • Unos objetivos muy concretos.
  • Una comunicación.
  • Un paso que da.

9/4/14

El aquí y ahora



No es la primera vez que estamos hablando con una persona y nuestra mente está en otro sitio, o en una reunión en la que estamos deseando que acabe para acudir a otra cita. También puede suceder que vamos a toda velocidad en el coche para llegar antes a un sitio. Y que comemos a toda velocidad para que nos cunda más el tiempo. pero bien dice el refrán que "por mucho madrugar no amanece más temprano".

Vivimos en muchas ocasiones en las situaciones que la mente nos pone: en el pasado, en el lejano futuro o en el futuro inmediato y en medio de todo ello nos olvidamos de saborear el presente: nos perdemos el paisaje que podemos ver desde el coche; la conversación en la que estamos involucrados; el gusto de un plato exquisito; los detalles de una reunión, de un proyecto... Nos perdemos cantidad de cosas que estan aquí y ahora por llevar la carga de todo un pasado o por vivir antes de tiempo lo que todavía aún no ha llegado. Nos olvidamos de vivir la vida y lo que ella nos ofrece.

¿Será vivir el presente un evadirnos de la realidad? ¿O lo será el anclarnos en el pasado o en la expectativas del futuro? Los niños, ensimismados en el aquí y ahora, nos lo recuerdan cuando se les pasa el tiempo jugando en la arena, con un balón o una simple muñeca o, cuando ensimismados por el fluir de una hoja, la van persiguiendo por dondequiera que fluya.

Lo curioso de todo, y es que incluso en la adversidad, cuando nos centramos en lo que hay, en lo que existe y en lo que vivimos surge una chispa especial de la vida que nos hace vivirla con mucha más alegría y serenidad. Es la carga del pasado o la ansiedad por el futuro que no conocemos la que hace que no vivamos el presente.


8/4/14

El gusto por saber



Si echamos la vista atrás sobre los momentos en los que hemos tenido que aprender creo que habrá momentos que recordemos por lo que hemos aprendido y momentos en los que "aprender" si es que llegamos a aprender algo se convertían en un tormento, en momentos de tedio, aburrimiento y de desesperación.

¿Cuál es la diferencia entre unos momentos y otros? Quizás sea que en unos lo que aprendemos tiene sentido, y en los otros no se lo encontramos. El arte de enseñar tal vez esté en hacer ver y apreciar la belleza de lo que se enseña a otros. En ver lo útil que puede ser en cada una de nuestras vidas.

La mayor frustración es intentar aprender aquello que no tiene sentido o utilidad, o incluso aquello que se nos enseña sin pasión o sin convicción. Cuando vemos a un niño ensimismado jugando es porque lo está viviendo. El aprendizaje tal vez sea algo más que ver y que oír, quizás sea experimentar. 

La experiencia nunca se olvida, sea para bien o para mal. Yo recuerdo explicándole a mis padres sobre un mantel como estaban ordenados los estrechos y los cabos del mundo. Me encantaba la geografía. Utilizaba vasos, platos y cubiertos para expresar lo que me gustaba.

Penetrar en lo bello y maravilloso del mundo del saber, como dice Einstein, es importante. Aprender por obligación nos aparta de esta belleza. Aprender para descubrir la belleza y la utilidad de las cosas es darle un sentido especial a lo que aprendemos y lo que aporta a nuestras vidas.

Y la mejor manera de aprender es comunicándolo con pasión o dejando que investiguen y experimenten con esa ilusión que hace que lo bello aflore en lo que aprendemos o en lo que surge dentro de nosotros.


7/4/14

Paso a paso, pero siempre un paso


Cualquier obra grande ha comenzado por algo muy pequeño, tal vez un pensamiento, quizás una necesitad o quien sabe si un deseo. Pero detrás de cada pensamiento, necesidad o deseo siempre ha tenido que haber algo tan importante como "un paso". Son pequeños e insignificantes pasos que pueden carecer de importancia o de vistosidad, pero que son el fundamento de grandes obras.

He visto el inicio de edificios que al comienzo parecía algo ridículo, el comienzo de autopistas que solo eran grandes metros de tierra de un lado al otro y sin asfaltar que parecían no tener sentido. He vivido grandes amistades que han empezado con un simple apretón de manos cuando nos presentaron o negocios que se han iniciado con conversaciones ajenas a ello. Todo tiene un comienzo que muchas veces no parece tener relación con lo que buscamos, pero al final....., lo tiene.

Son los pequeños pasos que damos cada día los que nos acercan o alejan de las metas y de los sueños. Son nuestros pequeños compromisos llevados casi de manera rutinaria los que hacen posible un sueño. Son las pequeñas acciones las que conforman nuestro gran éxito.

Todas ellas se plasman en una ruta de camino, en una agenda con la que nos comprometemos, con un hueco diario que se le hace a aquello que es importante. Son, nada más y nada menos, que los pasos que cada día a día tenemos que dar en nuestra vida para conseguir lo que queremos.

4/4/14

El valor del esfuerzo


Un día un hombre encontró un capullo de mariposa y observó que en el había un pequeño orificio. Se sentó y se entretuvo en observar mientras la mariposa luchaba durante varias horas para forzar su cuerpo tratando de pasar a través de agujero. Pasó un largo rato observando los esfuerzos de la mariposa por salir al exterior, pero parecía que no hacía ningún progreso, como si hubiera llegado a un punto donde no podía continuar. Apiadado, el hombre decidió ayudar a la mariposa, tomó las tijeras y cortó el resto del capullo. La mariposa salió fácilmente, pero tenía el cuerpo hinchado y las alas pequeñas y arrugadas. El hombre continuó mirando porque esperada que en cualquier momento las alas se extenderían para poder soportar el cuerpo que, a su vez, debería deshincharse. Pero nada de esto ocurrió. Por el contrario, la mariposa pasó el resto de su vida con el cuerpo hinchado y una alas encogidas... ¡nunca pudo volar! Lo que aquel hombre, con su amabilidad y apuro, no llegó a comprender es que el capullo restrictivo y la lucha necesaria para que la mariposa pudiera salir por el diminuto agujero, era la manera que utilizaba la Naturaleza para enviar fluido del cuerpo de la mariposa hacia sus alas de modo que estuviera lista para volar tan pronto obtuviera la libertad del capullo. A veces el esfuerzo es exactamente lo que necesitamos en nuestras vidas. Si DIOS nos permitiera pasar nuestra vida sin ningún obstáculo, nos paralizaríamos, no seríamos ta fuertes como podríamos ser y no podríamos volar!
Este cuento me encanta. Son muchas las veces en las que intentamos echar una mano y estropeamos todo. Tenemos buenas intenciones, pero muchas veces no logramos ayudar a que las personas salgan pos si mismas. Ya lo decía, creo que Helder Cámara, cuando proponía de no darle a los pobres de comer sino de darles una caña para pescar.

Es la virtud del esfuerzo y la del sacrificio la que hace que valoremos lo que perseguimos y la que vayamos en pos de algo si es que ese algo nos interesa. ¿Cómo sabemos si algo le interesa a una persona? Por el interés y el esfuerzo que pone en lo que desarrolla.

Un claro ejemplo de ello lo tenemos cuando oímos ciertas expresiones como las de que "no quiero que mis hijos pasen por donde yo he pasado". Cierto que muchas veces en la vida hay situaciones que no se las deseamos a nadie, pero también es cierto que cada uno tiene que conseguir las cosas por sí mismo; es donde reside el valor.

Es una de las cosas que aprendemos en la vida cuando se nos deja solos, que podemos por nosotros mismos. Es una manera de crecer en autoestíma, en seguridad personal, en recursos propios y sobre todo en capacidad de poner nuestra cabeza a pensar en busca de convertir las dificultades en retos y oportunidades.

Eh aquí una oración que encontré en una ocasión que puede valernos en medio de la dificultad:

YO PEDÍ FUERZA...
Y ENCONTRÉ  DIFICULTADES PARA HACERME FUERTE.

YO PEDÍ SABIDURÍA...
Y TUVE PROBLEMAS PARA SOLUCIONAR.

YO PEDÍ PROSPERIDAD...
PERO SOLO TUVE CEREBRO Y FUERZA PARA TRABAJAR.

YO PEDÍ CORAJE...
Y ENCONTRÉ  PELIGRO PARA VENCER.

YO PEDÍ AMOR...
Y VI GENTE QUEBRANTADA A QUIEN AYUDAR.

YO PEDÍ FAVORES...
Y ENCONTRÉ OPORTUNIDADES.

NO RECIBÍ NADA DE LO QUE QUERÍA...
¡RECIBÍ TODO LO QUE NECESITABA!

3/4/14

Entre la displicencia y la proactividad



Estuvo bien hoy la formación que Bernardo Perles ha dado sobre el trabajo que tenemos que afrontar en la vida, sobre todo si queremos ser dueños de nuestro propio trabajo, crecer desde el punto de vista personal y alcanzar la libertad financiera que tanto ansiamos en la vida.

Frente a las situaciones de la vida nos podemos encontrar dos actitudes bastante generalizas: Una es la actitud de queja constante y otra es la búsqueda de soluciones. Eh ahí la diferencia entre la displicencia y la proactividad.
  • La displicencia es esa actitud quejica, que en todo ve problemas, obstáculos y aspectos negativos. Es la actitud del que no quiere avanzar en la vida y en la que el crecimiento personal no es posible. Hay un miedo a salir de la seguridad que uno se ha construido, aunque esta seguridad no llegue a llenar plenamente la vida de la persona. Es la actitud que muchas veces decimos "más vale malo conocido que bueno por conocer". Una actitud que nos reconforta en muchas ocasiones porque damos esa visión de victimismo, de pena y de sufrimiento que aunque se llena de quejas y de lamentaciones hace que muchos se fijen y compadezcan de uno, aunque a la larga acabes cansando a los demás y te quedes más solo que la una.
  • La proactividad es la actitud valiente, positiva y emprendedora que ante una situación inesperada o en contra de lo que uno se esperaba se abre al mundo de las soluciones, de las alternativas, de las posibilidades. En vez de ver un freno, ve un reto; una puerta cerrada se convierte en el juego de encontrar otra abierta. Es la actitud emprendedora que busca salidas y beneficios en medio de situaciones que parecen no tenerlas.
Es interesante observar estas dos actitudes, sobre todo después de leer a Raimón Samsó hablar sobre el ciclo económico que se cierra en estos momentos con un tipo de trabajo que hemos desarrollado y como se abre otro con unas características totalmente diferentes. Sólo los que se abren a nuevas alternativas y se dejan de llorar por lo que ya ha pasado o no ha sucedido como lo pensaban son los que se enfocarán hacia el éxito en la vida y así lo dice él en un correo que me ha enviado y al que estoy suscrito:

Es hora de asumir ciertas verdades incómodas:
  • nadie nos debe un puesto de trabajo.
  • los gobiernos no conseguirán que todo el mundo tenga un empleo convencional.
  • las empresas tienen otros objetivos diferentes al de contratar empleados.
  • las empresas ya han aprendido a hacer y ganar más con menos personas.
  • los empleos interesantes se irán extinguiendo poco a poco.
  • la globalización hace que las listas de candidatos a un empleo se disparen.
  • los sueldos bajarán en las próximas décadas.
  • la situación laboral actual no es fruto de una crisis, sino parte de un "reset" (reinicio total) de la economía.
  • los "resets económicos" duran unos 30 años y después abren una nueva era.
  • la tecnología afectará a todos los empleos, trabajos y empresas del planeta para transformarlos de arriba a bajo.
Es por ello que en la vida, y ante sus diferentes aspectos como pueden ser el trabajo, la familia, las amistades, el deporte, etc. siempre hay que estar abiertos a lo nuevo y a buscar caminos en los que uno pueda sentirse enriquecido como persona y, ¿por qué no?, a nivel económico.


2/4/14

El sentido de la ayuda



Hoy he tenido una pequeña pero bonita experiencia, la de poder ayudar a miles de kilómetros de distancia a una persona que se había afiliado a mi linea de trabajo. Cuando las cosas no salen como uno quiere hay muchos puntos de vista que entran en juego:
  • La visión del que está siendo ayudado que tiene la sensación de ser torpe y de estar haciéndole perder el tiempo a otra persona.
  • La percepción del que ayuda que quiere hacerse entender y que la otra persona entienda, a veces con la impaciencia con la que queremos las cosas.
  • La visión de equipo donde estamos para echar una mano y sentirse ayudados, ahora por uno y luego por otro. El trabajo colaborativo.
  • La mirada del que ayuda y que se ve reflejado porque ha vivido la experiencia antes de tener que ser ayudado. 
  • La humildad del que parece que no lo capta y que con su "querer" lo intenta una y otra vez.
Todos estamos en camino y todos tenemos algo que aportar. En la medida en que aportas te sientes bien. ¿A qué si?


1/4/14

Saber Elegir


Leía hoy esta frase de Juan Carlos Cubeiro y me acordaba de la reflexion que hacía hace unos días sobre la educación. Educar es enseñar a saber elegir por uno mismo y sobre todo teniendo en cuenta los valores de la vida, de aquello que nos hace dignos.

Recalco que elegir de forma inteligente nos lleva a:
  • La libertad ante nuestras emociones y ante la de los demás. Somos seres con emociones y con sentimientos, pero no víctimas, esclavos o al servicio de ellos. La inteligencia nos ayuda a caminar hacia la libertad, no la de hacer lo que queremos, sino la de ser nosotros mismos.
  • La confianza en nosotros mismos es esencial. La duda nos hunde en el abismo. La confianza nos mantiene firmes, pero flexibles. Arboles robustos han caído, mientras que plantas frágiles han sobrevivido gracias a la flexibilidad. No dependemos ni de las personas ni de las circunstancias sino de quien queremos ser ante las personas y las circunstancias. Somos nosotros los que elegimos.
  • Autocontrol, es la llave de la sabiduría. Saber manejar el carro, la bicicleta, la misma vida. Hay que tener frialdad suficiente para manejar nuestros sentimientos y emociones, como la pasión para vivirlas sin arrodillarnos ante ellas. La vida es esa mezcla de pasión controlada para que no muramos en la indigestión de todo lo que fluye positiva o negativamente dentro de nosotros. Es la habilidad del autocontrol lo que hace que permanezcamos firmes en nuestros valores, metas e ilusiones.
  • Querer superarse. Una vocación que sentimos desde niños, todo lo queremos hacer, todo lo queremos intentar impidiendo una y otra vez que alguien nos eche una mano. Crecer, sentir que somos útiles a los demás, dejando una huella no física, que el viento se la lleva, sino en lo que los demás pueden sentir con nuestra presencia en la vida.
  • Empatía. Es la fuente de nuestra inspiración. Crecemos cuando nos sentimos útiles, nos sentimos útiles cuando ayudamos, y ayudamos cuando reconocemos lo que el otro necesita. No hay mayor alegría en nosotros que la que tenemos cuando sentimos que la hemos producido en los demás.
Ahí destaca la inteligencia, en saber elegir lo que queremos ser y lo que queremos vivir en la vida.
 
resiliencia,
espíritu de superación, 
empatía....

(Juan Carlos Cubeiro)