31/5/11

Liberar la mente



Me lo comentaba una persona en el día de ayer: el primer paso para ser libre, es liberarse mentalmente. No es fácil emprender el camino que uno quiere realizar si la mente no lo inicia primero.

Es una realidad que una mente bloqueada, atemorizada,dependiente de los demás, insegura de si misma no hace otra cosa que enturbiar el camino, hacernos dudar de cada paso que tenemos que dar y de iniciar el proceso de liberación en auqello que queremos acometer.

Comenzar a vivir libre, mentalmente, es cambiar el semblante, el aspecto libre, nuestra postura corporal y nuestra actitud, al menos, hacia nosotros mismos. Si conseguimos liberarnos mentalmente habremos dado un paso de gigante en aquello que queremos conseguir. ¿Tomas conciencia que ante un importantísimo partido de fútbol una de las cosas que más se requiere es la concentración? ¿No es la concentración el dominio de la mente y centrarse en lo que uno quiere conseguir?

Liberar la mente es, pues, y a mi modo de ver el primer gran paso para la otra libertad.


30/5/11

Plantar cara a la frustración



Estos días en España, y hace meses en Túnez, Siria, Libia y otros países, inconformistas con lo que está sucediendo en España y en los países antes mencionados han plantado cara a la insatisfacción que viven y se plantan para proponer un nuevo modelo de vida política que pueda resolver la frustración y la situación crítica de mucha gente.

No se lo que hay ni quien está detrás de estos movimientos, pero lo que si está claro es que "hacen algo diferente, llamativo, original y seductor", pues acaparan las miradas no sólo de los medios de comunicación, que viven de cualquier tipo de noticia, sino de multitud de personas que adoptan una acampada incomoda y de multitud de personas que cooperan con comida, dinero, utensilios e incluso cediendo sus viviendas para que algunos puedan ducharse o asearse.

Hay algo claro en todo esto: quedarse con los brazos cruzados, llorar y lamentarse no resuelven nuestras situaciones. Provocar nuevas situaciones, nuevas respuestas y nueva capacidad crítica te llega a algo diferente: a pensar. 

El pensamiento, recordemos, ha sido una arma a la que mucha gente no ha tenido acceso en la antigüedad y a ala que a otros muchos le han cerrado el paso. La capacidad de pensar, muchas veces mutilada por los diferentes sistemas que nos rodean tales como publicidad, deportes, televisión, ocio, dinero y otras, nos dejan en situaciones en la que el llanto y la queja es la única solución.

Hoy, ya sabemos que hay otros medios: Plantar cara a los problemas, no resignarse, buscar soluciones, asociarse a los demás y compartir dudas, proyectos e inquietudes. Es el valor de la intercomunicación.

27/5/11

Alejarse o salir al encuentro




Cuando nos metemos a analizar el mundo de las relaciones, sobre todo cuando de conflictos se trata, y donde uno tiene que pedir perdón o disculparse, donde uno ve acercarse o alejarse a personas que considera parte de su vida surge una cuestión: ¿Salimos al encuentro del que se aleja? ¿Esperamos a que regrese? ¿Nos alejamos de quien nos ofende? ¿Nos acercamos a aquellos por los que nos sentimos ofendidos?

Cualquier postura puede ser buena. Desde el punto de vista, por ejemplo, de la tradición cristiana el Padre permite al hijo pródigo que éste se vaya de casa; es más le da la parte de la herencia que le corresponde. Por otra parte en otros momentos se alecciona a "salir al encuentro"  de la oveja perdida. Es una señal de preocupación, de ayuda y de querer encontrar a quien se encuentra perdido.

¿Donde está el punto del equilibrio? Hay muchos valores que están en juego.

  1. Si permitimos el distanciamiento es un símbolo de libertad. Respetamos las decisiones del otro. No forzamos a los demás a seguir a nuestro lado o a mantener nuestras posturas.
  2. Si dejamos ir, además de la libertad, ayudamos a que cada uno se vaya dando cuenta, o sea, toma de conciencia de su propia realidad y pueda valorar por si mismo los resultados de las propias decisiones. Es ayudar, de una manera u otra, a potenciar la propia responsabilidad.
  3. Pero hay cosas que en un y otro caso no podemos evadir y es el valor de la comunicación. En cada situación de la vida hay que saber comunicarse, nos vayamos o nos quedemos. Si nos vamos dejamos claro el porqué y con ello podemos clarificar muchas cosas antes de la partida y ejercemos otro valor muy importante: la confrontación.
  4. No hay nada peor que que no ser capaces de confrontarse. El miedo, los complejos de inferioridad, la ignorancia misma y otros sentimientos toman nuestras vidas y las riendas de éstas. Quien es capaz de confrontarse es capaz de mirarse al espejo sin miedo a si misma.
La comunicación surge aquí como el gran valor que nos lleva a preocuparnos por nosotros mismos y por el otro y, a partir de ahí, nace el gran derecho a la libertad y al respeto de las decisiones que puedan tomar otros por mucho que nos duelan.

26/5/11

Disculpame



Tener que pedir disculpas no es nada fácil, parece que la vida se le va a uno si las pide, o que queda relegado a un segundo o tercer plano por el mero hecho de haberse equivocado. De hecho, ¿cuántas veces hemos pedido disculpas a lo largo de nuestra vida? Una veces intentamos pedirlas de forma indirecta corrigiendo la actitud que nos ha llevado a herir a alguien; otras veces creemos que no es necesario porque hay confianza, y la confianza muchas veces da asco, y otras simplemente tiramos hacia adelante esperando que el tiempo cicatrice todo y así lo cure.

Pedir disculpas, además de allanar las relaciones que se han podido deteriorar, comporta otras cosas mucho más importantes:
  1. Nos hace crecer como personas. Nos reconocemos tal y como somos. No necesitamos escondernos. Asumimos lo que somos y así lo mostramos al que hemos podido herir.
  2. Este crecimiento nos hace más libres. No importa la imagen que demos, importa aquella con la que nos quedamos en nuestro interior. Soy libre ante cualquier tropiezo, y éste no me condiciona ni ante la vida ni ante los demás.
  3. Uno aprende a ser responsable de cada uno de sus actos. No justifico nada, simplemente asumo mi forma de actuar.
  4. Mejora mi interrelación personal. La afronto desde la sinceridad, desde la verdad, desde lo que hay dentro de mí. Ello me dará más confianza ante los demás y a los demás más confianza hacia mí. Saben realmente quien soy.
  5. Mejora mi empatía, mi capacidad de entrar en el mundo de lo que los demás pueden sentir.
Así pues, más allá de un sentimiento de sentirse mal y humillado hay otro mucho más grande, sentirse humano.

25/5/11

Fortaleza y debilidad



Dicen que las apariencias engañan, y lo digo más que nada porque siempre se ha dicho que detrás de la violencia se encuentra la debilidad, mientras que detrás del perdón se encuentra la fortaleza. Tal vez sea así, y Jesucristo, así como Gandhí, lo dejan bien de manifiesto. Nuestra inseguridad nos lleva a mostrarnos fuertes, violentos y muy impositivos, con falta de flexibilidad hacia los demás. Intentamos ganar a la fuerza lo que no podemos lograr a través de nuestras palabras o simplemente a través de nuestras vidas. Y es que, en realidad, no tenemos ni que agradar ni convencer a todo el mundo. ¿Qué pasa si hay gente que no concuerda con nosotros? ¿Se acaba ahí nuestra vida?

El perdón, por el contrario, aparece como una gran fortaleza y herramienta en nuestra vida. No necesitamos imponer a los demás para sentirnos nosotros mismos; no dependemos del beneplácito de otros para seguir construyendo la vida día a día. La fuerza del perdón está en la seguridad de uno mismo y en la capacidad de ser libre ante los sentimientos y emociones de los demás, así como de sus formas de actuar y de vivir.

El que perdona, es libre. El que ejerce la agresividad, es esclavo no sólo de sus propios sentimientos sino también de las personas por las que se siente ofendido; le da cierto poder de controlar emocionalmente la propia vida de uno, y ello, lo quieras o no y por mucho que grites y seas agresivo, no es sino otra cosa que un claro síntoma de debilidad y de falta de control de la propia vida, de las propias emociones y de las situaciones que a uno le rodea,

Es por ello que para tener y vivir la fortaleza del perdón hace falta:
  1. Ser consciente de que uno es el propio dueño de su vida y de su manera de elegir la respuesta adecuada a cada estímulo que nos viene de fuera, o de dentro de uno mismo.
  2. Tener claro que perdonar es sinónimo de libertad interior. Nadie me condiciona ni con sus palabras ni con sus comportamientos.
  3. El mayor beneficiado del perdón es uno mismo, así como el mayor perjudicado de la agresividad también lo es uno mismo, pues jamás descansará en paz.
Piensa, sino, en las veces en las que has sentido agresividad y en las que has estado abierto al perdón, al amor, al equilibrio. ¿Dónde has crecido más? ¿Dónde has creído haber ganado más a nivel personal?

24/5/11

Lo bueno de lo malo



Hablaba en el día de hoy con una persona que decía que se sentía, perdonando la expresión, "estar metida hasta el fondo en la mierda". Y la verdad es que todo su discurso dejaba ver que era realidad lo que ella decía y sentía. A veces la vida nos marca con experiencias muy desagradables, pero dentro de lo desagradable tenemos una gran opción, que es aprender de ello.

Mientras me hablaba de los sentimientos que tenía me vino a la mente algo tan natural como el propio estiércol. Es algo que utilizamos, sobre todo en donde hay campos, para utilizarlo como abono. ¿No es curioso? Y es que lo que consideramos desecho, porquería, basura puede tener todo su sentido dentro de la misma vida.

La situaciones que vivimos, por muy malas que sean, siempre traen consigo algo que nos lleva a aprender y a poder crecer. Simplemente tenemos que permitirnos el poder salir del círculo vicioso en el que nos encontramos. Una simple pregunta puede cambiar toda la trayectoria de un proceso que vivimos. Si le damos vueltas una y otra vez a lo mismo, estaremos dando vueltas una y otra vez a lo mismo. En cambio si uno quiere salir del círculo vicioso tan sólo tiene que saber dos cosas:

  1. ¿Cómo quiero sentirme o a donde quiero llegar? Esta pregunta rompe en si el maleficio de la noria que da vueltas una y otra vez a la negatividad y a las experiencias negativas que hemos tenido. Es una pregunta que me pone, de una manera u otra, en el estado deseado.
  2. ¿Qué puedo aprender de lo vivido? ¿En que me puede ayudar lo vivido a conseguir lo que quiero alcanzar? Es otra parte de la positividad de la misma vida y de la ruptura con el círculo que me hace dar vueltas una y otra vez. Si con la primera pregunta pongo mi atención con lo que está fuera del círculo, con la segunda comienzo a intentar ver el lado positivo de todo lo negativo que me daba vueltas a la cabeza.
Son dos pequeños apuntes que me vinieron a la cabeza y que compartía con mi interlocutor. Pero para ello hace falta una cosa: ACTITUD. Es lo fundamental, el querer salir del círculo, el dirigir la mente hacia otro lado de forma libre y voluntaria, el buscar nuevas perspectivas y lecciones que aprender de la vida son dos pequeños y diminutos pasos que nos pueden ayudar a dar otros más grandes.

23/5/11

Ser flexibles



Leía hoy un artículo de Jenny Moix en el que definía la felicidad como la capacidad de ser flexible. Tal vez me viene a la mente, una vez más, la teoría de Darwin en la que se dice que si las especies no se adaptan al medio ambiente se mueren. En términos comerciales siempre he oído la frase de renovarse o morir. Lo que sí está claro es que el inmovilismo no conduce a ninguna parte. Podremos perpetuar ideas, sistemas políticos, actitudes y, en muchas ocasiones, por la ley de la fuerza, que al fin y al cabo a quien más perjudica, a la larga es a uno mismo.

¿Qué sucede si cambiamos? ¿Estamos llamados a permanecer siempre con las misma ideas? ¿Con los mismos sentimientos? ¿Con los mismos valores? ¿Qué nos lleva a no cambiar, a no cuestionarnos, a no poner en tela de juicio nuestros modelos de vida, de trabajo o de relacionarnos con los demás? ¿Es tal vez la inseguridad, el miedo, el no saber como actuar en cada momento de la vida?

La posibilidad de ser flexibles nos permite valorar todas las circunstancias de la vida, el saber acomodarnos a diferentes situaciones y a no ser esclavos de unas ideas, valores, sentimientos o situaciones que nos perjudican en nuestro propio bienestar, en nuestra capacidad de desarrollo y sobre todo en la capacidad de captar la vida en si misma con todas sus tonalidades.

Allá, por el año 81 me lo decía una gran persona, con una manera de pensar diferente a la mía, pero con un gran respeto hacia mi manera de ver la vida y mi trabajo: "Flexibilidad es el nombre del juego", me decía una y otra vez en inglés cuando veía dificultades alrededor.

Somos una especie con gran capacidad de adaptación, y la adaptación no es otra cosa sino la capacidad de adaptarse a situaciones, personas y circunstancias.

20/5/11

El don de la perseverancia



Creo que todos hemos pasado alguna vez por la experiencia de haber arrojado la toalla en alguna ocasión en la vida. Muy probablemente también hemos experimentado con cierto coraje como después de haber arrojado la toalla alguien ha llegado a donde nosotros queríamos llegar. Tal vez nuestro rostro se haya desencajado, un sentimiento de tristeza nos ha invadido y hasta nos hemos llamado inútiles a nosotros mismos, además de experimentar una envidia entremezclada con diferentes sentimientos dentro de nosotros.

Hay quien es constante y cada vez que no consigue lo que busca lo intenta de nuevo. Hay quien puede ser tachado de terco, de obstinado y de caprichoso. Pero como bien dice el refrán, el que la sigue, lo consigue. Hay ciertos deportes que marcan diferencias: la liga, el tour de Francia, giro de Italia, vuelta a España, Formula I, Tenis, etc son deportes que premia la regularidad y la estrategia. Hay trabajos en la vida en los que su triunfo o éxito depende de la constancia, del esfuerzo, de la continuidad, de la fidelización de los clientes. Las mismas relaciones interpersonales dependen de la constancia y de saber regar permanentemente la vida de los demás con lo que uno lleva dentro.

La suerte no existe, la buena suerte se elabora, se trabaja, se construye, se persigue, se elabora. Ello requiere de algo tan importante como es la continuidad.

19/5/11

¿Cosas de niños?


Como casi cada día la recogí en el colegio, y hoy miércoles tocaba llevarla a clases de pintura. Se subió al coche con determinación, se sentó en su silla y no demoró en decirme: "Papa, por favor, me alcanzas un boli?" Alcancé mi mano hasta el cajoncito donde tenía un par de boligrafos y le dí uno de ellos. Rápidamente me pidió otro pues ese no escribía. Se lo alcancé y ahí se puso a hacer, posiblemente, alguno de sus dibujos que tanto le gusta hacer.

Al poco rato, unos diez minutos, llegamos a la escuela de pintura y con toda la determinación del mundo tomó varios papeles en sus manos, se levantó con aire de determinación y me dijo: "Vamos, papá, tengo que entregar esto a varias personas".

Me quedé un poco extrañado y le pregunté: ¿Qué es lo que tienes que entregar?

Estos, papá, respondió ella en tono firme y convencida de lo que decía.

Si, entiendo, pero ¿que es eso, cariño?

Extendiendo sus manos hacia mi me mostró uno de los papeles que estaba doblado y que decía: "Abre y lee". Lo abrió y en la parte interior tenía escrito en el centro: "Te deseo que seas feliz y estés alegre".

Extrañado le pregunté: ¿A quién se lo vas a dar?

A todos papá.

¿A todos?

Si, a todos. Y el primero lo colocó en el parabrisas de un coche aparcado al lado del mío.

Cuando la recogí, una hora más tarde, me comentó que se lo había dado a varios niños. Y cuando ya íbamos a entrar en el coche se lo dio a alguien que estaba sentado en el suyo esperando a alguien. El conductor, sorprendido, lo tomó, lo leyó y sonrió. Llegando a casa lo metió en el buzón de los vecinos que viven al lado y por debajo de la puerta de otro más.

Entrando en casa me dijo: "Papá, no quiero que nadie esté triste ni llore".

¿Cosas de niños? Pues dejemos que la semilla crezca en ellos y que la que han depositado en nosotros también.



18/5/11

Provocación



"La única forma de salir ganando
 de una discusión 
es evitándola" 
(Dale Carnegie)
Hay algo que muchas veces se hace para desestabilizar a un buen equipo de fútbol: las faltas, el juego sucio, frenar el ritmo del juego simulando faltas y haciendo ver que se necesita del masajista, etc. Ni más ni menos son estrategias que se utilizan para doblegar el sistema de juego del enemigo. Y como todos somos humanos lo más fácil es caer en la tentación de la provocación. El riesgo de intentar no caer en la provocación es el permitir el juego feo y deshonesto, no sólo en el juego deportivo, sino en el mismo juego de la vida, de las relaciones humanas, en nuestros campos de trabajo.

¿Cómo no caer en la tentación de las provocaciones que otras personas pueden ponernos en bandeja? Tal vez uno de los consejos que los entrenadores de fútbol piden a sus jugadores, y que sirve para la misma vida, es la "concentración". 

Centrarse en el juego, en los objetivos, en lo que se quiere conseguir hace que la mirada no se nos desvíe hacia el lado opuesto de lo que queremos. Concentración y fidelidad a lo que y en lo que uno cree es requisito fundamental para seguir los pasos del equilibrio y de la mesura de todas nuestras reacciones.

Fidelidad porque uno cree en quien es, uno cree en lo que quiere conseguir y uno cree en los medios como conseguirlo. Además la fidelidad hace algo más importante: el disfrutar de lo que uno hace. Los objetivos tienen sentido no sólo por lo que se consigue sino por el deleite del proceso de conseguirlo. 

Lo peor que nos puede pasar es la distracción.  En la distracción se pierden batallas, partidos, relaciones, proyectos y cantidad de cosas en el camino de nuestra vida. Rumbo, orientación, concentración y fidelidad son los grandes ingredientes de no caer en las provocaciones y distracciones de la vida.

17/5/11

Las extrañas mayorías



Siempre me ha llamado la atención y siempre me ha medio enfadado. He estado en reuniones, unas veces participando y otras dirigiendo. Siempre me ha gustado la participación y la variedad. Es cierto que cuando apoyan tus ideas o proyectos te sientes bien, pero también lo que es que cuando todo el mundo está de acuerdo te quedas insatisfecho, ¿por qué?

El sentirte satisfecho es evidente porque encuentras aceptación entre  las personas, pero cuando nadie alza la voz y no se aportan ideas nuevas o contrarias la preocupación se alberga dentro de ti, ¿por qué? Pues por la simple razón de que sientes de que no estás llegando a la gente, de que ésta puede tener miedo, de que nos has logrado que expresen totalmente lo que llevan dentro y de que no puedan aportar más riqueza al grupo.

La riqueza de uno crece en la medida en que es apoyada y contrastada por los demás. Los acuerdos te ayudan a sentirte seguro, y los desacuerdos a profundizar, aclarar, informarse mejor, profundizar y contrastar. Siempre me ha dado el coraje de los que nos callamos y no clarificamos las cosas por miedo. Nos hacen andar a oscuras y hacemos andar a los demás en la misma situación. ¿Miedo, inseguridad? Quien sabe. Pero deberíamos saber que en la diferencia está el gusto,

16/5/11

Discusiones



"En toda discusión 
no es una tesis lo que se defiende, 
sino a uno mismo" 

(Paul Valéry)


Una de las cosas más difíciles que nos podemos encontrar, tanto a nivel laboral como a nivel de relaciones familiares o sociales, es la comunicación. Es muchos programas de televisión podemos ver discusiones en lo que prevalece es "ganar" y no tanto el que queden las cosas claras para los demás. Parece que está en juego nuestra vida, nuestra personalidad, nuestras creencias.

Toma, por ejemplo, discusiones que podemos tener en casa o en el trabajo. ¿Cuál fue la ultima que tuviste? ¿Cuál fue la razón o motivo de la discusión? ¿Qué sucede si el otro tiene razón? ¿Lo reconocemos fácilmente? ¿Nos defendemos a capa y a espada aunque no tengamos razón o argumentos? ¿Nos acaloramos? ¿Nos sentimos bien si alguien discrepa o no está de acuerdo con nuestra manera de pensar? En definitiva, ¿qué hay en juego detrás de una discusión?

Hay algo realmente notorio e importante en las reuniones o conversaciones en las que podemos participar: la capacidad de discrepar, de no estar de acuerdo. ¿Somos capaces de hacerlo? ¿Nos sentimos cohibidos? ¿Nos da miedo?

Discrepar es algo importante, pone en tela de juicio lo que creemos y pensamos. Podemos ver de un momento a otro como nuestros argumentos se vienen abajo y con ellos muchas de las actitudes que mantenemos en la vida. Discrepar, ¿crea en nosotros inseguridad? ¿pasa algo si estamos equivocados?

A veces preferimos caminar por el camino equivocado en vez de cuestionarnos, profundizar, abrirnos a otras mentalidades y dejar que nueva información entre en nuestras vidas. Los que nos cuestionan y los que cuestionamos no dejan ni dejamos de ser incómodos para otros, pero tenemos que vivir en congruencia con nosotros mismos y al mismo tiempo abiertos a la verdad de la vida, verdad que puede darse de muchas manera pero, ¿por qué cerrarse a encontrarla? Tenemos que ser más libres. Defendamos más la verdad que nuestras emociones o, incluso, a nosotros mismos,

13/5/11

Desprenderse de las cargas



¿Te has sentido cohibido en alguna ocasión? Hay situaciones que nos retraen por una u otras causas. Son situaciones en las que como mecanismo de defensa y de inseguridad preferimos mejor prevenir que lamentar. Pero por otro lado vemos muchas veces como hay personas que desafían dichas situaciones, mantienen la seguridad en ellos mismos y buscan los resultados que tienen en mente. Hay un control emocional fuertemente desarrollado y que hace que no se pierda el norte ni el sentido de la vida.

Alguien comentaba en una ocasión que antes de llegar a casa se paraba en la puerta y contemplaba tranquilamente el árbol que había delante de la puerta. Cuando alguien le preguntó porque tenía este tipo de ritual la persona en cuestión le comentaba que, por lo general, a lo largo del día uno va acumulando tensiones, frustraciones y todo tipo de situaciones estresantes en el medio en el que vive, se desarrolla y trabaja. Cuando llegaba a la puerta de casa, durante un par de minutos tomaba conciencia de todas esas tensiones y las dejaba imaginariamente colgadas del árbol. Cuando entraba por la puerta de casa lo hacía sin toda la carga emocional que traía acumulada.

Las cargas emocionales, los prejuicios, los complejos, las ideas que elaboramos dentro de nosotros mismos pueden condicionarnos negativamente a la hora de afrontar un trabajo o de relacionarnos con los demás. Nada mejor que afrontar las situaciones y las personas con nuestro ser real, con lo que realmente somos como personas. 


11/5/11

Creciendo en el perdón



¿Tiene algo que ver el perdón con el crecimiento personal? ¿Quién sale ganando el que perdona o el que es perdonado? ¿Es necesario perdonar?

En primer lugar creo que el perdón es la puerta para la propia felicidad de la persona. Tu y yo nos hemos sentido ofendidos en alguna ocasión. Ha habido sentimientos que se han apoderado de nosotros. Sentimientos de ser atacados, humillados, dejados de lado o de no ser tenidos en cuenta. Son sentimientos que borran la sonrisa de nuestra boca, que llenan nuestras mentes de ideas y actitudes negativas, que bloquean nuestra libertad para ser nosotros mismos en las circunstancias que nos tocan vivir. El que perdona experimenta como deja al lado una gran carga emocional y experimenta vida en si misma. Creo que el gozo del perdón, en este sentido, es más grande e importante en el que perdona que en el que es perdonado.

Es por ello que el perdón es una necesidad vital en la persona, tan vital como puede ser la de comer y beber. Sin perdón, como acabo de reflexionar, no hay vida ni alegría dentro de la persona. Y necesitamos de ellas para vivir y sentirnos nosotros mismos. ¿Te das cuenta de lo que eres capaz de hacer en la vida cuando no eres preso del rencor, de la ira, del odio y de otros sentimientos con ellos?

Apostamos por la vida, por la alegría, por la creatividad, por el amor y por la energía que esa libertad produce en cada uno de nosotros. Quien no perdona, no crece y quien no crece, se queda estancado en la vida y quien se estanca enturbia totalmente su vida. Es por ello que en el perdón, y aunque sea egoísta decirlo, hay que pensar más en uno mismo que en aquél que es perdonado. Mi vida es importante, y cuando yo permito que los demás y sus vidas manejen mis sentimientos, estoy hipotecando mi vida ya que me centro en el otro y no en mí, le doy más importancia al ofensor que a mi propia vida.

Apostemos, pues, por la vida, que conlleva crecer en el perdón.

Otros puntos de partida



Hoy recibía un correo en el que se nos pedía que felicitáramos, una vez más, a un compañero por un nuevo éxito cosechado en su trabajo. En los tiempos que corren, sobre todo en el mundo de las ventas, cosechar éxitos cuando a los demás les cuesta encontrar salidas a sus negocios nos invita no sólo a felicitar a aquellos que de forma honrada triunfan sino a algo mucho más interesante, el preguntarnos sobre el cómo lo hacen.

Es cierto que muchos arrojan la toalla ante situaciones en las que no ven salida. Pueden llegar a pensar que son gafes o que el mundo les ha vuelto las espaldas o que incluso el maleficio es parte de la situación económica que vivimos o de las circunstancias personales que nos ha tocado vivir en los diferentes nivel de nuestras vida. Pero no, uno de los síntomas de la madurez es la de sentirnos responsables de nuestro propio destino y de los resultados que podemos obtener. Tan solo una pregunta tenemos que hacernos: ¿qué hacen los demás que triunfan que nosotros no hacemos?

Podemos encontrarnos, si somos sinceros, muchas respuestas: dedicarle tiempo a lo que hacemos, conocer el producto, creer en él, comunicarnos con el cuerpo, tener una actitud de dialogo, hacer que que todos ganen y otras tantas cosas que posiblemente no cabrían en esta reflexión. 

Lo importante es fijarnos, prestar atención, dedicar un tiempo a observar a las personas que si lo consiguen, sea a nivel laboral, como a nivel social o a nivel de relaciones interpersonales. Hay personas que marcan con sus triunfos o éxitos una pautas, ¿cuáles son? Ese es el trabajo personal que tiene que realizar cada uno. Es ahí donde aflorarán ciertas carencias que tenemos y que hacen que nosotros, y no los demás, seamos los responsables directos de nuestros éxitos o fracasos.

10/5/11

La dificultad, ¿qué es?



Veía yo hoy un vídeo de Alison Lapper, que pongo hoy en el blogg de presentaciones que me hace pensar una vez más en el sentido que le damos a las dificultades que nos encontramos en la vida. Hay quien se queda paralizado y hay quien es capaz de hacer algo que puede llegar a sorprender a todo el mundo. La voluntad, el sentido que cada uno tenga de la propia vida, y la actitud, que es fruto de ambas, es lo que determina todo lo que viene después y como lo desarrollamos.

Después de ver el vídeo de Alison o de muchas otras personas podemos sentir una gran admiración hacia ellas, pero lo más importante es lo que la actitud de los demás aporta a cada una de nuestras vidas.

¿Qué hay en mi vida que que hace que me sienta un inútil? ¿Es ese aspecto que me paraliza el único que tiene fuerza dentro de mí? Si hay alguien que no tiene el sentido de la vista, o que no tiene piernas, o que le faltan los brazos,o que es sordo o mudo por lo general nos dejan ver que pueden hacer otras cosas que marquen una gran diferencia. ¿Dónde estriba la diferencia?

Yo no soy unas piernas o unos brazos, yo soy yo y lo que llevo dentro de mí. Yo soy lo que libremente decido ser en medio de las circunstancias. Y lo que marca la diferencia, además del sentido de la vida, la voluntad y la actitud es el punto de mira.

Si mi punto de mira es el defecto, ahí quedaré estancado, el defecto me paralizará. Si mi punto de mira es lo que es útil en mí, aprovecharé lo útil para darle un mayor sentido y valor a mi vida. La autoestíma es radicalmente importante, porque no son las limitaciones lo que me definen sino el ser yo y lo que me acompaña dentro de mí.

Desde aquí un brindis por todos aquellos que son enseñan a salvar las dificultades.

9/5/11

El común denominador



¿Has oído en alguna ocasión a gente decir que "siempre me pasa lo mismo", "nunca tengo suerte", "siempre me vacilan" y una larga letanía de quejas que al fin y al cabo dan a entender que uno no está satisfecho con lo que le pasa en la vida? Tendemos, incluso, por lo general a culpar a los demás de nuestros problemas y de nuestras malas suertes. Pero rara vez nos ponemos a analizar cual es el común denominador de nuestros problemas.

Muchas veces somos reiterativos en nuestros comportamientos. Nos rodeamos del mismo tipo de gente, metemos en nuestra cabeza el mismo tipo de mensajes. Ponemos los mismos tipos de disculpas. Utilizamos el mismo tipo de herramientas, por lo cual no es de extrañar que obtengamos el mismo tipo de resultados.

Podemos decir que "nuestra" manera de hacer las cosas o "nuestra" intención es la mejor del mundo, pero lo cierto es que de nuestra manera de proceder y de nuestras intenciones se dan resultados que no son exactamente los que queremos. Lo peor de todo es la rigidez mental que tenemos creyendo que estamos en la posesión de la verdad y no cuestionándonos en absoluto a nosotros mismos.

Cuando repetidas veces, consciente o inconscientemente, nuestros procedimientos siguen la misma línea, lo lógico y normal es que el fallo puede estar dentro de nosotros y no en los demás. ¿Has pensado alguna vez en el denominador común de todo aquello por lo que te quejas? Podemos mirar hacia fuera, pero seguro que si miramos dentro de nosotros mismos la riqueza será mayor.

6/5/11

¿Caos? Algo querrá decir



Alguien mencionaba en un comentario hecho que el caos si, pero en pequeñas dosis. La verdad es que cuando viene en grandes dosis, ¿qué sentimos? Tal vez nos veamos inmersos en un mundo que nos queda muy grande y nos veamos medio perdidos y desorientados. Pero bueno, esa es la realidad y con ella creo que hay algo más, sobre todo cuando el caos es de gran medida. Tal vez dos actitudes creo que sean las principales: una la de guardar silencio y la segunda dar pasos después de haber escuchado al silencio.

Lo de guardar silencio me parece importante, porque por lo general solemos escuchar poco. Ni escuchamos a la vida, ni a nosotros mismos ni a las personas que nos rodean. Tal vez sea más fácil quejarse y culpar a la vida y a los demás de todas las desgracias que nos ocurren. Pero lo difícil y, ¿por qué será que nos cuesta pensar?, es precisamente escuchar y pensar lo que nuestro propio caos quiere decirnos. Fíjate que muchas veces lo que para mi es un caos, para otros no lo es.

¿Qué dice cada situación sobre mi mismo? ¿A que se me invita en cada situación que parece caótica en mi vida? ¿Qué puedo aprender, no ya de los demás, sino de mi mismo? Silencio, escuchar a la vida, apreciar lo que no entiendo, valorarlo, dejar prejuicios y sentimientos, permitir que las situaciones hablen y me ayuden a conocerme más a mi mismo.

Yo creo que dentro del caos la vida tiene sentido, simplemente hay que buscárselo y dárselo. A veces no es lo que puede parecer, sino lo que simplemente es. Lo que pasa es que mezclamos situaciones, sentimientos, necesidades, creencias y valores. Lo juntamos y le damos mil y una interpretaciones, cuando a veces la realidad es mucho más simple que las interpretaciones que podamos darle. Tenemos que aprender a escuchar.

5/5/11

Caos, una parte más de la vida.




¿Vivir en el orden o en el caos? Hay quien es capaz de vivir en ambos sitios y hay que se muere dentro del orden o dentro del caos. Hay personas  para todo. Pero, ¿Qué representan caos y orden en nuestras vidas? ¿Qué hace que éstas situaciones nos llenen de energía positiva o negativa? Todo es cuestión de entrar dentro de nosotros mismos y darnos cuenta de lo que experimentamos dentro de nosotros.

Cuando hay caos, por lo general, nos sentimos con una falta de control sobre las situaciones. Ello puede ponernos en evidencia, ¿Quienes somos nosotros cuando no somos dueños de la situación?

La falta de control nos sumerge en la incertidumbre, en la inseguridad y en la desconfianza. No sabemos ni a donde vamos, ni lo que nos espera. Dudas y miedos afloran en nosotros.

La duda y el miedo nos llevan al estrés. Éste nos lleva a la ansiedad y ésta a perder los papeles que generalmente desarrollos con tranquilidad en la vida. Es decir, dejamos de ser nosotros mismos.

La vida es caos, cambio, movimiento. Lo vemos constantemente alrededor: huracanes, inundaciones, terremotos, sunamis, etc. Caos y la vida sigue. Alguien llegó a decir que el caos es un orden que todavía no conocemos.

Pero para quien acepta y vive el caos, ¿Tiene éste algún sentido? Tal vez si. ¿Has visto bajar por aguas salvajes a deportistas con sus embarcaciones y con sus cascos puestos? Sachan solo un ejemplo de lo que puede ser vivir sin controlar las situaciones: una llamada a dejar salir de nosotros la destreza, la cualidad, los recursos. Es el juego de la vida, el de saber moverse en las aguas turbulentas.

Caos, una parte más de la vida.

4/5/11

Disciplina: ¿Carga o liberación?



¿Cómo ando de disciplina? ¿Soy fiel a mis planes y proyectos? ¿Reniego de lo que me exijo día a día o me siento satisfecho? La disciplina es un valor que no creo que dudemos de él, pero muchas veces se da el hecho de que la disciplina nos hace sentirnos agobiados y la mirada se nos va, por momentos, hacia situaciones en las que nos gustaría sentirnos liberados de las pautas que nosotros mismos nos marcamos.

La disciplina para entenderla y valorarla tiene que estar íntimamente unida y relacionada con las metas y objetivos que nos proponemos y deseamos alcanzar en la vida. Puede ocurrir que nos valoremos suficientemente esas ilusiones, bien porque sean impuestas, bien porque las asumimos socialmente sin hacerlo plenamente de forma individual.

Cuando el sentimiento de lo que queremos permanece en el horizonte de nuestra mente, los pasos y los esfuerzos que tenemos que dar cada día tienen más sentido y son mucho más llevaderos, es más se sienten como una fuerza que nos libera y que nos hace crecer como personas en sí.

De todas formas siempre cabe una pregunta, ¿hay disciplina en nuestra vida? ¿la necesito? ¿cuáles son los ejercicios de disciplina a los que me someto constantemente? Porque a lo mejor la disciplina no tiene una presencia tan significativa en nuestra vida, y tal vez ello es que no nos hemos propuesto metas realmente significativas.

3/5/11

Nunca te acostarás



Aunque somos conscientes del dicho de que nunca te acostarás sin saber una cosa más no estaría mal ser conscientes de ello cada día. Más que nada se me antoja decirlo porque la fuerza de la rutina nos lleva a dejar pasar por alto en nuestro día a día la cantidad de detalles que pueden hacer de la vida algo mucho más agradable.

Por otra parte el tomar conciencia de lo que uno es capaz de aprender cada día aumenta la sensibilidad de cada uno de nosotros hacia la misma vida y hacia lo que los demás pueden ofrecernos, simplemente por estar ahí, al estar a nuestro lado en la vida. Aprendemos de la vida de los demás y nos dejamos sorprender por lo que los demás realmente son y aportan a la vida.

Tan sólo un pequeño ejercicio. ¿Que y cuántas cosas y de quien he aprendido en la última semana de mi vida? Si el contacto con mis seres queridos, no me enriquece, posiblemente no estoy regando una hermosa planta con la que convivo. Si mis compañeros de trabajo no me enriquecen cada día, el trabajo tal vez se está convirtiendo en una carga y en algo posiblemente tedioso en el que no puedo expresar lo mejor que hay en mí.

¿Qué he aprendido hoy de la vida y de los demás? ¿Lo he sabido agradecer?

2/5/11

Nosotros



Puedo apreciar lo que soy y valorarme por lo que llevo dentro de mí. También puedo valorar a la persona que vive, trabaja o camina conmigo en la vida. Puedo admirar sus talentos, su forma de ser, su visión de la vida. Hay una experiencia que va mucho más allá de mi mismo y de la persona que elija para lo que crea conveniente, es la experiencia del nosotros, de la unión, del equipo. Es el sentido de pertenencia y al mismo tiempo de simbiosis de lo que llegamos a ser cuando formamos parte de algo o de alguien. Sería interesante sentarse a apreciar lo que uno es y llega a ser cuando forma parte de un equipo, de uno nosotros.

Una nota musical pierde mucho valor cuando se pierde ella sola en el aire. Alcanza un poco más de valor cuando se junta con otra y es inmesurable cuando se junta con varias y forman una sinfonía o una canción. Nos transportan, nos elevan y hacen que todos nuestros sentimientos saquen lo mejor de nosotros.

Al igual que las notas musicales podemos observar que los grandes jugadores de fútbol brillan cuando hay un equipo que los apoyan y que junto con él crean, elaboran y forman parte de sus grandes jugadas y goles, o de sus grandes defensas.

Como individuos somos realmente grandes, pero al mismo tiempo somos como una gota de agua en el mar, o como un pequeño grano de arena en el desierto. En conjunto alcanzamos una belleza que difícilmente se podría por sí sólo. Apuesto que detrás de los grandes nombres de la historia se esconden grandes equipos de personas.

Verse a si mismo dentro de un equipo, de una familia, de un grupo en el que uno enriquece y se deja enriquecer nos ayuda a sentirnos valiosos y a sentir a los demás como tal. Todos, de una manera u otra, aportamos a la vida, a nuestra vida diaria grandes dosis de valores que cuando se juntan se multiplican sin que muchas veces seamos conscientes de ello. Y es algo de lo que tenemos que ser conscientes para valorar y para saber agradecer a los demás, a todos aquellos con los que de una u otra manera tenemos un sentido de pertenencia.