11/5/11

Otros puntos de partida



Hoy recibía un correo en el que se nos pedía que felicitáramos, una vez más, a un compañero por un nuevo éxito cosechado en su trabajo. En los tiempos que corren, sobre todo en el mundo de las ventas, cosechar éxitos cuando a los demás les cuesta encontrar salidas a sus negocios nos invita no sólo a felicitar a aquellos que de forma honrada triunfan sino a algo mucho más interesante, el preguntarnos sobre el cómo lo hacen.

Es cierto que muchos arrojan la toalla ante situaciones en las que no ven salida. Pueden llegar a pensar que son gafes o que el mundo les ha vuelto las espaldas o que incluso el maleficio es parte de la situación económica que vivimos o de las circunstancias personales que nos ha tocado vivir en los diferentes nivel de nuestras vida. Pero no, uno de los síntomas de la madurez es la de sentirnos responsables de nuestro propio destino y de los resultados que podemos obtener. Tan solo una pregunta tenemos que hacernos: ¿qué hacen los demás que triunfan que nosotros no hacemos?

Podemos encontrarnos, si somos sinceros, muchas respuestas: dedicarle tiempo a lo que hacemos, conocer el producto, creer en él, comunicarnos con el cuerpo, tener una actitud de dialogo, hacer que que todos ganen y otras tantas cosas que posiblemente no cabrían en esta reflexión. 

Lo importante es fijarnos, prestar atención, dedicar un tiempo a observar a las personas que si lo consiguen, sea a nivel laboral, como a nivel social o a nivel de relaciones interpersonales. Hay personas que marcan con sus triunfos o éxitos una pautas, ¿cuáles son? Ese es el trabajo personal que tiene que realizar cada uno. Es ahí donde aflorarán ciertas carencias que tenemos y que hacen que nosotros, y no los demás, seamos los responsables directos de nuestros éxitos o fracasos.

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