25/11/09

15. Autocontrol


Viento impetuoso que arrastra
y que lleva todo lo que por delante hay;
temblores de tierra que dejan todo
destruido y desolado:
vacío y soledad;
derrota y frustración.
¡Ohhh, calma y control!
Ven y dame, una vez más,
la vida
desde la que pueda gozar.

No resulta fácil muchas veces el conrtrolarse ante ciertas situaciones. En ocasiones ves que cuando las cosas no están saliendo como uno quiere se pierden los nervios y reaccionas de forma violenta. Lo vemos en el futbol cuando se experimenta la sensación de no saber encajar un resultado adverso: a nivel de jugadores podemos ver desde aquellos que arrojan la toalla y se dan por vencidos, a otros que comienzan a dar patadas absurdas que acaban con expulsiones, tanganas y cierto nivel de agresividad.
Lo podemos ver también dentro de las realciones de trabajo. ¿Cuántos conflictos no surgen a raiz de la presión que se puede ejercer desde arriba, desde la que obtenemos de compañeros o desde actitudes que podemos observar en clientes o gente que viene a veces con actitudes negativas hacia nosotros?
La violencia de genero que tan de actualidad está y que hasta los jovenes ven como algo tan natural, puede ser otra muestra de una sociadad que le cuesta controlar los sentimientos. Por una parte se han ensalzado los sentimientos como algo bueno y noble, pero por otra hemos constatado de que nuestras reacciones no siempre son las adecuadas y no siempre son portadoras de beneficios hacia uno mismo u hacia otros.
Controlar los sentimientos es importante:
No hace ser dueños de nuestra vida. Nos hace libres. No somo esclavos de situaciones en las que actuamos de formas primarias y sin capacidad de dominar tanto lo interno que hay en nosotros como el ambiente externo que nos rodea.
Controlar los sentimientos también es importante porque nos permite pensar, nos permite ver las situaciones de manera más objetiva, de manera más amplia e incluso con una visión más postiva.

Controlar los sentimientos nos ayuda a seguir en el juego, en la actividad, en la relación, en el camino hacia la meta. Nos permite creer en nosotros mismos, en nuestro estilo de vida, en nuestra manera de actuar aunque en un momento determinado no se obtengan resultados. La vida es camino a largo plazo. Nuestras metas no pueden ser tan solo a corto y controlar las situaciones; saber esperar tienen su premio al final.
Y es por ello que antes de lanzar la piedra, antes de perder el control, antes de manifestar mis situaciones de forma que me hagan daño a mi o a otros podría tener ciertos gestos que me ayuden a "esperar". Hay quien dice de contar hasta diez, hay quien decide subir y bajar las escaleras de forma pausada un par de veces, hay quien mira hacia el mar o hacia la montaña, los hay que se cuentan un par de chistes; dicen que es bueno, crea optimismo, alegria y con ello una visión diferente de lo que uno podía ver hasta el momento.
Y si al final, lo que te sucede no lo puedes cambiar, ¿para que sufrir? ¿para que hacerte o hacer daño? Vive con alegría el momento. Recordaré siempre la muerte de mi padre como la de alguien que supo morir y aceptar la realidad, aceptándolo, sonriendo, cantando, bromeando con las enfermeras, pidiendo sus chocolates con churros; pero sobre todo dando tranquilidad a los que estabamos a su alrededor.
El dia que me despedí de él, horas antes de su muerte, nos dimos un abrazo. Fue un abrazo muy especial, pero que muy especial. El sabía que el partido se terminaba, era consciente de que perdía; pero no: El ganó la partida: el de la vida.
Al fin y al cabo controlar no resulta fácil pero ganamos mayor calida de vida y a la larga conseguimos una mayor tranquilidad, una calidad de vida y una mejor relcación con uno mismo y con los demás.

Un libro: Daniel Goleman. Inteligencia Emocional
Una Canción: Jose Luis Perales. No resulta fácil

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