La realidad.
todos los días entablamos bellas batallas entre lo que nos gusta y lo que detestamos, entre lo que queremos y lo que rechazamos. Batallas entre el amor y el odio, entre la paz y la guerra. Es una guerra que viene desde lo más antiguo de la civilización.
Ya en su día puse aquí la historia del viejo indio que hoy vuelvo a plasmar:
Una noche un anciano indio Cherokee le contó a su nieto la historia de una batalla que tiene lugar en el interior de cada persona. Le dijo: “Dentro de cada uno de nosotros hay una dura batalla entre dos lobos. Uno de ellos es un lobo malvado, violento, lleno de ira y agresividad. El otro es todo bondad, amor, alegría y compasión”. El nieto se quedó unos minutos pensando sobre lo que le había contado su abuelo y finalmente le preguntó: “Dime abuelo, ¿cuál de los dos lobos ganará?”.Y el anciano indio respondió: “Aquél al que tu alimentes”
Me temo que la mayor parte de las veces optamos por alimentar la parte negativa. Lo hacemos de forma inconsciente, pero lo hacemos. Ello nos lleva a mantener una actitud negativa en nuestra vida que es muy difícil de cambiar. Ya lo decía Einstein:
En realidad es triste, es triste que no solamente los prejuicios se instalen en nuestra mente y sean difíciles de desinstalar. Son dañinos como ellos solos y condicionan nuestra vida para mal. Nos impiden crecer y avanzar. Lo peor de todo es que buscamos una y otra vez todas las pruebas habidas y por haber para confirmar la negatividad de nuestras ideas. Y si no las encontramos, las seguimos buscando.
El cambio.
¿Es posible cambiar las ideas y los prejuicios que nos impiden vivir y crecer con normalidad como personas? Lo es. ¿Cómo? Creo que hay dos pasos fundamentales.
- Tomar consciencia de nuestra forma de pensar y tener la valentía de darle un margen de error. El fundamentalismo y la excesiva seguridad siempre pueden cerrarnos a la verdad como tal. ¿Cuántas veces a lo largo del tiempo nos hemos dado cuenta de que estábamos equivocados? El margen de duda y el ser conscientes del daño que nos provoca enfocarnos siempre en lo negativo de la vida y de los demás es el principio del cambio. No hay cambio si no hay consciencia de la realidad y de la necesidad en nuestra vida.
- El otro paso es consecuencia del primero y no es fácil. Es comenzar a pensar de manera diferente. Hay usos y costumbres que nos invitan a ello. "Antes de entrar, dejen salir" Hay que dejar salir nuestras ideas para que puedan entrar otras. Pero hoy me gustaría decir casi lo contrario. Tenemos que llenarnos de ideas nuevas y positivas para restarle importancia a las negativas. ¿Qué gano yo luchando contra las negativas? Tenerlas presente. ¿Qué gano yo potenciando las positivas? Dejar que se instalen en mi. Así como si de un mantra se tratara hay que estar repitiéndose una y otra vez las ideas y mensajes positivos que queremos darnos. ¿Cuál es la mejor manera? Comenzar a escribir en un papel las muchas ideas positivas y tenerlas a la vista. ¿Estamos leyendo un libro? Pues que haya un papel con un mensaje positivo que nos lo recuerde. ¿Qué vamos por la calle? Podemos echar mano de la cartera y leer y tener presente el mensaje positivo. ¿Qué nos levantamos por la mañana? Pues elegir la frase del día que nos ayudará a vivir cada circunstancia de forma positiva.
- La vida está llena de situaciones positivas que los mensajes negativos nos impiden ver. En esos momentos siempre podemos preguntarnos. ¿hay "algo, algo" de positivo en ello. Es cuestión de buscarlo porque aparecerá.