22/2/16

En medio de la incertidumbre.


Un campesino, que luchaba con muchas dificultades, poseía algunos caballos para que lo ayudaran en los trabajos de su pequeña hacienda. 

Un día, su capataz le trajo la noticia de que uno de los caballos había caído en un viejo pozo abandonado. El pozo era muy profundo y sería extremadamente difícil sacar el caballo de allí. 

El campesino fue rápidamente hasta el lugar del accidente, y evaluó la situación, asegurándose que el animal no se había lastimado. Pero, por la dificultad y el alto precio para sacarlo del fondo del pozo, creyó que no valía la pena invertir en la operación de rescate. 

Tomó, entonces, la difícil decisión: Determinó que el capataz sacrificase al animal tirando tierra en el pozo hasta enterrarlo, allí mismo. Y así se hizo. 

Los empleados, comandados por el capataz, comenzaron a lanzar tierra adentro del pozo de forma de cubrir al caballo. 

Pero, a medida que la tierra caía en el animal este la sacudía y se iba acumulando en el fondo, posibilitando al caballo para ir subiendo. Los hombres se dieron cuenta que el caballo no se dejaba enterrar, sino al contrario, estaba subiendo hasta que finalmente, consiguió salir! 

Si estás "allá abajo", sintiéndote poco valorado, y los otros lanzan sobre ti la tierra de la incomprensión, la falta de oportunidad y de apoyo, recuerda el caballo de esta historia. No aceptes la tierra que tiraron sobre ti, sacúdela y sube sobre ella. Y cuanto más tiren, más irás subiendo, subiendo, subiendo... 

Lo importante es levantarse si es que se ha caído, siempre valemos lo mismo para Dios y ninguna persona nos puede quitar ese valor.


  • No podemos saber el alcance de lo que sucede al momento. Muchas veces lo entenderemos con el paso del tiempo. Ejemplos claros los podemos tener en nuestra vida cuando miramos hacia atrás y nos damos cuenta de todo lo que nos ha reportado la vida a través de experiencias que hemos vivido después de una situación traumática y que no hubieran sido posible sino esa experiencia no hubiera ocurrido. Una especia del refrán "no hay mal que por bien no venga", pero mirado desde la perspectiva de lo que ya nos ha pasado.
  • Cada resultado ofrece más posibilidades futuras. Si somos conscientes de que todo pasa y de que todo cambia y que nosotros estamos dentro de ese proceso, la idea del cambio que tenemos que vivir no nos aterrará tanto. Sabemos que la vida evoluciona y cambia, y que nosotros también lo hacemos con ella. Con esta mentalidad siempre estaremos abiertos a acoger todo aquello que pueda venir a nuestras vidas. La apertura significa dos valores muy importantes:
  • Adaptación. Saber adaptarnos a las circunstancias requiere saber adoptar flexibilidad en nuestra vida y vivir lo que hay sin estar quejándonos de lo que hubo y ya no está o no existe. Asumir las nuevas situaciones nos lleva a vivir con tranquilidad dentro de ellas y, al mismo, tiempo no estar bloqueados para aportar en dichas situaciones nuestra propia identidad y nuestros propios valores que en ella puedan encajar. 
  • Aprender de cada situación. No todo lo que viene con el cambio es malo. Podemos aprender de personas, de culturas diferentes, de ambientes distintos. La vida es riqueza pura y dura. Si nos encerramos en nuestras propias experiencias no tendremos acceso a lo que podemos aprender fuera de nosotros mismos. Aprender no sólo nos dará conocimiento sino que hará que desarrollemos nuestros potenciales mucho más.


  • En la incertidumbre se potencia la creatividad. Si realmente no nos dejamos llevar por el desánimo o la frustración buscamos las salidas posibles. Todo proceso de flexibilidad, de adaptación y de cambio nos llevan a tener una actitud mucho más creativa. Tal vez será por la necesidad de sobrevivir. Pero entre los que se ponen nerviosos para salir vivos de una emergencia y los que rápidamente reflexionan sobre las mejores opciones es más fácil que se salve el que piensa y reflexiona que aquél que se deja llevar por el miedo y el pánico, que como hemos visto muchas veces en la vida causa más desastres que soluciones. A veces la seguridad de lo que ya tenemos nos hace dormir en los laureles y hacer que no demos todo lo que podamos dar de nosotros mismos. La incertidumbre es una manera de prestar más atención y desarrollar mejor nuestro trabajo. Una pregunta, ¿quién suele comprometerse más con su trabajo, alguien que lo tiene asegurado de por vida, o alguien que día a día tiene que ganárselo? ¿Notas en ellos diferentes actitudes? Tu mismo tienes la respuesta.


  • En lugar de tratar de controlarlo todo, es mejor estar dispuestos a esperar lo inesperado. Tal vez el control de todo nos da seguridad, y vivimos en ella de forma más tranquila. Pero ¿es el control de todo lo que más nos ayuda? No lo se. Por tendencia natural tendemos a controlar todo, trabajo, personas, ideas. Es como si el control nos diera más seguridad en nosotros mismos cuando en realidad nos permite ver inseguridad al tener miedo de enfrentarnos a lo nuevo, a lo no conocido a lo inesperado. Una lucha que se da dentro de nosotros. Una lucha entre el ser y el no ser nosotros mismos en relación a lo que podemos controlar. Dentro de la mentalidad hebrea se decía cuando Adan y Eva fueron creados pusieron nombre a los animales. Ello le daba control y poder sobre ellos. Es por ello que ¿realmente somos en base a lo que controlamos en la vida?






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