12/11/15

Complementariedad.


Hay
un tiempo para nacer,
y un tiempo para morir;
un tiempo para plantar,
y un tiempo para cosechar;
un tiempo para matar,
y un tiempo para sanar;
un tiempo para destruir,
y un tiempo para construir;
un tiempo para llorar,
y un tiempo para reír;
un tiempo para estar de luto,
y un tiempo para saltar de gusto;
un tiempo para esparcir piedras,
y un tiempo para recogerlas;
un tiempo para abrazarse,
y un tiempo para despedirse;
un tiempo para intentar,
y un tiempo para desistir;
un tiempo para guardar,
y un tiempo para desechar;
un tiempo para rasgar,
y un tiempo para coser;
un tiempo para callar,
y un tiempo para hablar;
un tiempo para amar,
y un tiempo para odiar;
un tiempo para la guerra,
y un tiempo para la paz.

Hay situaciones que disfrutamos y situaciones que nos molestan, pero la vida es así, todo un sistema de aparentes contradicciones que muchas veces parecemos no entender. Pero todo tiene un sentido tal y como nos lo indica la propia naturaleza, un sistema que funciona desde hace millones de años. Aceptar el sistema de la vida, entender y valorarlo sabiendo lo que cada momento nos aporta es la clave incluso para entendernos a nosotros mismos.



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