Es una de las primeras frases que presentaba mi compañero Primitivo Simón en la formación de ayer. Me llamó la atención porque siempre lo he dicho: Muchas veces pensamos que lo que vendrá es lo que nos hará felices, mientras que la felicidad es e, saber vivir y gozar del aquí y del ahora.
Tener la mente en el pasado o en el futuro hace que nos olvidemos de algo tan importante y fundamental como es el presente. Y hay cantidad de cosas que nos rodean que pueden hacernos feliz, a pesar de que no son las cosas o las circunstancias las que nos hacen felices sino que somos nosotros, con nuestra actitud, la que aportamos felicidad a la vida, a las situaciones y a las circunstancias que vivimos.
Sí, como dice el refrán: Al mal tiempo, buena cara. Es cuestión de actitud lo que hace que una situación aparentemente negativa se convierta en positiva. Es cuestión de actitud lo que hace posible que de una dificultad podamos ver un reto o una oportunidad. ¿No dicen que "a río revuelto, ganancia de pescadores"?
En medio de la oscuridad, de la tempestad, de las crisis hay quien se emerge en forma de luz, de idea, de iniciativa, de nuevo proyecto o de nueva alternativa. Mientras unos agachan la cabeza, otros sacan cuerpo y con el cuerpo actitudes e ideas llenas de vida y de esperanza.
Las mentes que descansan en el pasado o se mantienen expectantes del futuro no hacen otra cosa sino que olvidar la realidad presente cargada de muchas herramientas que nos pueden servir para construir la vida. Y es que hay tiempo para reírse, aun en medio de las situaciones más delicadas. Porque si la sonrisa es capaz de alargar la vida,¿por qué no será capaz de proveernos de grandes experiencias que incluso puedan conllevar dolor?
Vivir el presente, de forma gozosa, sin dejar de esperar aquello que deseamos ver en nuestra vida. Son los pasos los que nos hacen felices. La meta, al fin y al cabo, es el paso final. Y solo dura un instante.
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