Un hombre encontró un capullo de una mariposa y se lo llevó a casa para poder ver a la mariposa cuando saliera del capullo. Un día vio que había un pequeño orificio y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por abrirlo mas grande y poder salir.
El hombre vio que la mariposa forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento. Parecía que se había atascado. Entonces el hombre, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera cortó al lado del agujero para hacerlo más grande y ahí fue que por fin la mariposa pudo salir del capullo.
Sin embargo, al salir la mariposa tenía un cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas. El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba. Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas. Nunca pudo llegar a volar.
Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción de la apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa, para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar. La libertad y el volar solamente podían llegar luego de la lucha. Al privar a la mariposa de la lucha, también le fue privada su salud. Algunas veces las luchas son lo que necesitamos en la vida.
- Evitamos la cultura del esfuerzo. Buscamos lo seguro, lo rápido, lo fácil. Crecer y madurar está lleno de momentos de renuncias, de esfuerzos y de dolores. Situaciones que nos sacan de nuestra zona cómoda de la vida y que nos conducen por la incertidumbre, la inseguridad y los desafíos.
- Desde que salimos del vientre de nuestra madre estamos en una constante lucha, nacemos llorando, crecemos llorando y buscando nuestro sitio en la vida en medio de los muchos "no" que vamos escuchando. Aprendemos a buscarnos la vida llorando, seduciendo y buscando salidas a lo que queremos. Unas veces nos acompaña la sonrisa, otras la frustración, pero entre unas y otras crecemos.
- La vida es un proceso de continuo cambio. Cambian nuestras células, nuestro cuerpo crece, se desarrolla. Cambian también nuestras mentes, nuestras formas de pensar. Para ello pasamos por procesos de enfermedad a las que tenemos que enfrentarnos, muchas veces con éxito, otras no tanto. Y ante los cambios de actitudes y de maneras de ver la vida los vamos afrontando unas veces con miedo y otras con la alegría de sentir que somos "alguien" que aporta algo especial a la vida personal y de aquellos con los que nos relacionamos.
- Todo fluye, cambia, se transforma. Nosotros también. Todo cambio conlleva cierto traumatismo y cierto dolor. Unas veces los vemos como parte del crecimiento de la vida mientras que otras lo vemos como un castigo de ésta. Al fina somos lo que somos porque hemos pasado por procesos que nos hacen crecer.
- Aquel que no crece, no se adapta y el que no se adapta, se muere. Se muere por no cultivarse a si mismo y hace que la vida sea una continua queja. Los que consiguen cambiar, se adaptan y en el proceso de adaptación aprenden, aprender a volar en la vida. Y la vida se convierte en un reto, en una vivencia, en un vergel lleno de oportunidades.
"El Exito en la vida no es por lo que logramos,
sino por los obstáculos que tuvimos que pasar.
Brian Tracy
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