26/7/13

Cuando la realidad nos hace personas



Un día después del trágico accidente ferroviario de Santiago de Compostela hay algo que destaca siempre en cualquier tipo de catástrofe: el reconocer la identidad humana de los demás. Solidaridad, historias de solidaridad, que siempre llevan a pensar más en el otro que uno mismo.
  • Historias de quien nada más producirse el accidente se acerca y sin pensarlo a rescatar a la gente.
  • Historias de personas que no dudan en tomar mantas de sus casas y acercarlas a los heridos.
  • Historias de personas que van directamente a los hospitales a donar su sangre para los accidentados hasta el punto de colapsar los hospitales.
  • Historias de personas que recorrer más de 700km única y exclusivamente a donar su sangre.
  • Historias de un país vecino, Portugal, que no cesa de ofrecer su ayuda.
  • Historias de médicos, bomberos, sanitarios que dejan su tiempo libre para ayudar a los necesitados.
Historias que tan sólo indican una cosa: Por encima de cualquier tipo de ideología, religión, estatus social o nacionalidad prevalece una sola cosa: LA PERSONA HUMANA como tal.

Lástima que tenga que haber situaciones como éstas para demostrarlo. Todos los días nos rodean tragedias humanas y tal vez nuestros corazones están divididos por razas, colores, dinero, ideologías y otras situaciones.

Nunca está demás el valorar todo lo que somos capaces de hacer por los demás cuando la situación es dolorosa. El mundo lo podemos cambiar, tenemos la herramienta: el amor y la capacidad de ver en el otro que sufre la imagen de alguien cercano.

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