El hombre honesto
no teme la luz ni la oscuridad.
Thomas Fuller
No hay cosa que más nos moleste que la luz que nos da directamente a los ojos. ¿Cuántos accidentes de carretera no habrán producido a lo largo de la historia? Pero peor que esa luz nos resulta muchas cosas que pueden revelar nuestra propia intimidad, realidad o personalidad. Por una parte revelan algo que existe en nosotros, por otra parte algo que no somos capaces de asumir y por otra algo que nos hace frágiles ante los demás.
Cuando no nos aceptamos tal y como somos nos duelen que nos digan las verdades, aunque la verdad nunca justifica la manera en como la podemos decir o se nos puede comunicar. Somos humanos, limitados e imperfectos. Asumir lo que somos ya es algo importante, tan importante que no nos cegará ni enfadará cuando alguien o algo nos lo haga ver como parte de nuestra propia realidad.
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