Escuchar es algo más que oír, y diría que escuchar es algo más que interpretar. Lo que se oye no siempre llega al corazón, y lo que se interpreta no siempre coincide con lo que la realidad es. Escuchar de forma activa es llegar a conocer a la persona con la que te comunicas.
La escucha activa permite conocer las necesidades, las inquietudes, los gustos, los deseos y las expectativas de las personas con las que nos relacionamos. La escucha nos lleva más allá de proyectar nuestros gustos y necesidades en la vida de los demás. La escucha no nos lleva a escuchar, a cerciorarnos de lo que oímos coincide con lo que se nos dice.
¿Qué conseguimos con la escucha activa?
- Clima más positivo, más cercano y afable, y de gran confianza que permite abrirse al otro de una manera mucho más confiada.
- Sabemos exactamente lo que quiere decir el otro, lo que pretende, lo que quiere comunicar y lo que realmente demanda en la comunicación.
- Las palabras son algo más que mensajes, sino algo que nos permite conocer mucho más a las personas.
- Aprendemos de quien escuchamos, de su vida, de sus percepciones, de su experiencia, de su personalidad.
- Mostramos que la otra persona realmente nos interesa, y el interés acrecienta el querer conocer a la persona indagando más sobre su persona y lo que nos aporta o de lo que podemos aportar.
- Dejamos de lado muchos malos entendidos que muchas veces nos separan de forma equivocada.
- Conseguimos una mayor colaboración y trabajo de equipo.
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