¿Es posible la paz interior en medio de un mundo lleno de estrés y de grandes retos y confrontaciones? Yo creo que si. Desde mi experiencia hay técnicas que nos ayudan a ello.
- ¿Qué me quita la paz? ¿Por qué me la quita? Este es tal vez el primer paso importante, tomar conciencia de mi aquí y de mi ahora. No es pensando en otras cosas sino en lo que sucede dentro de mi como iré conociendo el camino hacia esa paz. No puedo dejar de pensar que la solución es el problema. La falta de paz revela que es aquello que enturbia mi vida, lo que le da desasosiego. Siendo consciente de ello seré consciente de algo a lo que le temo y me provoca ansiedad.
- Las emociones juegan un papel muy importante y nos hacen reaccionar, muchas veces, de forma automática y no de forma consciente y deliberada. Apartarse emocionalmente de las situaciones que nos quitan la paz, verlas como si fuéramos ajenos a ellas nos ayudará a ser más objetivos, libres e imparciales. Intenta ver los problemas como si fueras totalmente ajeno a ello, como di fueras un observador más de la calle. A mi me ha ayudado el proyectar el problema en una pared e ir alejándome poco a poco de ella.
- Ponerme en el lugar del otro, si es que lo que nos quita la paz es otra persona. ¿Que puede suceder en esa persona para que actúe de esa manera? Las circunstancias hacen que muchas veces nos sintamos atacados por la vida y por los demás cuando esas circunstancias son ajenas a nosotros. Comprenderlas nos ayudan a comprendernos mejor.
- Mantener el equilibrio mental haciendo que en los difíciles momentos de la vida estén siempre visibles para nosotros. Mi objetivo es un valor, y los valores lo sin en los buenos y malos momentos. Los objetivos y valores nos permiten mantener el norte en todo momento, pero para ello nuestros objetivos de la vida y nuestro valores tienen que ser profundos, estar bien basados y arraigados.
- Mantener la confianza y la seguridad en uní mismo, en la misma vida y en Dios. En mi mismo porque tengo y tenemos los recursos suficientes para salir adelante aun con todas las carencias que pueda tener. En la vida porque soy parte de ella, y ella me provee de grandes oportunidades para salir de una situación y entrar en otra. En Dios porque creo en el, es el que da sentido a mu vida y nunca me ha fallado aún a pesar de que puedes ni ver su presencia que debido a nuestra ceguera se convierte en ausencia.
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