Éxito y los demás

Hay algo importante en el éxito:

• Pedir. En el acto de pedir a hay un valor muy importante, el de saber reconocer la necesidad que uno tiene de la vida y de los demás. Hay un dicho, además, que dice que "el que no llora, no mama". Pedir es, por otra parte, un reconocer que en los otros hay una riqueza que puede aportar a nuestras vidas algo importante y que nosotros somos seres humanos que, simplemente, tenemos necesidades.. Es un abrirnos a la realidad de los demás, de reconocerles y de contar con ellos para nuestro proyecto. Siempre me han gustado las personas que desde la sinceridad piden y lo comunican con la mayor de las honestidades. Es una característica de la asertividad que todos estamos llamados a tener.

• Buscar. El que busca es porque no ha llegado a la meta, es el que está en constante evolución, el que no se conforma con lo que hay y que busca lo mejor, la excelencia. Buscar es querer conocer, es apreciar e interesarse por lo que puede estar un poco más allá de lo que comúnmente podemos ver. Buscar es despertar la curiosidad de querer conocer a las personas y a las realidades que viven a nuestro alrededor. Sobre todo hay algo muy importante, buscar da en cierto modo sentido a nuestra vida porque en el buscar no sólo satisfacemos nuestras necesidades sino que buscamos resolver la de los demás y es por ello que nos sentimos útiles y parte de la vida de los demás. Es una manera de amar.

• Intentarlo. Es uno de los pasos más difíciles que tenemos que dar. Atrevernos a dar el paso, iniciar un proceso en nuestra vida, enfrentarnos al error y al nuevo intento que tenemos que dar. Es salir de nuestro espacio de confort y de seguridad para abrir nuevas puertas y nuevos horizontes. Es pasar del mundo de los deseos y de las ideas al mundo real donde dejamos nuestro sello, nuestra huella, para nosotros mismos y para los demás. Es mejor pecar de exceso que no estar arrepintiéndonos toda la vida de los pasos no dados. Dicen que una de las penas más grandes en el lecho de la muerte es, precisamente, esa. La pena de lo que hemos dejado de hacer en nuestra vida a causa de nuestros miedos e inseguridades. Es la acción la que nos hace sentir que estamos vivos y la que vivimos por algo que merece la pena.