Era un programa de televisión, una tertulia concretamente, aunque más que tertulia parecía un dialogo de sordos. Era curioso como antes de acabar de hablar una persona la otra ya le estaba respondiendo. En la vida normal suele ocurrir otro tanto de lo mismo a nivel de relaciones interpersonales donde el dialogo se convierte en un dialogo de sordos.
¿Cuál es el objetivo del dialogo o de la comunicación? ¿Ganar? ¿Tener la razón? ¿Comunicarse simplemente y aprender del otro?
El silencio y la escucha es parte del dialogo. Es el éste espacio donde llegamos a comprender las ideas, las experiencia de los demás, sus propias situaciones. La empatía es, precisamente, eso, el acallar nuestras ideas, nuestros sentimientos, nuestros prejuicios y entrar en el mundo del otro. Más que poner a prueba el discurso del otro lo que más interesa es profundizar, muchas veces con preguntas que muestren el interés por lo que el otro expresa. Tal vez en esa escucha y en ese silencio podamos comprender lo que el otro dice y, al mismo tiempo, preguntando y haciendo que el otro se exprese que se de cuenta, si es que existe alguna, de las posibles contradicciones que pueda haber en él o en uno mismo.
El silencio y la escucha van juntas. Sin ellos es imposible el dialogo. Sin ellos es imposible comprender y enriquecerse de las palabras y experiencias de nuestro interlocutor. Silencio y Escucha es parte de la sabiduría de la comunicación.
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