Una de las cualidades más importantes a la hora de poder conseguir los objetivos que deseamos es la de saber esperar, pero podemos confundirnos un poco a la hora de lo que entendemos por el concepto de "esperar". Lo digo porque a veces esperar consiste en sentarse a ver lo que pasa. Y esta a actitud creo que se encuentra lejos por esa actitud de "expectación" a la que me refiero.
- Preparar el camino. ¿Has estado alguna vez esperando a que llegaran unos amigos o familiares a comer o a cenar a tu casa? ¿Has tenido la experiencia de estar embarazada o de esperar, simplemente un hijo, si es que eres varón? Posiblemente coincidimos en que en una situación u otra esperar es sinónimo de ponerse en camino para que los que vienen a comer se encuentren con algo de comida, de comodidad y puedan sentirse a gusto, o bien que el niño que viene en camino se encuentre con una cuna, con una ropa, con su leche, etc. Las expectativas, cuando son reales, nos mueven a preparar los acontecimientos para que, si se dan, se den en las mejores circunstancias.
- Planificar. Es por ello que decidimos el menú que les vamos a poner o, en el caso del embarazo, vamos eligiendo nombres en el caso de que sean niño o niña. Intentamos saber los gustos de los que vienen a comer e incluso les preguntamos. Nos imaginamos como puede llegar a ser la habitación del niño que viene en camino. Comenzamos, meses antes, a comprar detalles que luego van a ser utilizados. La vida real nos lleva a, si realmente hay interés, preparar las cosas de una forma concienzuda.
- Limitaciones y dificultades. Todo aquello que pueda afectar a una celebración, a un nacimiento o a un proyecto nos preocupa de forma soberana. En nuestra mente le damos vueltas a lo que puede perjudicar al nacimiento de nuestro bebé, a la hospitalidad de nuestros invitados o a cualquier situación ante la cual tenemos expectativas. Lo tenemos en cuenta porque queremos que todo salga bien y no porque tengamos predisposición a una mente negativa. Ser cautos nos lleva a tener en cuenta cualquier cosa que pueda torcer nuestros planes.
- Ilusión. Tal vez sea lo fundamental. Dicen que el ingrediente más importante de una comida es el amor con el que uno la hace. El ingrediente más importante de un proyecto es la ilusión que pones en él y éste se traduce por el tiempo en el que lo tienes en mente, el tiempo que le dedicas a prepararlo y la ilusión que le echas encima. A mayor ilusión, mayor dedicación y más detalles a tener en cuenta.
Nuestra vida y nuestros sueños están abocados a tener en cuenta estos detalles si queremos que se forjen en realidad. ¿no crees?
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