Compartí mesa y mantel con él en un cumpleaños y entre otras cosas hablamos en que tipo de negocios invertir actualmente ante la situación de crisis económica mundial que vivimos. Es el considerado uno de los mejores profesionales frigoristas de la isla y, aún y así y a todo, por no coger el teléfono cuando le llaman le consideran el mejor. Para no coger el teléfono tiene una razón, si coge todas las llamadas que tiene no podría realizar todo el trabajo que hace no de la forma en que lo hace.
El tenía muy claro una cosas, que son momentos difíciles para abrir negocios. La situación es dura. Pero lo que si tenía claro era que iniciaras en lo que te iniciaras fueras el mejor. A mí me venía a la mente la cantidad de personas que muchas veces hemos optado voluntaria y deliberadamente no por ser los mejores, sino por ser más bien del montón. ¿Qué hay que nos cuesta querer ser los mejores?
Ser los mejores requiere formación, información, estar siempre a la última querer ofrecer los servicios que nadie ha querido ofrecer o resolver los problemas que otros no han sabido hacer. Ser los mejores es amar lo que se hace y entrar en una comunión tal con lo que se hace que tu y lo que haces es una extensión de tu propia personalidad.
Ser los mejores, o querer ser los mejores, es no conformarse con lo simple y con la ley del mínimo esfuerzo, es querer ser un auténtico artista en lo que uno hace. Pero, ¿por qué nos cuesta tanto querer superarnos y querer ser los mejores? ¿Será que no creemos en nuestras posibilidades, en nosotros mismos? ¿Evitamos el esfuerzo y el compromiso? ¿Nos conformamos con cualquier cosa?
Algo para pensar, ¿no?
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