Hay una tercera actitud que debe hacernos tomar decisiones sabias: la actitud positiva hacia ha vida y hacia lo que hacemos. Nuestras decisiones y elecciones deben actuar en base a la positividad y no a la negatividad que muchas veces se engendra alrededor de nuestras vidas. Lo digo porque es frecuente encontrarnos con personas que le dan una y mil vueltas a las dudas, a los problemas, a las dificultades que nos podemos encontrar en la vida y que, por ello, siempre encuentran en la vida una disculpa para frenar cualquier tipo de acción que puedan tomar ellos o personas que viven a su alrededor.
Es por ello que entre ser mosca, que siempre anda metida en el estiércol, o ser abaja, que saca la rica y productiva miel, la vida nos invita a ser productivos, a ver el lado positivo de las situaciones y a preguntarnos constantemente no el porqué de lo que nos ha sucedido, que debemos tener siempre en cuenta, sino el que podemos aprender de cada situación. Entre ser moscas que se alimentan de la porquería existente y ser abejas que extraen lo productivo de las flores creo que nuestra actitud debe de quedar bien clara. Estamos llamados a alimentarnos y a aprender de las experiencias de la vida y de las personas que nos rodean o de las que nos han dejado huella en la vida a través de diferentes formas.
Las decisiones que debemos afrontar día tras día serán buenas elecciones si alimentan nuestra vida y alimentan la vida de los demás, si aportan y nos lanzan a vivir en vez de frenarnos y paralizarnos ante las diferentes situaciones. Actitud positiva hacia uno mismo y hacia los demás, cosa que implica el estar abierto a aprender de la vida y de los demás.
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