La constancia es un valor importante a la hora de conseguir objetivos. Hay detalles de los que nos podemos olvidar porque los tenemos asumidos y los vamos dejando un lado sin apenas darnos cuenta y hay detalles que tienen que ser chequeados constantemente porque forman parte de las prioridades y que en el espacio diario tienen que tener una prioridad absoluta.
Una de las cosas que tendrían que tener prioridad absoluta es el establecimiento diario de objetivos, metas o tareas a realizar. Si día a día o semana a semana no vamos trazando, chequeando y asumiendo nuestras tareas caeremos fácilmente en la falta de constancia y perseverancia.
El que la sigue, la consigue, dice el refrán. Y si podemos ayudarnos de una agenda en la que vamos chequeando lo hecho y lo por hacer.
Entre las muchas promesas que nos hacemos y las muchas que dejamos de cumplir tendremos que hacernos la pregunta de en cuántas hemos puesto los medios para poder tener esa constancia, compromiso, fidelidad, actitud positiva para poder conseguir lo que queremos.
Obras son amores y no buenas razones o a Dios rogando y con el mazo dando. Un sin fin de razones que nos invitan a programar, a planificar y a diseñar cada día los pasos a tener en cuenta.
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