5/10/10

Por curiosidad



Nunca es malo pararse por un instante en la vida y hacerse una pequeña pregunta a responder tranquilamente sobre la marcha para ver por donde o como caminamos por la vida en búsqueda de objetivos claros y precisos. Muchas veces me encuentro con gente que dice hacer muchas cosas para lograr los objetivos y cuando le haces esta pregunta, escriben la respuesta y la cotejan se quedan con cierto aire de desencanto, no en cuanto a la pregunta, sino a lo que ellos creían que estaban haciendo en pro de lo que realmente querían conseguir.

La pregunta en cuestión es: ¿Qué hice en el día de ayer? Desde que me levanté hasta que me dormí, ¿qué hice en el día de ayer? Y me refiero a un día normal y corriente.Si somos claros y detallistas habrá una gran lista que podría escribir, porque el día tiene para hacer, y de hecho las hacemos, bastantes cosas. Y si somos detallistas nuestra lista podría ser de 30 a 40 o 50 cosas diferentes: levantarse, lavarse, preparar el desayuno, etc, etc.

Una vez que tengo el gran listado lo leo y coloco y me pregunto cual de todas esas actividades realizadas me ayuda a conseguir las metas que me he propuesto. Las marco, las subrayo, los coloreo o las identifico como quiera, pero una vez identificadas de forma visible de dejarán ver si he hecho algo, poco o mucho en mi camino hacia lo que quiero conseguir a nivel personal, familiar, social, económico, laboral o espiritual que me permitan alcanzar esos objetivos, sueños o metas. Si tengo subrayado poco tendré que estar un poco más atento.

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