A quien no habla, Dios no le escucha, dice el refrán. Ayer hablaba con una amiga sobre la idea de hacer un taller de Teatro Emocional y representar diferentes emociones que luchan entre sí y no se ayudan a conseguir un objetivo concreto. Lo importante es que me dijo que ella llevaba tiempo viendo la posibilidad de hacer un taller de este tipo pero que no encontraba a la persona que lo diera.
Cuando alguien tiene un sueño y lo comparte siempre habrá posibilidades que alguien intente copiarlo, o habrá persona que te tachen de iluso, pero siempre habrá alguien que te apoye, que te ilusiones y que te anime a conseguirlo. Compartir sueños es algo que no puede dejar de hacerse, es como si alguien está enamorado y pretende que no se sepa. Hay que ser muy fríos y calculadores pero al final nuestra personalidad y nuestro cuerpo hablan por si solos de nuestras emociones.
Compartir es el camino no solo para que nos animen, sino incluso para que nos apoyen dándonos ideas, experiencias y puntos de vista que ampliarán y profundizarán nuestros sueños. Cuestión de compartir.....
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