Me gustó esta foto y esta historia que hace un par de días me encontré en Facebook. Curiosamente, y desde hace unos días, me he topado con tres situaciones muy parecidas, una de carácter laboral y otras a nivel personal con personas que conozco.
A veces nuestra mente va por delante de los acontecimientos y le atribuimos a lo que vemos ideas, creencias, juicios y demás sentimientos que se nos puedan venir, al mismo tiempo que la realidad nos deja ver que nuestra mente estaba equivocada.
La niña hace una cosa, y la madre la interpreta de forma negativa. Lo bueno es que, sin que nadie se lo pida, la niña da la explicación de lo hecho y que tiene unos valores muy altos.
¿A qué nos invita esta reflexión de la manzana?
- A pensar en situaciones en las que nosotros hemos sido víctimas de las malas interpretaciones de otros.
- A recordar situaciones en las que otros han sido el objeto de nuestras malas interpretaciones.
- A no sentirnos mal antes de tiempo.
- A pensar que los motivos de otras personas para hacer algo no siempre son los mismos motivos que nosotros le podemos atribuir.
- A comunicarnos de manera más profunda y con confianza.
- A respetar al otro.
¿Cuántas veces hemos vivido esta situación de un lado o de otro?
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