Hay un relato en los Evangelios donde se da un conflicto entre dos hermanas, Marta y María a la hora de tomar decisiones. Son decisiones cotidianas pero que encierran valores, esclavitudes, deseos, y otras muchas cosas más que se dan, como ya dije, en el día a día, y en el que tomamos miles de decisiones, unas generan conflictos internos con uno mismo y otras con las personas que nos rodeamos. La historia es la siguiente:
Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo:
Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
Respondiendo Jesús, le dijo:
Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
¿Cuántas veces en nuestra vida cotidiana nos encontramos con estas u otras escenas parecidas? Unas veces nos llevan a sentirnos, como dije, mal con nosotros mismos y otras generan conflicto con los demás. ¿Hacia donde se tiene que inclinar la balanza a la hora de elegir? Los valores personales que diseñamos o elegimos en nuestra mente deberían ser los que marquen la pauta, pero hay algo añadido, hay que hacer lo que nos haga sentir bien con nosotros mismos.
- Marta recibe la visita al igual que María, pero ¿cuál es su prioridad? Los quehaceres de la casa. ¿Valor bueno o valor malo? A todas luces bueno. Pero hay algo que me llama la atención. Si es un valor bueno en sí mismo, ¿por qué molestarse si otra persona no te echa una mano si escoge otro valor que es bueno para ella?
- María escoge otro valor, la hospitalidad. ¿Le preocupan los quehaceres de la casa? Probablemente si, pero la casa siempre estará ahí mientras que la visita no, por lo que elige lo que es importante para ella y posiblemente urgente para ella, pues la visita ya estaba ahí. ¿Se siente a disgusto atendiendo a la visita? Para nada. ¿Se siente a disgusto porque su hermana no la acompaña a la hora de atender al huésped? Parece ser que no. Hay dos valores en juego para ella, uno la casa y otro la persona que llega a la casa. Se siente libre de posponer los quehaceres para atender a la visita. Vive su valor en sí y sin esperar que otras personas lo vivan al igual que ella.
- Libertad. Los valores son muy importantes en la vida, pero desde el momento en que nos hacemos esclavos de ellos perdemos la armonía interna y, como bien dice Jesús, entramos en una espiral de ansiedad, de preocupación, de sentirnos molestos e incluso de sentirnos mal con aquellos que no viven los valores igual que nosotros. ¿Es eso bueno? Desde mi punto de vista hemos perdido la libertad para ser esclavos de los valores, y esta esclavitud no nos lleva ni a saborear algo como puede ser la limpieza de la casa, en este caso, nuestro otros valores en el caso de cada uno, ni tan siquiera nos lleva a apreciar los valores de los demás. Un valor que nos ciega y que nos impide ver la vida tal y como es, sorpresiva muchas veces, y que nos impide vivir a tope otros valores que tenemos nosotros u otras personas.
- ¿Qué hay detrás de cada queja, de cada malestar o de cada situación de fastidio o de ansiedad que tenemos? ¿Por qué nos afanamos y turbamos con tanta facilidad ante las situaciones que nos molestan? No miremos hacia fuera, sino hacia dentro de nosotros mismos. Es fácil mirar hacia fuera y culpar o juzgar a otros pero, ¿qué nos revela cada situación de cada uno de nosotros. Lo que hay hay detrás puede revelar cosas muy importantes sobre nosotros mismos que tal vez no nos gustaría conocer. Dicen que lo que no aguantamos de los demás es algo que no nos gusta de nosotros mismos.
- Jesús invita a escoger la mejor parte. ¿Cuál? La que te hace libre, la que te permite sentirte bien contigo mismo y con los demás. Los valores son valores, pero por encima de cada valor está la persona que tenemos enfrente y sobre todo la paz que podemos sentir dentro de nosotros por ser libres.
En una toma de decisiones hay siempre valores. ¿Cuál es la mejor que podemos tomar? La que marca nuestros valores, respeta los valores de los demás si éstos no coinciden en ese momento con nuestras decisiones, y sobre todo las que nos hacen libres para ser uno mismo y para expresar lo que somos: Amor y ayuda a los demás.
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