¿Te acuerdas de las innumerables preguntas que suelen hacer los niños que desesperan tanto a los adultos? Es la mente inquieta que quiere saber más y que no acepta sin más la realidad. Lo habitual, por muy habitual que sea, se ve con ojos diferentes, con ojos de sorpresa y con una mirada que no se conforma con lo que viene dado. Es más, se ve desde lo que se puede cambiar.
Deja a un niño sin algo que hace de forma rutinaria y encontrará poco tiempo después algo que hacer y en lo que involucrarse de lleno. Es la mejor manera de prepararse para vivir la vida y sobre todo el desorden, el caos, la confusión que tantas veces paraliza nuestras vidas.
Todo es susceptible de poder ser cambiado, mejorado o mejorado. Nada es estático. La vida nos lo demuestra y vemos como dogmas que condenaban al fuego a los herejes y verdades que eran inmutables han ido cambiando a lo largo de los siglos.
Todo fluye, todo cambia aunque nos incomode o nos parezca que viene a entorpecer nuestra vida y nuestras seguridades personales. La creatividad y la impronta personal de cada uno nace ahí, cuando somos capaces de cambiar aquello que era inamovible, aunque el coste sea muchas veces bastante grande.
La fuente del crecimiento es el constante cambio que es un signo de libertad interna ante muchas creencias que nos atan y paralizan en la vida . La curiosidad, dicen, mató al gato. Pero es la curiosidad la que genera movimiento, creatividad, crecimiento y muchas más cosas positivas a nuestra vida.
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