8/4/15

¿Amante o esposa?


Un hombre pregunto a un sabio si debía quedarse con su esposa o su amante…el sabio tomo dos flores en su mano: una rosa y un cactus… y le pregunto al hombre: 
Si yo te doy a escoger una flor, ¿cual eliges? 
El hombre sonrió y dijo: ¡la rosa es lógico!
El sabio respondió: a veces los hombres se dejan llevar por la belleza externa o lo mundano y eligen lo que brille mas, lo que valga mas pero en esos placeres no esta el amor. 
Yo me quedaría con el cactus por que la rosa se marchita y muere, el cactus en cambio sin importar el tiempo o el clima seguirá igual, verde con sus espinas, y un día dará la flor mas hermosa que jamás hayas visto, tu mujer conoce tus defectos,tus debilidades, tus errores, tus gritos, tus malos ratos y aun así esta contigo… 
Tu amante conoce tu dinero, tus lujos, los espacios de felicidad y tu sonrisa, por eso esta contigo, ahora dime hombre con quien te quedaras?

La tendencia general que tenemos a situarnos en las zonas de confort nos llevan, generalmente, a huir de todo aquello que implica esfuerzo, disciplina, dolor e incomodidad. Pero los resultados no siempre son los mismos. Hay un dicho que dice que quien más valora lo que tiene es quien ha tenido que trabajar duro para poder conseguirlo. En cierto modo es cierto. Y de hecho hay quien, por norma, huye de lo fácil y barato porque desconfía de aquello que no tiene valor en sí.

Además, dentro de la elección de algo tan simple como puede ser una rosa no podemos olvidarnos que en alguna ocasión nos hemos pinchado con alguna de sus espinas. Hasta lo más sencillo conlleva a veces algo de dolor. 

La vida es eso, y desde que estamos a punto de nacer luchamos para salir del vientre de nuestra madre y nuestra primera expresión de vida, curiosamente, es el llanto, un llanto que alivia a todos los presentes en el parto.

Crecimiento, éxito y dolor van unidas de la mano. Y quien no está dispuesto a tener que experimentar en algún momento la dureza de la vida es porque no está dispuesto ni a vivir ni a crecer sino tan sólo a sobrevivir.


Un día un hombre encontró un capullo de mariposa y observó que en el había un pequeño orificio. Se sentó y se entretuvo en observar mientras la mariposa luchaba durante varias horas para forzar su cuerpo tratando de pasar a través de agujero. Pasó un largo rato observando los esfuerzos de la mariposa por salir al exterior, pero parecía que no hacía ningún progreso, como si hubiera llegado a un punto donde no podía continuar. Apiadado, el hombre decidió ayudar a la mariposa, tomó las tijeras y cortó el resto del capullo. La mariposa salió fácilmente, pero tenía el cuerpo hinchado y las alas pequeñas y arrugadas. El hombre continuó mirando porque esperada que en cualquier momento las alas se extenderían para poder soportar el cuerpo que, a su vez, debería deshincharse. Pero nada de esto ocurrió. Por el contrario, la mariposa pasó el resto de su vida con el cuerpo hinchado y una alas encogidas... ¡nunca pudo volar! Lo que aquel hombre, con su amabilidad y apuro, no llegó a comprender es que el capullo restrictivo y la lucha necesaria para que la mariposa pudiera salir por el diminuto agujero, era la manera que utilizaba la Naturaleza para enviar fluido del cuerpo de la mariposa hacia sus alas de modo que estuviera lista para volar tan pronto obtuviera la libertad del capullo. A veces el esfuerzo es exactamente lo que necesitamos en nuestras vidas. Si DIOS nos permitiera pasar nuestra vida sin ningún obstáculo, nos paralizaríamos, no seríamos ta fuertes como podríamos ser y no podríamos volar!

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