2/2/15

Planificación y Gestión del tiempo.


Hay cosas que cada vez son más claras a la hora de alcanzar lo que uno quiere.

  • Escribir las metas, y sobre todo hacerlo con una fecha en la que uno quiere alcanzarlas. La diferencia entre una meta y una ilusión es que las metas tienen una fecha para ser cumplidas mientras que las ilusiones pueden vagar en la mente de una forma vaga y desorganizada de tal manera que tienen más probabilidades de caer en el saco del olvido que llegar a ser realizadas. La verdad es que tenemos bastante reticencia a la hora de escribirlas, pero las estadísticas dicen que quienes las escriben tienen muchas más probabilidades de alcanzarlas que quienes no lo hacen. Es una forma en la que el cerebro humano se organiza y tiende a conseguir grabar las cosas.
  • Enfocarse en las metas. Un bonito ejemplo que le escuchaba a Pepe Cohen era la luz que se proyecta y se dispersa cuando apunta hacia un objeto que el propio rayo laser que incide de una manera fija y constante sobre su objetivo. Otra manera de explicarlo sería esa especie de fanatismo que muchas veces puede llegar a ser molesto para otras personas pero tremendamente eficaz para quien insiste y persiste en lo que quiere. Como bien le decía el entrenador a Mikel Jordan una vez finalizado un entrenamiento mientras los compañeros se retiraban al vestuario: "A ti si quieres ser el número UNO te quedan dos horas más de entrenamiento". Enfocarse tiene esa mezcla de tozudez, terquedad, testarudez, fanatismo y otros tantos adjetivos que son fruto de la creencia y de la ilusión que tiene por lo que quiere alcanzar.
  • La gestión del tiempo se ofrece como algo fundamental. ¿Cuántas veces no nos vemos agobiados por cantidad de cosas que queremos hacer y alcanzar y nos damos cuenta de que nos perdemos en muchas de ellas dejando a un lado las que son importantes y necesarias? Saber distinguir entre lo que es importante y necesario a diferencia de lo que no lo es puede ser la piedra angular de lo que consigamos o de aquello en lo que nos perdamos.
  • Planificación. No queda otra que organizarse y planificar. Bien dice el dicho que quien no planifica su éxito planifica su fracaso. Planificar de tal manera que las metas queden por escrito, que los caminos queden diseñados, que el enfoque no se pierda y sobre todo que día a día haya un camino y unos pasos a dar.

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