Hay aspectos de la realidad que cambian de acuerdo con el estado de ánimo o de las ideas y prejuicios con la que la observamos. Ya lo decía Campoamor con "nada es verdad ni es mentira; todo depende del color con que se mira".
Basta que estés pasando un mal momento para que todo parezca oscuro. Si de repente tienes un buen momento todo parece estar a punta de caramelo. Eso nos ocurre desde el punto de vista psicológico. Desde el punto de vista de los prejuicios, ¿cuántas veces la primera impresión que nos ha condicionado muchas veces no ha cambiado, para bien o para mal, a lo largo del tiempo?
Pero hay otra realidad y es el aferramiento a las ideas que tenemos. Las maneras de pensar que tenemos nos hacen ver la vida y a las personas desde una perspectiva constructiva o destructiva. Estar cerrados y enclaustrados en nuestras ideas empobrece nuestra realidad y la visón de la vida. Abrir nuestras formas de pensar la enriquece y además nos ayudará a comprender la realidad mucho mejor. Y estar abiertos nos hace mucho más libres y menos dependientes de nuestras formas de ver la realidad y de vivir.
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