Si la cara que siempre muestras al mundo es una máscara,
algún día no habrá nada debajo de ella.
Porque, cuando pasas mucho tiempo
concentrándote en la percepción que los demás tienen de ti
o que todo el mundo quiere que seas,
en algún momento olvidarás quién eres en realidad.
Así que no temas a los juicios de los demás,
tú sabes en tu corazón quién eres
y lo que es verdad para ti.
No tienes que ser perfecto
para impresionar e inspirar a la gente.
Impresiónalos e inspíralos
por tu forma de lidiar con tus imperfecciones.
Josefa del Real
Mientras Adán y Eva
andaban desnudos por el paraíso, todo iba bien;
cuando quisieron ser como Dios
dejaron de quererse
y de aceptarse como eran.
Fue el momento en que se pusieron
máscaras y taparrabos.
Es ahí donde empezaron a tener miedo
y a esconderse de Dios.
Y no porque tenían miedo de Él,
sino porque tenían miedo
de si mismos.
(Fernando de Cabo)
Nuestra felicidad depende no de la imagen que le damos a los demás sino más bien de la imagen que nos damos a nosotros mismos. No depende de si gustamos o no a otros, sino de si estamos a bien con nosotros mismos.
Cuando somos capaces de desnudarnos ante los demás, o más bien de mostrarnos tal y como somos es porque no tememos de lo que somos, de lo que pensamos, de lo que creemos, de lo que sentimos y de lo que vivimos.
Es esa la libertad la que nos ayudará a caminar libres, desnudos y sin máscaras, por la vida. Es esa aceptación y amor hacia lo que somos la que nos permitirá caminar libres por la vida sin la búsqueda de la mirada aceptadora que muchas veces esperamos de los demás.
Es cuando vivimos plenamente observando lo que hay sin tener el condicionamiento de que lo que hay nos mire, nos juzgue o nos acepte o no. Es cuando, simplemente, vivimos lo que somos y no simplemente sobrevivimos.
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