10/3/14

Paso a paso



“Proyecta lo difícil 
partiendo de donde aún es fácil. 
Realiza lo grande 
partiendo de donde aún es pequeño. 
Todo lo difícil comienza siempre fácil. 
Todo lo grande comienza siempre pequeño”

Lao Tse

Siempre digo que la pregunta mágica de la vida el el "¿Cómo?". Lao Tse, y otros muchos, nos lo ponen fácil: la mejor manera es ·descomponer lo "difícil en fácil".

Recuerdo que cuando empecé a nadar se me hacía una eternidad el poder hacer más de dos o tres largos seguidos. Y lo que hice fue eso, sencillamente eso, el fijarme una meta de hacer una hora continuada de largos, cuando apenas era capaz de estar cinco minutos seguidos nadando. Lo más sencillo fue el descomponer el gran compromiso en pequeños: "hoy hago cinco minutos, mañana diez: hoy hago cuatro largos, mañana seis u ocho". Al cabo de unas semanas me vi nadando una hora y cuarto seguida o haciendo más de cincuenta largos.

Los grandes retos y las grandes metas se nos hacen cuesta arriba cuando son eso, grandes metas. Pero cuando las grandes metas son consecuencia de "pequeños pasos" estos "pequeños pasos" pueden ser imperceptibles si los comparamos con lo que queremos alcanzar, pero tremendamente importantes cuando los damos casi sin darnos cuenta y de repente nos vemos cerca de la meta o simplemente llegando a ella.

Mirar hacia un gran reto tiene importancia, porque nos ayuda a visualizar hacia donde queremos ir, pero puede ser frustrante si fijamos la mirada en él pues puede darnos la impresión de que nunca avanzamos. Si el gran reto lo dividimos en pequeños y más asumibles nos daremos cuenta de que, aunque requieren de nuestro esfuerzo y de nuestro compromiso, somos capaces de alcanzarlo. Eso nos anima, hace que crezca nuestra autoestima y, sobre todo, que nos pongamos en camino.

Imagínate algo tan complicado como aprender un idioma nuevo. Tal vez sea fácil o difícil, pero si conseguimos aprender hoy sólo dos o tres palabras, y mañana dos o tres más hará posible que en dos días hayamos aprendido cuatro o seis palabras, en una semana doce o veintiuna y en un mes sesenta o noventa. Al cabo de un año unas trescientas cincuenta o cuatrocientas, que son las que, generalmente, usamos en nuestra vida normal y cotidiana. 

Pequeños pasos firmes y constantes, responsables y comprometidos con aquello que deseamos obtener o alcanzar. Y para ello nada mejor que tenerlos presentes al empezar el día:
  • ¿Qué paso voy a dar hoy?
Pregunta corta pero incisiva y concreta. Cada día un paso y ¡¡¡¡ a conseguirlo !!!!


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