Hoy he ido con la familia a ver el concierto del Coro de la Misa de Chicago. ¡Todo una gozada! Pasión, sentimiento, conexión con la gente y una vivencia, a mi modo de ver, de lo que es una experiencia religiosa para los integrantes del grupo y un contagio emocional para los asistentes al concierto.
Lo que se vive con pasión no es fruto de la preparación sino de la experiencia, de la vivencia y del sentido que tienen las cosas para uno en la vida. No es lo mismo la herencia cultural que la experiencia personal que uno tiene de las cosas. La herencia cultural la asumimos sin más, la experiencia la vivimos, la experimentamos y por ello la comprendemos y la compartimos con la pasión que se merece.
En el concierto he visto profundidad, alegría, vida, sentimiento, conexión con la gente y sobre todo contagio. Mi hija decía al final del concierto que sí las misas fueran así iría todos los días. La pregunta es, ¿por qué no lo son así? ¿Tal vez porque la religión es más una herencia cultural y familiar que una experiencia de Dios? Y quien habla de religión lo puede extrapolar al trabajo y a cualquier cosa que hagamos en la vida. ¿Por qué falta pasion?
Esta mañana escuchaba a David Steindel hablar de algo importante y que conectó con lo que acabó de escribir: la importancia del agradecimiento en la vida. Y hacía una pregunta: ¿Somos felices porque somos agradecidos o somos agradecidos porque somos felices? La diferencia estriba en que el ser agradecido te lleva a la felicidad por el mero hecho de reconocer, valorar y apreciar hasta los más mínimos detalles de la vida. Sólo hay felicidad cuando eres capaz de agradecer lo que te va pasando por la vida, y para ello hay que saber pararse y apreciar lo que ocurre a cada instante.
Si, apreciar el instante, el aquí y el ahora. Vivimos la mayor parte de las veces pendientes del pasado o del futuro. ¿Cuantas veces estamos presentes en la conversación, en el trabajo o en aquello que comemos, o incluso saboreámos el placer de una ducha o de un baño?
La pasión solo puede darse cuando vivimos con agradecimiento lo que cada acontecimiento y paso que damos en la vida se hace consciente en nosotros y cuando nos aporta algo sustancial. ¿Qué nos aporta Dios, la religión, las personas, la vida, el trabajo? Cuándo seamos conscientes de ello seremos agradecidos y cuando lo seamos es porque la vida, las personas, las circunstancias alcanzan un sentido dentro de nosotros. Es ahí donde comienza la pasión.
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