Cuenta John Maxwell en su libro "Desarrolle el líder que hay en usted" que "a una joven concertista de violín le preguntaron cuál era el secreto de su éxito. Ella respondió: «Descuido planeado». Luego explicó: «Cuando estaba en la escuela había muchas cosas que demandaban mi tiempo. Cuando iba a mi cuarto después del desayuno, tendía mi cama, arreglaba la habitación, barría y hacía cualquier cosa que me llamara la atención. Después corría a mi práctica de violín. Me di cuenta que no estaba progresando como pensaba que debería. Así que cambié el orden de las cosas. Hasta que terminaba mi tiempo de práctica, deliberadamente descuidaba todo lo demás. Creo que mi éxito se debe a ese programa de descuido planeado»
En la vida tenemos un gran dilema y una asignatura pendiente con la que batallar cada día: por una parte la de un sistema educativo que, generalmente, nos llena de conceptos y de contenidos que no vamos a usar muchas veces en la vida, mientras que nuestra capacidad de indagar, investigar y vivir todo aquello que nos gusta queda aparcado muchas veces en la vida y con tan mala suerte que muchas veces ni tan siquiera llegamos a desarrollarlo en nuestras vidas. Dicen que cuando estamos ya al borde de la muerte muchas veces nos arrepentimos de no haber llegado a realizar cosas que nos hubiera encantado llevar a cabo.
Es un poco lo que le sucedía a la joven concertista de violín, que al menos si se dio cuenta y supo darle prioridad a lo que realmente le gustaba. Cuando realmente gozamos de algo, ¿por qué no pulirlo y desarrollarlo? Muchas veces nos parece una auténtica tontería y no le vemos sentido práctico ni utilidad económica. Aún y así la vida nos puede sorprender. Hoy en las noticias hablaban de Messi, Neymar, Isco y otros jugadores que hoy están en primera linea y como desde pequeños llevaban el fútbol en la sangre. Hoy, gracias a que han desarrollado ese talento, están donde están y no se pueden quejar de los niveles económicos que pueden estar teniendo.
Pero la economía no lo es todo, ya que después de cierta cantidad de dinero nuestra felicidad ni sube ni baja. Lo importante, creo yo, es el contento que yo puedo tener conmigo mismo y con la utilidad que le doy a mi vida. Puedo estar haciendo algo que me repercute económicamente bien, pero que a nivelpersonal me deja insatisfecho. Puedo buscar culpables y la única culpabilidad es la de no saber elegir el camino que a mí, personalmente, me hace feliz.
Juan Carlo <cubeiro dice que estamos en la nueva era del talentismo, era en la que estamos llamados a dar lo que somos y lo que se nos da bien. Observar, apreciar, pulir, desarrollar aquellos que a mí me hace feliz me hará un experto en lo que me gusta y, si por encima, me uno a otro grupo de expertos en esa materia más y mejor me dasarrollaré y, si además, conecto lo que se y lo que se me da con las necesidades de la gente, ¿quién dice que nos puedo vivir de ello y gozar al mismo tiempo?
Tal vez buscamos carreras o puestos de trabajo que sean eficientes y nos permitan vivir bien y con cierto nivel de tranquilidad, pero la asignatura pendiente es la de sentirse bien con lo que uno hace, incluso tener la capacidad de mejorar lo ya existente, y sentirse realizado en la vida haciendo que mi vida y lo que hago a través de ella pueda generar vida en otros. Es una manera de estar presente en la vida y de trascender a la vida de otros.
Tal vez cuando lleguemos al final, y también por el camino, sintamos que hemos vivido a tope y llegamos con las manos llenas y satisfechos de todo lo realizado, el ser y sentirnos vivos en cada momento, que no es otra cosa que generar vida hacia la misma vida y hacia los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario