Dice el Dalai Lama que para encontrar el camino de la felicidad hay que seguir el camino de las tres "R": 3. Respeto por ti mismo; Respeto por los demás; Responsabilidad por todas tus acciones.
El respeto por uno mismo es fundamental y me recuerda al mandamiento de Cristo, "amarás al prójimo como a ti mismo". Nadie puede dar a los demás lo que no lleva dentro. Puede parecer un poco egoísta, pero el amor hacia la vida y hacia los demás empieza por el el amor y por el respeto hacia uno mismo, señal de que lo que hacemos es fruto de la propia vivencia y experiencia personal.
El respeto a los demás nace de dos valores importantes, el primero el de la libertad. El que otras personas piensen o vivan de forma diferente a la mía no quiere decir que tenga que adoptarlas o luchar contra ella. Soy libre en la medida en que elijo mi forma de vivir y de pensar a pesar de que otros no concuerden con ella y más libre soy en cuánto que no necesito que los demás tengan que pensar como yo. Valoro mi experiencia y ello me lleva a compartirla con los demás y a ser libre ante la elección que ellos hagan.
La responsabilidad de mis acciones son mías. Es una señal de madurez. Tenemos la tendencia a justificar lo que hacemos o pensamos en vivencias del pasado o en circunstancias del presente. Cada uno es libre de elegir el camino en la vida. Cargar con el pasado no tiene sentido cuando podemos elegir ahora lo que queremos hacer. Refugiarnos en los fallos de otros, en las circunstancias en las que vivimos y no tomar decisiones que por miedo nos frenan es una responsabilidad nuestra. Respetar lo que ha pasado y respetar la decisión que tengo que tomar ahora es parte de la madurez y del crecimiento que nos toca vivir a nivel personal.
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